Vargas Llosa se atreve a torear en Navas con Enrique Ponce
Enrique Alonso /Jaén
El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa se lleva a Jaén en el corazón. Llegó de la mano del torero Enrique Ponce para pasar unos días en su finca Cetrina de Navas de San Juan —acompañado de su mujer Patricia Llosa— y se marchó con la satisfacción de torear una vaca brava en un tentadero. Fue al alimón acompañado del maestro Enrique Ponce. Mario Vargas Llosa se sintió torero en Jaén.

El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa se lleva a Jaén en el corazón. Llegó de la mano del torero Enrique Ponce para pasar unos días en su finca Cetrina de Navas de San Juan —acompañado de su mujer Patricia Llosa— y se marchó con la satisfacción de torear una vaca brava en un tentadero. Fue al alimón acompañado del maestro Enrique Ponce. Mario Vargas Llosa se sintió torero en Jaén.
El premio Nobel de Literatura y uno de los grandes escritores del panorama internacional presentó en Madrid el libro “Enrique Ponce, un torero para la historia”. Allí dijo: “Es un hombre “elegido por los dioses y la buena fortuna, ganador de todos los áureos de su profesión y ejemplo de vocación, talento y humildad dentro y fuera del ruedo”.
En cambio, la visita del escritor peruano fue más allá de la presentación del libro en Madrid. Enrique Ponce invitó a Mario Vargas Llosa a su finca Cetrina, que se encuentra en Navas de San Juan. Llegó acompañado de su mujer Patricia Llosa para disfrutar de la dehesa jiennense en compañía de Enrique Ponce y su mujer Patricia Cuevas. Enrique Ponce fue un excepcional guía por la ganadería y organizó un tentadero para mostrarle a Mario Vargas Llosa cómo se hace la selección del ganado bravo. Una fiesta campera para un Premio Nobel. Y aquí ocurrió el hecho extraordinario. El escritor peruano salió al ruedo de Cetrina para “debutar” con el capote y la muleta. Lo hizo al alimón —acompañado de otra persona— con Enrique Ponce. De hecho, el matador no dudó en señalar que Vargas Llosa está dotado de dos cualidades esenciales para triunfar en el toreo: valor y arte.
La vaca era del hierro de Enrique Ponce y el escritor salió con el capote. Citó varias veces a la res y luego se abrazó al toreo con un claro gesto de emoción. Mario Vargas Llosa y Enrique Ponce están unidos por una firme amistad gracias a las campañas del torero en América, en las que es muy querido y respetado. Precisamente, el torero ha sido el que ha revelado esta experiencia a través de su página de internet. Allí aparecen las fotografías de la fiesta campera que sirvió para que Mario Vargas Llosa debutara en los ruedos. Después dijo que sentía una profunda emoción. Resulta extraño ver a una personalidad de las artes delante de la cara del ganado bravo. Hace unos años fue el músico argentino Andrés Calamaro el que se puso delante de una becerra en la ganadería onubense de Gerardo Ortega. Tuvo una gran repercusión internacional por el apoyo que conllevaba para la Fiesta Nacional. De hecho, el ganadero rebautizó a la vaca con el nombre de “Calamara” y la guarda con cariño en su dehesa.
También está en los libros de historia el encuentro de Domingo Ortega y José Ortega y Gasset. Ambos torearon al alimón en un tentadero, lo que se ha convertido en un ilustre precedente de lo que ocurrió hace unos días en Navas de San Juan. Precisamente, Jaén unió al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y al matador más reconocido de la historia Enrique Ponce. Fue en la intimidad del campo, aunque ahora sale a la luz como un claro respaldo a la tauromaquia.