Un tal Ricardo Blázquez
Así se refirió Arzalluz a quién iba a ser nombrado obispo de Bilbao a finales de 1995. El “tal Ricardo Blázquez Pérez”, hoy presidente de la Conferencia Episcopal Española y Arzobispo de Valladolid, será nombrado en breve cardenal por el Papa Francisco I. Supongo que, aunque de talante conciliador, al gobernante vasco debió parecerle inconveniente el nombramiento y no por razón de nacimiento, sino más bien por falta de afinidad política con el PNV, como la que sí mostraba Setién. Resulta sumamente curioso como la vinculación de la Iglesia con determinados movimientos ideológicos puede legitimar o, al menos, dar carta de naturaleza a las actuaciones políticas. Aunque solo sea por mirar hacia otro lado. De ahí la querencia a la afinidad. Sin remontarnos a otros momentos, a otras épocas de connivencia de la Iglesia con la ignominia, no es casualidad que toda la expansión del neoconservadurismo, que se inicia con Reagan y Thatcher coincida con un Papa conservador. Más preocupado por los dogmas, la doctrina o la sexualidad de sus feligreses que por lo que se estaba cociendo en la trastienda del poder económico, que tanto sufrimiento ha causado y está causando. Es más, se persiguió con ahínco a aquellos religiosos que practicaron la Teología de la Liberación y mostraron tendencias obreristas y en defensa de los más desfavorecidos. Ahora, el padre Jorge, va poniendo en orden ciertas cosas, afronta la renovación de la Curia con vigor; habla con claridad de la necesidad de poner la economía al servicio del hombre; se ha arremangado para acabar contundentemente con los abusos sexuales en el seno de la Iglesia, tapados vergonzosamente durante tanto tiempo; no elude afrontar los cambios producidos en la familia; mira la sexualidad con mayor naturalidad. Nos guste o no, la Iglesia Católica es un factor de cambio o de inmovilismo, de vanguardia -como lo fue después de Concilio Vaticano II-, o de reacción. Que ponga más el acento en la necesidad de luchar contra la pobreza, la marginación, la explotación o la injusticia que, por ejemplo, en el uso del condón, no es algo menor. ¡Salud y larga vida al padre Jorge!
Francisco Zamora
Francisco Zamora