Artesanía y amor por la tierra

De Bedmar al mundo para lograr llevar el nombre de la provincia y al espárrago por delante de todas las cosas

17 may 2020 / 13:07 H.

Tierra de esfuerzo y que está ligada a un producto señero en este rincón y que supone todo un manjar que se ha consolidado a través de más de veinte años de trabajo. En el año 1999, nació la empresa Congana Conservas de la mano de Antonio García, quien tuvo claro su apuesta por la misma y que tras tanto tiempo ha demostrado que es un referente en el sector y decidió volverá su municipio, a su tierra para cimentar una marca que hoy ya está plenamente asentada. Desde entonces, el valor de la empresa dentro del municipio y la propia provincia es incontestable, hasta el punto de que en Bedmar se celebra desde hace cinco años una Feria del Espárrago Blanco que recibe miles de visitantes y que es ya toda una señal de la importancia de este producto para la tierra bedmariense y para sus vecinos.

Y es que, desde 1999, Antonio García y, ahora, su hija María García han seguido una receta muy clara e importante para que la empresa crezca y tenga un nombre que traspasa la provincia: por un lado la calidad y la cercanía que ofrece un negocio familiar y que, ante todo, se sostiene gracias a la tradición que tienen desde que en un primer momento el patriarca de la familia tomase la determinación de regresar al municipio para montar esta empresa que, tras más de veinte años, ha demostrado su fortaleza por la provincia.

Conservas Congana se ha convertido en una industria pujante generadora de empleo y riqueza en Sierra Mágina gracias a su apuesta clara por la economía sostenible y la calidad del agua de Sierra Mágina, cumpliendo además con un compromiso que se convierte en una máxima empresarial: trabajar mano a mano con los pequeños productores, que miman su producto y son la base para la calidad de la materia prima.

Así nace un oficio de esfuerzo, tesón y trabajo que, bajo el amor a la propia tierra cuenta con el aval de una familia de maestros conserveros que operan a nivel nacional e internacional, pero siempre bajo un prisma en el que no pierden de vista la importancia de la provincia y de apoyar a sus gentes, a su economía y ser un valor añadido para Bedmar, la comarca de Sierra Mágina e, incluso, todo Jaén. “Sin duda, el espárrago es el producto estrella, aunque el pimiento y la alcachofa también tienen un peso significativo. Lo cierto es que Congana aporta a Bedmar mucho valor añadido, también a su población. Por un lado, por la comercialización del espárrago fresco, ya que también tenemos unas tierras propias que nos permiten la generación del producto y, luego, la conserva. Realmente, tanto en el proceso de conserva como en la producción genera una cantidad de empleos de trabajo en el municipio de Bedmar y que vienen de otros puntos de Sierra Mágina. Hay unos 25 empleados de manera fija dentro de la empresa y luego, contamos con otros que forman parte del proceso y que, de manera directa o indirecta, termina por hacer que más de cien personas tengan trabajo o empleo gracias a la conservera”, sostiene el director de marketing de Congana, Jesús María Pegalajar Cano.

Y es que para Bedmar y para la conservera un momento muy especial cada año es la feria del espárrago, de la que ambos se nutren, por un lado el municipio, que consigue que este producto esté plenamente asentado en la provincia y que sea reconocido en otros lugares como un alimento propiamente bedmariense y, a su vez, una manera de hacer llegar la marca Congana lo más lejos posible, puesto que desde el principio ha existido una retroalimentación por parte de ambos para hacer llevar Bedmar, el espárrago y la conservera allá a donde sea posible para que la calidad sea lo más importante.

Y es que, ese es el otro punto diferenciador con el que cuenta, más que nunca, la marca. A través del trabajo diario, del que han atesorado durante años y aúna artesanía a la hora de elaborar sus productos, la conservera ha terminado por hacer una imagen fuerte en la que lo que prima es la calidad y un trabajo que llega a diferentes partes del mundo, pero siempre bajo una mirada de trabajo bien hecho y que mantiene las señas de identidad de la familia y del oficio que llevaban consigo desde que comenzaron con este sueño en el año 1999 al regresar al municipio.

