Un libro coral a Jaén (Q - T)
Luis Miguel Quílez Sánchez. Conductor. Jaén
La Iglesia de La Magdalena, el Baño y Pilar, Torre Árabe, la Muralla, el Convento de Santa Ursula, el Hospital de San Juan de Dios, él Lagarto de La Magdalena y su Raudal, el Convento y Hospicio de Santo Domingo(actual Archivo Histórico Provincial), los Baños Árabes, Colegio Mariano Velasco, Colegio Hospitalico, Iglesia de Santo Domingo y Colegio San Vicente de Paul (Amiga de Piedra)..etc.
La Iglesia de La Magdalena, el Baño y Pilar, Torre Árabe, la Muralla, el Convento de Santa Ursula, el Hospital de San Juan de Dios, él Lagarto de La Magdalena y su Raudal, el Convento y Hospicio de Santo Domingo(actual Archivo Histórico Provincial), los Baños Árabes, Colegio Mariano Velasco, Colegio Hospitalico, Iglesia de Santo Domingo y Colegio San Vicente de Paul (Amiga de Piedra)..etc.
Son algunos de los monumentos y edificios del barrio, que nos han visto nacer y crecer a los chavales de mi generación, y de muchas generaciones y que hemos correteado por sus callejuelas estrechas.... Condesa, Córdoba, Zumbajarros, Hospitalico, Arquillos, Hornos Mirez, Carnero (callejón de los Muertos), Empedrada, Trinidad, Uribes, Bobadilla, Corralar (Juanito el Practicante), San Miguel, etc... Un saludo desde el barrio más bonito y con solera de Jaén. ¡Viva La Magdalena!
Marta Ramírez Hidalgo. Estudiante. Jaén
Jaén, bella ciudad de luz, con su mar de olivos, con ese castillo coronando la ciudad, esa preciosa catedral, Nuestro Padre Jesús… Soy Marta y llevo diez años viviendo en Jaén. Es una ciudad preciosa aunque hay algunas cosas que no me gustan como la basura tirada por la calle o los excrementos de perro que no recogen sus dueños. No entiendo como las personas que viven aquí no cuidan su ciudad que es como su casa y deberían tenerla limpia. En el fondo Jaén es una ciudad estupenda y siempre lo será.
Ana Belén Ramírez Puerta. Enfermera. Mejorada del Campo (Madrid)
Soy madrileña pero toda mi familia es de Fuerte del Rey: padres, hermanos, abuelos, tíos. He veraneado y pasado allí todas mis vacaciones desde que nací. Me enamoré de un chico del pueblo, amigo de la pandilla de siempre y me le traje para Madrid. Nos casamos y vamos por el segundo hijo. Ahora son los pequeños los que se mueren por ir al pueblo a pasar sus vacaciones. Y yo aunque ya grande también sigo disfrutando allí. Conservamos amigos y la familia que tira mucho, así que seguiremos yendo siempre que podamos.
Marta Ramiro Anguita. Estudiante de Primaria. Jaén
Jaén es la ciudad en la que nací, en ella podemos ver muchas cosas bonitas y pasear por sus calles porque no es muy grande y es tranquila. Podemos ir por el barrio de la Magdalena y visitar el Palacio de Villadompardo , en el que se encuentran los baños Á?abes , que son unos de los que mejor se conservan en España. También podemos ver el museo de Arte y Costumbres Populares y el museo de Arte Naif. Seguimos para la Iglesia de la Magdalena y podemos ver el Raudal de la Magdalena donde se encuentra la gruta del lagarto, que es una leyenda muy bonita de Jaén. Luego podemos visitar la catedral de estilo Renacentista, que quieren que sea Patrimonio de la Humanidad, porque es muy bonita. Si subimos al Castillo de Santa Catalina podemos ver una vista de toda la ciudad de Jaén y de sus alrededores, así como un centro de interpretación de Castillo y entrar al Parador de turismo. A mí me gusta mucho mi ciudad y estoy muy contenta de vivir aquí.
Verónica Ramos Parras. Enfermera. Madrid
Andaluces de Jaén aceituneros altivos, es lo que respondo cada vez que me preguntan de donde soy, y es que el mar de olivos es nuestra seña de identidad con su gran encanto que lo diferencia de tierras ajenas y desiertas. Y es que no hay nada mejor que pasear entre los árboles de la Alameda teniendo como testigo al castillo de Santa Catalina y las inmensas montañas que lo acompañan, perderte por el casco antiguo y encontrarte con nuestra joya en forma de Catedral. Y como olvidarse de las tapitas de los pequeños bares en los que hay mas gente en la calle que dentro; calles, estrechas calles, como la de "sal si puedes", aunque si por mi fuese aunque pudiese no saldría de Jaén.
