El origen del nombre

31 ene 2016 / 10:25 H.

En la Gran Enciclopedia de Andalucía se dice de Mancha Real que es una villa de la provincia de Jaén, a 19 kilómetros de la capital, con 98,8 kilómetros cuadrados de superficie, dato que ha aumentado en buena medida, y situado a 760 metros sobre el nivel del mar. Ha sido lugar de diferentes asentamientos humanos, por aquí han pasado diferentes culturas, y se dice que el nombre de la villa suscita algunas polémicas y que hay quien lo justifica en razón de una hipotética mancha arbórea de gran espesura en los aledaños de la villa, en los cuales fueron hallados vestigios romanos de un poblado en el que se encontraron monedas acuñadas en Bibilis (Calatayud). Con relación al nombre de esta villa, Fernando Espinalt en el Atlante Español (siglo XVIII), nos sorprende curiosamente y de forma textual que “como los más de sus pobladores eran naturales de la Mancha, la intitularon Manchita”, nombre que, añadimos por nuestra parte, no habíamos oído hasta consultar la Gran Enciclopedia de Andalucía. Por supuesto que, otros nombres sí se conocen, como la Mancha o Manchuela de Jaén. Se indica además que, el nombre de Manchita, permaneció hasta que, sus naturales, en consideración a ser villa realenga la llamaron Mancha Real. A la Manchuela de Jaén está unido el nombre de Letraña o Letrana, del que más adelante nos ocuparemos. Los árabes llamaron Manxa (Mancha) al antiguo campo Espartario, para significar lo yermo de su sueldo exento de vegetación y se cree que los antepasados debieron llamar también Mancha a los aledaños, sobre los que se asienta esta villa, precisamente por todo lo contrario es decir, por la abundancia de árboles de todas las especies y otra vegetación, que harían del lugar, como una mancha de verdor y espesura. Esta hipótesis aseguran varios investigadores que aparecen suficientemente comprobado en libros de actas municipales y figura en ellos el nombre de La Mancha sin el aditamento del Real en varios documentos del siglo XVI, aunque en otros lugares y provisiones reales de aquella época, se le llama Manchuela por la dependencia de jurisdicción que la Mancha tenía de Jaén. Incluso hay unos antecedentes, muy anteriores a este tiempo, y se aseguró que el lugar tuvo el nombre de Geiscal o Gaiscal.

Recordemos su situación entre los montes, estribaciones de Sierra Mágina y La Campiña. Desde las sierras cercanas, como es el caso de la conocida Peña del Águila, se domina parte del valle del Guadalquivir hasta Sierra Morena. Mancha Real tiene cerca parajes de singular belleza, no suficientemente ponderados, en la Serrezuela, El Puerto, Mojón Blanco, Almadén y otros. Ubicada en un hermoso y extenso lugar, que arranca desde el cerro de la Peña del Águila y se empina en forma de atalaya hacia el sur y de una árida sierra que, dejando allí un estrecho puerto, corre hacia el oeste pasando por el paraje de Peña Grajera y en dirección a los conocidos cerros de Jaén y se dice de su clima que es bien apacible, lo que no corresponde a su latitud geográfica. Un clima sano al que acompaña un bello paisaje, según Pascual Madoz en su Diccionario.