Vidas que siguen después de Pavimentos Litón

Cerró Pavimentos Litón y atrás quedaron setenta años de historia en uno de los comercios más tradicionales de Jaén.

07 abr 2015 / 15:04 H.

Pero, al mismo tiempo, historias personales de quienes vivieron los últimos latidos del corazón de la empresa. Seis empleados que ahora se ven obligados a buscar otro camino, otro negocio en el que seguir activo laboralmente. Los más mayores de la ya exigua plantilla hablan de hasta treinta personas contratadas en Litón. Sin embargo, la merma del sector de la construcción hizo efecto dominó y una de las fichas derrumbadas fue este septuagenario negocio.
Cerradas las puertas, Carlos González, el más veterano de los extrabajadores, con más de 40 años al frente, asegura que toda su experiencia laboral se concentra en Litón. “Cuando me puse a hacer el currículum, no sabía qué poner, pero mi hija me ayudó a darme cuenta que hice de todo, desde cajero, hasta el que hablaba con los representantes”, cuenta González, que, a pesar de la pena por el despido, cuenta, orgulloso, que a sus 55 años, una empresa lo ha llamado para contratarlo. “Es toda una satisfacción que, a mi edad, se hayan acordado de mí”, añade González.
Entre los más veteranos, Jesús Casas, de 43 años, y 23 en la empresa, fue un mozo especializado, aunque lo pasaron a dependiente. María Delgado llevaba ocho años en Administración. “Me da pena el cierre, sobre todo por los más  mayores. Me siento libre, pues estaba a media jornada y no podía irme sin mis derechos”, cuenta Delgado, de 30 años.
El que fue gerente de Litón, Severiano Gutiérrez, asegura que el cierre fue decisión de los socios, aunque indica que llegaron a pasar de 100.000 euros de pérdidas a 18.000. “Estuve dos años en la gerencia, así que me vendrá bien para mi currículum”, dice el exgerente de 40 años. Juan de Dios Sánchez, de 46 años y 4 de trabajo en Litón, indica que, si han cerrado no es por que no hubiera beneficios. “Me quedo con los primeros años, se ganaba más dinero”. El más joven de la plantilla, José Portellano, con 22 años y un año en el comercio, era mozo de almacén. “Aunque me fastidia estar parado, ya me estoy moviendo para encontrar un trabajo”.