Francisco Javier Rangel Zambruno. Presidente de la Cofradía del Señor de las Lluvias. Mengíbar
Los monumentos son la representación de la historia de un pueblo o ciudad, las tradiciones populares o pasionales, son la huella que dejan en nuestra memoria los recuerdos que nuestros padres, abuelos o vecinos nos han hecho llegar para poder pasarlos a nuestros hijos o nietos, y es así como mi Cofradía del Santísimo Cristo de las Lluvias y de María Santísima de la Amargura, de la que estoy muy orgulloso de ser hermano mayor, ha subsistido desde el año 1852 hasta la fecha, siendo en la actualidad una cofradía que une lo tradicional con lo contemporáneo, recorriendo el Lunes y Miércoles de nuestra semana santa, el casco antiguo y moderno de Mengíbar, trasladando a nuestro Santísimo Cristo, desde la ermita del Señor de las Lluvias, antes Humilladero (s. XVIII), por las calles mas antiguas y angostas (Párroco Merino, Callejón de los Curas, s. XVII) hasta la Parroquia de La Inmaculada (inaugurada en 1980) para el rezo de los jóvenes, o procesionando por las calles mas modernas y populares (Real, San Pedro, s. XX) hasta la Parroquia de San Pedro Apóstol (s. XIII), con el encuentro entre nuestras veneradas imágenes ante la Virgen de los Dolores, uniendo el fervor, la pasión y curiosidad de mayores, jóvenes y pequeños, y así ahondar su huella en la memoria de todos, para perdurar durante los siglos de los siglos, amén.
María del Carmen Raya Calderón. Estudiante. Jaén
Para mí, Jaén es mágico. Es la ciudad que más me gusta. Un Castillo que no tiene igual, una Catedral que es la envidia de muchas otras. Unos Baños árabes que han guardado toda la historia de la ciudad. ¡Qué bien me siento en Jaén! Desde Peñamefécit saludo a todos los barrios de Jaén.
Juan José Reca Vicaria. Presidente de la Federación de Asociación de Vecinos “Himilce” de Linares
Cuando estuve fuera, Jaén era para mi, el deseo permanente del regreso y a pesar de que las ofertas de trabajo, ocio o culturales, allí donde yo era emigrante, colmaban con suficiencia mis necesidades, cuando al volver de vacaciones cruzaba Despeñaperros notaba como se me abría una ventana en el pecho por donde el aire limpio que entraba me cambiaba el semblante y me llenaba de luz, sosiego y paz. Por fin volví para quedarme, hace unos 30 años y desde entonces no ha pasado un día que me alegre de vivir aquí, de trabajar y de luchar, codo con codo con mis paisanos jienenses, para mejorar nuestra calidad de vida. Ya no me asaltan las lágrimas cuando dejo volar mis recuerdos y estos vuelven a Marmolejo para ver al niño chico junto al “arriate” sentado en el “poyete” o la “selviguera” con su “trompo” y la “guita” junto al “cenacho” de “peros”, por que sigo estando aquí en mi Jaén. Dijiste
Francisco Javier Rey Arans. Director Escuela Politécnica Superior de Linares.
En estos 70 años de vida, el Diario JAEN ha recogido en sus páginas la información de nuestra provincia. En muchas ocasiones han destacado noticias en relación a la Escuela Politécnica Superior de Linares. Por eso quiero aprovechar este aniversario para recordar que los orígenes de la Escuela Politécnica Superior de Linares, Medalla de Andalucía, se remontan a 1892, fecha en la que se implantan en la ciudad de Linares los estudios de minas. Unos años más tarde, en 1910, se funda la Escuela de Artes Industriales. Con la unión de ambos centros en 1976 nace la Politécnica. Este centro universitario verá la incorporación de dos nuevas familias de la Ingeniería: Telecomunicaciones en 1993 y Civil en 2010, por lo que en la actualidad ofrece un catálogo de titulaciones muy atractivo y competitivo.
Esta Escuela, centenaria desde 1992, conmemora este curso académico los 100 años de historia de su rama industrial. Se trata de una buena oportunidad para reflexionar sobre el pasado, pero también para hablar con orgullo de nuestro futuro. Sobre todo, en unos momentos de profundos cambios en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior y de la construcción de las nuevas instalaciones universitarias.
José María Redondo Tortosa. Jubilado. Almansa (Albacete)
Solimán y Alhamar te dieron fama;/ Cástulo vio morir a un Escipión;/ Castaños y Bailén, Napoleón/ fue humillado aquí, sobre la grama./ Alfonso en Las Navas tronchó la rama/ del árabe que a España dominó/ y la hueste a Santiago le gritó:/
¡Cierra España! que entera lo reclama./ Despeñaperros sirve de frontera/ que te aparta del páramo y Castilla/ y abre las compuertas de Al-Ándalus./ Porque Jaén fue siempre la primera/ y antes que Granada y que Sevilla/ cimentó la grandeza de Al- Ándalus.
