Amor negro

    16 feb 2020 / 16:47 H.

    Nadie duda en dar una explicación de lo que es la “novela negra” o “hard boiled” (cocido hasta endurecer), o del “humor negro”, pero ya no es tan fácil encontrar una definición o ejemplo claro sobre lo que es “amor negro”. Una antología poética sobre el “Amor Negro” de Jorge Gimeno (Madrid 1964) lo analiza en los años que van de 1570 a 1660 en Francia, extrayendo versos de la poesía barroca. Antonio Colinas (La Bañeza 1946), analizando la antología de Gimeno dice: “El autor busca en el título una significación dual, lo que nace y lo que muere, amor y desamor, vida y muerte”. Y salvo esto no hay más sospechas sobre la existencia de este tipo de amor. El símbolo del amor viene desde hace mucho tiempo representándose por un corazón. Si en el WhatsApp tecleas amor, salen diecisiete corazones de distintas formas y colores. Entre ellos hay un corazón negro y en las instrucciones para el uso de este emoji dice: “El corazón negro muestra un sentido del humor oscuro y retorcido. Puede reflejar el lado oscuro del alma. También se usa para expresar tristeza y dolor” (nótese que no utiliza la palabra amor sino humor y alma). Leopoldo y Leopoldo (Madrid 1948), estaba orgulloso del trabajo recopilado en cuartos de baño, retretes, W.C, toilettes, servicios, letrinas, inodoros, escusados... y todos los sinónimos empleados para este lugar bien específico. Había dedicado años a recoger frases relacionadas con el amor en cualquier parte de los servicios, bien fueran azulejos, puertas, cristales, espejos, tazas y suelos. Un mérito añadido era que el estudio era paritario en el sexo. No había incluido un cuarto de baño si no había visitado el de señoras y caballeros del mismo lugar. Aquello le había costado algunos disgustos y esfuerzos, como por ejemplo ser agredido por un señor que le vio salir del servicio del sexo contrario o pasar la noche en una facultad de la universidad con el fin de tener acceso a todos los servicios. Tenía confianza en su tesis antropológica, le quedaban exactamente la visita a doscientos servicios para cumplir con el método estadístico cuando empezó a notar una disminución en los grafitos. Las puertas aparecían limpias y los azulejos lavados. El director de la tesis pensaba que la ralentización de los datos influiría en la interpretación. Leopoldo atribuyó esta ausencia de escrituras sobre el amor a la aparición de redes sociales. La gente no tenía necesidad alguna de escribir. La “teoría de los seis grados de separación” se había acortado porque la comunicación entre dos personas en el mundo estaba en un simple toque de pantalla. De esta manera el instinto de escribir sobre una superficie carecía de sentido. Leopoldo en sus últimas visitas a un cuarto de baño pudo leer en una puerta: “He untado mi dedo índice en esta taza para escribir la palabra amor”. No perdió la esperanza de acabar su tesis.