El cambio del paradigma del urbanita

17 may 2020 / 13:07 H.

El sistema urbanita está a juicio; la menor incidencia de la enfermedad y la vuelta a la nueva normalidad en las zonas rurales hace que recobren vitalidad bajo la premisa económica, conexión a internet, atractivo del patrimonio, el medio ambiente, salud y gastronomía.

El virus covid-19 es la pandemia que mayor destrozo laboral está realizando desde hace años en nuestro país, por eso, la sociedad tiene que afrontar esta situación con la mejor de las soluciones, la llamamos la nueva normalidad. Entre dichas soluciones la apuesta por volver al pueblo en busca de una sostenibilidad económica debido a los precios más asequibles de la vivienda y alquileres, las conexiones a internet y a redes sociales, la buena gastronomía, entornos preciosos en nuestras sierras de Cazorla, Segura y las Villas, las ciudades Patrimonio de la Humanidad, El Condado, las Sierra Sur y Mágina, La Campiña... ponen en valor nuestra provincia. Y se puede mejorar aún más si el Estado, las comunidades autónomas y Diputación ponen en marcha eficazmente todos los fondos de las distintas ayudas de Europa.

El nuevo sistema productivo cambia la visión peyorativa de la vida en los pueblos. Entre los años 60 a 90 en los medios se presentaba ser de ciudad como un valor, los habitante de ellas eran los modernos, la vanguardia. El éxito entre los padres y abuelos de los expatriados se reflejaba con la salida del pueblo y recibir cartas comentando lo bien que iba en tal o cual lugar, en aquella empresa, el montar un negocio,... me vienen a la memoria las películas de Paco Martínez Soria. Actualmente, se ha demostrado que tan válido es vivir en un pueblo como en la ciudad. Incluso más saludable si vemos a nuestros paisanos mayores, sanos y activos.

El lastre de Jaén ha sido la falta de una buena red energética para instalar empresas, de medios de comunicación, una buena red de trenes o carreteras. Esto ha propiciado un desarrollo más lento. Pero aún estamos a tiempo, siempre que se mantengan las conexiones ferroviarias, el transporte público y redes de carreteras, todos de calidad. Tenemos por delante una oportunidad histórica, la vuelta del talento expatriado de Jaén a trabajar en su tierra, con nuevos paradigmas, más tecnológicos, más innovadores y más 5G, los jóvenes bien formados y los profesionales están aquí y podrían quedarse.

Para ello, tenemos ahora nuevas oportunidades que antes no estaban a nuestro alcance. Las energías alternativas son la solución a la falta endémica de energía de los pueblos para satisfacer el autoconsumo en las viviendas, y la implantación de zonas productivas en las zonas despobladas. La eco-arquitectura, primando el ahorro de energía. La aplicación de sistemas que consumen poca energía, más eficientes. La energía renovable extraída de biogás o biomasa, los paneles fotovoltaicos, los generadores eólicos o los sistemas de cogeneración para la energía eléctrica más verde, nos dan la oportunidad de vivir de forma más sostenible energéticamente. La telemedicina es una nueva herramienta para llegar a los rincones de nuestra tierra.

Según expertos, la calidad de vida y la cesta de la compra más barata eran alicientes importantes junto a un buen ocio y siguen siendo una buena palanca de atracción de población, y ahora, durante esta pandemia el valor de una buena conexión es vital para ganar población, acompañado del patrimonio artístico, medioambiental y cultural que serán motor de la revitalización de la provincia. “Los pueblos que valoran el patrimonio y disponen de buena conexión a internet tienen la batalla ganada”, expone por Felipe Debasa.

El coronavirus ha afectado en mayor número a la población de las grandes ciudades y por ello muchos han optado por la escapada a las segundas residencias en los pueblos. Aquí, por la densidad de población, los contagios son más difíciles y es más fácil mantener la distancia de seguridad, tenemos, además, menor contaminación, esto hace más apetecible la España vaciada por salud y por su entorno natural.

En estos meses de pandemia ha surgido el teletrabajo. El pilar sobre el cual se vislumbra la posibilidad del regreso de más teletrabajadores profesionales y jóvenes talentos, como respuesta ante el riesgo de contagios en las oficinas, fábricas y demás centros laborales. En la desescalada se ha hecho más patente la importancia de éste, siendo una opción para los trabajadores que puedan realizarlo en aquellos lugares dónde la distancia social es difícil de mantener. Los emprendedores rurales también apostaron por el trabajo a distancia, recordando a los nómadas digitales, que pueden residir en los pueblos por un tiempo determinado. Favorecido por los nuevos sistemas de transporte, esta crisis puede impulsar de una manera casi definitiva la digitalización en la logística, en línea con algunas de las consecuencias que han tenido las medidas de confinamiento.

La posibilidad son las compras on-line junto con la mejora de los pagos con medios electrónicos, nuevas monedas, sistemas de seguridad cibernética, poder subsanar problemas burocráticos desde nuestra mesa del despacho de casa y claridad ante los trámites medioambientales, serán el motor de atracción de recursos humanos en nuestras sierras.

El cambio de la visión económica por la visión de “vida”. Los pueblos son menos eficientes económicamente por la economía de escala, todas las distracciones urbanitas no se pueden encontrar en los pueblos, pero ¿Quién tiene tiempo para ocio en la ciudad? No hay, entre el trabajo, el transporte al trabajo, deberes domésticos, el descanso... Las ciudades son industrias de hacer profesionales quemados, estresados y vulnerables a cardiopatías. Las personas se aíslan en sus casas viendo series de Netflix y viendo redes sociales.

La posibilidad de puesta en marcha de huertos para el autoconsumo en los pueblos para reducir la huella de carbono y comer alimentos sanos y de calidad es otro valor de nuestra tierra vaciada. Crear centros de almacén de alimentos, distribución y venta directa (Foodhubs). Estos centros productivos ocupan el lugar cedido por las cooperativas en la venta directa de productos y alimentos de cercanía de los agricultores locales.

La vida de nuestros pueblos está a nuestro alcance, todos debemos poner nuestro granito de arena.