Un silencio abrumador y rabia para despedir a Toñi en Noalejo

No hacía tarde de estar en la calle en Noalejo. Más de treinta grados de temperatura y un sol que quemaba invitaban a salir, como pronto, al anochecer. Pero las tristes circunstancias obligaron a cambiar las rutinas en este pueblo, en el que se enterró ayer a la última víctima mortal de  la violencia machista, Toñi Cortés Lombardo, y al supuesto autor de la muerte, su marido, Antonio Aguayo Olmo, que se suicidó tras herirla mortalmente. En apenas 24 horas, los dos cadáveres —el de ella con una herida de arma blanca y el de él, con un disparo fatal—, fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal para la autopsia y regresaron al municipio en el que vivieron sus dueños para recibir cristiana sepultura.

29 ago 2015 / 08:42 H.

La primera de las ceremonias, la de Antonio, fue oficiada, a las cuatro y media de la tarde; la de Toñi, hora y media después. Los hijos del matrimonio regresaron a Noalejo para pasar el trago juntos. La menor es una joven que reside en Granada, donde también vivía su madre últimamente. El mayor de los dos hermanos, de 27 años, en Barcelona. Llantos ahogados entre la familia y los más allegados y caras de circunstancias entre los muchos vecinos que asistieron a los oficios religiosos, muchos menos al del hombre que al de la mujer. Ni gritos  ni nadie que se viniera abajo, las procesiones iban por dentro. Entre los que acudieron para mostrar su respeto a la difunta, el alcalde, Antonio Morales, que, cerca de la puerta de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, pedía respeto y evitaba hacer declaraciones públicas ante sus paisanos.
El sacerdote que ofició el sepelio de Toñi admitió que, además de una noticia que causa un entendible dolor entre sus convecinos, las violencias circunstancias que rodean la muerte causan una sensación que, en sus palabras, está “rayando el desconcierto”.  El ambiente dentro y fuera del templo, entre todas las personas que  participaron en el acto de despedida colectiva, era bastante tenso, flotaba una sensación de querer pasar página lo antes posible y la presencia de periodistas incomodaba. El municipio está de luto oficial, por acuerdo extraordinario de la Corporación Municipal, durante tres días, entre las 12:00 horas de ayer, hasta las 12:00 del próximo 31; las banderas de Europa, de la provincia, de Andalucía y de España que ondean en el Ayuntamiento están a media asta y lucen crespones, colocados por personal municipal con puntualidad británica. Todos los actos previstos en este periodo de tiempo están suspendidos.
los hechos. El caso de Noalejo ya tiene la certificación oficial de crimen machista, al confirmarlo el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, por lo que Toñi Cortés Lombardo entra en esta truculenta lista como la fallecida número 26. La investigación, no obstante, continúa abierta, a la espera de recopilar los últimos datos para reconstruir los hechos, según precisó el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz. Ayer, el escenario del drama estaba libre de todo rastro de lo ocurrido. En la puerta no había restos de sangre y el vehículo de la mujer, que quedó estacionado a la altura de su casa, el número 85 de la Avenida de la Constitución, no estaba en la vía pública.
El matrimonio que, como está confirmado por las autoridades, estaba en trámites de divorcio, tras haber llegado ya a un acuerdo de separación amistosa, había quedado para verse el jueves en la vivienda familiar. Allí tenía que haber acudido un tasador para poner precio al inmueble, un bonito chalé.
Vecinos y familiares explicaron el día de los hechos que la pareja se había trasladado a Granada a vivir, pero que, después de distanciarse, él había vuelto al pueblo y ella se había quedado en la capital de la Alhambra, muy próxima a Noalejo, con la idea de rehacer su vida. Entre sus proyectos, como explicaron allegados a este periódico, la idea de retomar sus estudios. El hombre, natural de Campillo de Arenas, aunque totalmente asentado en Noalejo, trabajaba como camionero, en la empresa familiar; ella había estado al frente de la casa. En el pequeño municipio los dos eran conocidos, como su familia, y ni entre sus paisanos ni oficialmente, hay constancia de episodios de maltrato o denuncias.