Putin propone quedarse con el este de Ucrania a cambio de congelar la ofensiva como condición de paz
El presidente ruso sigue firme en el resto de sus reclamaciones “fundamentales” para negociar un cese de hostilidades

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha propuesto quedarse con la región entera del Donbás, que representa la práctica totalidad del este de Ucrania, a cambio de paralizar su ofensiva en el sur del frente de combate y de poner fin a nuevos ataques en el resto del país como una de las condiciones para aceptar un posible acuerdo de paz con el Gobierno ucraniano.
Según han confirmado fuentes próximas a la cumbre que Putin mantuvo este pasado viernes en Alaska con el presidente de EEUU, Donald Trump, en el momento de que las fuerzas ucranianas se retiraran de la región — que comprende las provincias de Donetsk y Lugansk, parcialmente incorporadas a Moscú — el presidente ruso ordenaría la detención inmediata de la ofensiva en los frentes de Zaporiyia y de Jersón, en el sur del país, informan el ‘Financial Times’, la cadena estadounidense NBC y la agencia Bloomberg.
Estas mismas fuentes indican que Putin habría prometido detener cualquier otro tipo de ataque contra Ucrania, como los bombardeos con drones y misiles crucero que efectúa habitualmente contra el centro y el oeste del país.
Putin trasladó ayer este mensaje a Trump, quien dedicó las horas siguientes a comunicar la oferta a los líderes europeos, en lo que el presidente ruso, de nuevo según estas fuentes, entiende como una “concesión territorial”. Sin embargo, el mandatario también avisó a su interlocutor estadounidense que no ha abandonado el resto de las llamadas condiciones “fundamentales” para poner fin definitivamente al conflicto.
Moscú, cabe recordar, exige que Ucrania asuma un estatus permanente como potencia no nuclear, alejada de la OTAN, con plenas garantías para la comunidad rusoparlante y, por encima de todo, el reconocimiento de lo que Moscú llama como “la nueva realidad territorial” representada en los territorios ucranianos que se ha incorporado, buena parte de ellos en el Donbás, así como Crimea.
Por poner otro ejemplo, entre las condiciones secundarias que habría planteado Putin, ya según fuentes del ‘New York Times’, se encontraría la adopción del ruso como lengua co-oficial en Ucrania, algo no contemplado ni por lo más remoto por la Constitución ucraniana de 1996, que ni siquiera admite un sistema bilingüe, por mucho que el idioma ruso sea empleado de forma habitual precisamente en el Donbás y en Crimea. Putin también ha pedido que las iglesias ortodoxas rusas desempeñen su misión con normalidad en territorio ucraniano.
Cabe recordar también que las fuerzas rusas controlan aproximadamente el 70 por ciento de Donetsk, pero la cadena de ciudades en el oeste de la región permanece bajo control ucraniano y es un cinturón defensivo crucial, cuya entrega dejaría al país en una situación extremadamente vulnerable en el caso de una nueva ofensiva. En lo que corresponde a Lugansk, las fuerzas rusas controlan la práctica totalidad de la región, excepto una pequeña porción en su extremo oeste.
En comentarios también bajo el anonimato al portal estadounidense Axios, algunos responsables estadounidenses presentes en la reunión tuvieron “la impresión” de que Putin estaba dispuesto a negociar la retirada de sus fuerzas en las regiones de Sumi y Járkov, en el norte de Ucrania, donde controlan una extensión de territorio casi marginal en comparación con el Donbás.
GARANTÍAS
Las “garantías de seguridad” fueron otro tema destacado en la cumbre de Alaska. En este sentido, Trump ha comunicado a los líderes europeos que Putin está, en principio, dispuesto a aceptar algún tipo de solución internacional para proteger a Ucrania contra una nueva ofensiva rusa, siempre y cuando no involucre la presencia de la OTAN.
Ese escenario coincide con una estimación realizada este pasado viernes por Trump, antes de la cumbre de Alaska. En comentarios ante los medios norteamericanos durante el vuelo a Anchorage, el presidente estadounidense contempló la posibilidad del despliegue de una fuerza multinacional “con Europa y otros países” pero nunca “bajo la forma de la OTAN”, una opción que el presidente estadounidense ya descartó de manera sumaria.
“Hay cosas que nunca van a ocurrir, pero por lo que a Europa se refiere, cabe esa posibilidad”, concluyó. La posible incorporación de fuerzas estadounidenses a ese contingente sigue en el aire, pero el canciller alemán, Friedrich Merz, ha deslizado este domingo a la cadena ZDF que “la buena noticia es que Estados Unidos” está, en principio, “dispuesto a participar en dichas garantías de seguridad, sin dejarlo solo en manos de los europeos”.
Trump trasladará todo este contenido al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en su crucial reunión del lunes en la Casa Blanca, un encuentro para el que Trump ha extendido una invitación, según fuentes próximas al ‘New York Times’, a varios “líderes europeos”, comenzando por los jefes de Estado y de Gobierno de la llamada “coalición de dispuestos” a participar en una misión de paz para Ucrania, principalmente el canciller alemán, Friedrich Merz, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer.
Otra posibilidad es la que han planteado fuentes del portal estadounidense Politico y que reducen el posible mediador europea a solo una figura, la del presidente finlandés Alexander Stubb, uno de los interlocutores favoritos de Trump -- fanático del golf, como el presidente norteamericano -- y mandatario de un país líder en el diseño de barcos rompehielos, imprescindibles para la navegación por el Ártico, uno de los grandes objetivos económicos de la Administración Trump.
Las fuentes de Axios indican también que Trump quiere cerrar en los próximos días y de una vez la hipotética cumbre trilateral que le reuniría de nuevo con Zelenski y Putin, esta vez todos juntos, con el 22 de agosto como opción más temprana, sin que de momento se haya contemplado la posible sede de las conversaciones.
Zelenski, que no se ha pronunciado formalmente sobre estas informaciones, como tampoco lo ha hecho la Casa Blanca, el Kremlin ni la diplomacia europea, siempre se ha declarado firmemente en contra de ceder territorios a Rusia como parte de un posible acuerdo de paz. No obstante, al poco de aparecer estas informaciones, el Ministerio de Exteriores ucraniano ha publicado un mosaico de imágenes de destrucción en múltiples ciudades del este del país a consecuencia de los bombardeos rusos.
“Todas estas ciudades están situadas en las regiones de Donetsk y Lugansk de Ucrania, el llamado Donbás. Todas estas ciudades ya han sido reducidas a cenizas por el Ejército ruso”, ha denunciado Exteriores bajo las fotografías de localidades como Soledar, Marinka o Vuhledar.
“Todas estas ciudades estuvieron una vez llenas de ucranianos: niños, familias. Ucranianos a quienes los criminales de guerra rusos han asesinado, capturado, trasladado por la fuerza o expulsado de sus hogares”, añade el Ministerio. “La guerra de Rusia no solo es contra el territorio de Ucrania, sino contra el derecho mismo de los ucranianos a existir”.
“Estados Unidos, la Unión Europea y otros socios tienen la fuerza para frenar a Rusia. Acciones firmes y coordinadas, basadas en la justicia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, traerán una paz justa y duradera”, ha concluido el Ministerio.