“Si comenzamos en el origen del proceso, sin duda, hay que decir que Sierra Mágina parte con ventaja, sin desmerecer al resto. Aquí tenemos suerte de contar con agua que procede de afluentes y que es un agua muy pura, por lo que hablamos de terrenos muy fértiles y que permiten que el producto desde el origen sea de mucha calidad, no quiere decir que sea ecológico, pero se acerca bastante. A partir de ahí, descartamos toda materia prima que consideramos que no es idónea, y somos muy exigentes en esto. Es decir, realmente no todo el espárrago entra a formar parte de nuestro proceso de conserva, ni de la alcachofa. Somos muy exigentes en la recepción de la mercancía. Por otro lado, tenemos una maquinaria y unos procesos de conserva que en todos los momentos del mismo permiten descartar y eliminar aquello que no es del todo idóneo para garantizar esa calidad. Nos quedamos con lo mejor gracias a la técnica. A su vez, incorporamos un proceso artesanal que hace prácticamente imposible que en los productos pueda surgir alguna desviación, porque hay unos recursos humanos, y en este sentido, tenemos un proceso productivo en el que fomentamos el empleo y que permite detectar cualquier deficiencia que se pudiera producir. Y es que lo artesanal nunca se va a perder. Tenemos una premisa clara, a veces no se puede competir con la procedencia de algunos productos que viene de otros lugares, pero nosotros trabajamos con una calidad excepcional y tenemos que apostar por lo local y por el producto que sea de Jaén al cien por cien, Esos son nuestros atributos. Vamos a seguir apostando por ello, en la actualidad todavía con mayor razón porque nos tocan años complejo en los que queremos apostar por la tierra y por lo que nos rodea”, añade Jesús María Pegalajar Cano sobre la calidad y la mano de obra que forma parte de esta empresa jiennense.

Y es que, desde el año 1999 lo que comenzó como un sueño no ha parado de crecer, de ser cada vez más fuerte y, para ello, ha contado desde el primer momento con mano de obra jiennense, bedmariense y que permite demostrar que dentro de la provincia se crean grandes productos de una calidad exquisita y que pueden llegar a cualquier rincón del mundo y llevar la marca de Jaén allá por donde se les conoce.

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De Bedmar al mundo. En más de veinte años, el trabajo que arrancó Antonio García está ya más que consolidado. La empresa no ha dejado de crecer desde que comenzó a dar sus primeros pasos y, desde entonces, son cada vez más los productos que vende y una mayor mano de obra de la provincia y que, concretamente, proviene de Bedmar y de Sierra Mágina. Sin embargo, el objetivo es no frenar, no parar en ningún momento y seguir ofreciendo calidad y artesanía a la par que, en la medida de lo posible, consiguen que la marca se expanda y llegue cada vez a un mayor número de lugares. Porque si algo ha tenido claro la familia desde el principio es que esta conservera puede llegar a cualquier rincón, manteniendo esa labor y ese esfuerzo familiar con el que comenzó, pero con el objetivo de que sea cada vez más amplio y permita situar a la provincia, a Sierra Mágina, a Bedmar y a su producto estrella, el espárrago, en la primera línea. Por esta razón, desde hace años, la feria del espárrago es tan importante dentro de la comarca de Sierra Mágina, desde el municipio de Bedmar y para la propia empresa, que siempre trata de ofrecer grandes productos de calidad y está tan relacionada con esta fecha tan señalada. Pero esta unión con el pueblo no implica que pongan la mirada en crecer y tratar de llegar, en próximos meses, lo más lejos posible en coincidencia con los más de veinte años que cumple la marca desde que nació en Bedmar. Sin embargo, allí están las raíces y el comienzo de un trabajo duro que, en la actualidad, pretende seguir creciendo con el paso de los años para llevar el espárrago de Bedmar y a la provincia en volandas por el resto del mundo.