Vendedores de humo

Recuerdo cuando llegaban al pueblo, megáfono en mano, y con una furgoneta repleta de los productos más variopintos, los charlatanes. A los niños nos llamaba la atención el don de palabra que tenían, así como su habilidad para embaucar a la gente. Lo mismo te vendían una máquina de escribir (un bolígrafo), que un crecepelo o varias barras de turrón caducadas.

    29 oct 2014 / 09:56 H.

    En la actualidad las cosas han cambiado, pero siguen estando ahí, son los nuevos vendedores de humo. Ahora disponen de otros medios más sofisticados. Son especialistas en vender lo que no tienen, se esfuerzan en demostrar que dominan el tema sobre el que están hablando con el fin de obtener beneficios o ventajas particulares. Utilizan informaciones sesgadas, hacen alardes de conocimientos y experiencias que no se pueden constatar y son incapaces de cumplir lo que cuentan. Son expertos en la utilización de “frases-humo”, expresiones con las que, por su obviedad, todo el mundo está de acuerdo. Quizá, sin saberlo, son conocedores del “efecto Forer”. Bertram Forer, psicólogo de Estados Unidos, realizó un experimento en el que demostró que cualquier individuo tiende a aceptar descripciones generales, como si fueran exclusivamente suyas. A todos los participantes les dio el mismo texto en un análisis de personalidad en el que destacaban obviedades como: “Tienes una gran necesidad de gustar a los demás. Tiendes a ser demasiado crítico contigo mismo. Tienes un gran potencial que todavía no has aprovechado”. Pero mucho más peligrosos son los vendedores de humo ignorantes. Seguro que conoces a alguno. Son arrogantes y se creen poseedores de la verdad absoluta no siendo conscientes de su ignorancia. Siempre tienen razón en todo lo que hacen y dicen y no admiten discrepancias. Son desconfiados y ven conspiraciones por todas partes. Les gusta rodearse de personas que no les hagan sombra y que sean fáciles de manejar. Por suerte, y según investigadores del tema, se puede desenmascarar a los vendedores de humo obligándoles a que abandonen su ambigüedad y a que aclaren cómo actuar en casos concretos.