Ramón Reyes Camacho. Industrial jubilado. Villanueva del Arzobispo
A cien kilómetros del Santo Rostro, Villanueva del Arzobispo, entre olivos centenarios, llora por la distancia de su capital Jaenera, que admira y quiere por sus valores artísticos y religiosos. Catedral Renacentista que ilumina a todos sus pueblos con la belleza y el arte que Vandelvira le imprimió por el siglo XVI. Imagineros del alma que fueron dejando sus amores entre olivos villanovenses, como Sánchez Mesa y Mariano Benlliure al esculpir con sus manos de seda a nuestra Virgen de la Fuensanta y el Cristo de la Vera Cruz, imágenes llenas de lirismo y evocación que fueron queridas desde el primer día de su llegada a esta ciudad. Desde aquí, lejos, pero unidos por la magnificencia nos sentimos orgullosos jienenses, andaluces y españoles.
Antonio Reyes Martínez. Administración en formación. Bedmar
Camina y escucha. Pero no se te ocurra recorrer esta tierra mirando al suelo. Si eres de los que viene de paso y no pones todos tus sentidos en el intento, te perderás tesoros que la piedra convertida en legado tiene reservados para ti y jamás podrás ver el color azul de esas sierras que nos protegen de los males de afuera. Abre tus ojos y pon tus oídos a disfrutar del solano recorriendo este inmenso mar, cuna de nuestro más afamado bálsamo de Fierabrás que hace las veces de sangre de la gente de estas tierras. Piérdete por nuestras plazas, escuelas de nuestra historia que aun conservan lo puro de nuestros mayores, perpetuos profesores ávidos de enseñarte y encantados de contestar a tus mil preguntas. Intenta resolver el enigma de porqué todo aquí es tan fácil y tan complicado. Pero cuidado, mucho cuidado, ya que correrás el riesgo de no querer marcharte. Así que la elección es tuya. Si eres tan osado, ven y corre ese riesgo. Pero tanto si consigues pasar tu prueba de fuego como si no, no olvides que en Jaén hay que pasear con los cinco sentidos. Y ten en cuenta que, a Jaén se viene llorando y se sale llorando.
Miguel Reyes Martínez. Estudiante. Jaén
Jaén es bonita/ por su Castillo y olivos./ Es tranquila y siempre bella./ Nunca querré marcharme/ De esta hermosa tierra mía./ La cultura árabe, el aire judío,/ la catedral que nos mira./ Jaén es una leyenda/ que ojalá nunca se pierda.
Nerea Reyes Nieto, Estudiante de Primaria. Jaén
Jaén, eres la ciudad más bonita del universo. Me gustas mucho porque eres grande y tienes muchos olivos. Siempre me lo paso fantástico paseando por tus calles y plazoletas. Tus labios siempre me están sonriendo. Me encanta cuando es de noche y se encienden esas luces que alumbran las calles. Esos ojos que tienes grandes, grandes de color verde y unas pestañas muy largas. Estos ojos son únicos. Me gusta cómo son tus andares, con tu cabeza bien alta. Esas manos blanditas, muy blanditas que cada vez que me acarician me quedo dormida.
Pedro Reyes Romera. Profesor. Miguelturra (Ciudad Real)
¡Viva la Virgen de la Cabeza! Santa patrona de la Diócesis de Jaén.
Gabriel Rísquez Begara. Maestro jubilado. Torredonjimeno
Unas décadas atrás, en muchas casas de nuestra provincia, la primavera y el otoño eran épocas de preparación de equipajes. Las familias de Jaén no iban precisamente de vacaciones. El destino era mayoritariamente Francia, con sus recolecciones correspondientes. Las maletas rebosantes de comida (hay que gastar lo menos posible allí), que se probaba ya durante el largo viaje, las interminables horas de trabajo, la ausencia en muchas de nuestras fiestas… Gran parte de nuestras viviendas surgieron de ese esfuerzo y se pusieron las bases del futuro de muchos de nosotros. Hoy en nuestras calles nos cruzamos con nuevos vecinos de todas las razas y colores. Vienen del sur más o menos cercano y del este y el oeste más o menos lejanos. Desarrollan en ocasiones los trabajos que nosotros ya no queremos. Contribuyen a que de una sociedad de emigrantes nos hayamos convertido en otra de inmigrantes, a que nuestro nivel de vida apenas recuerde al de hace poco tiempo. Sus hijos conviven con los nuestros en escuelas y calles. ¿Seremos capaces de construir la provincia multicultural que demanda el futuro? ¿Tendremos la suficiente inteligencia para no olvidar de dónde venimos y así poder llegar dónde queremos ir?
José Rivilla Torres. Estudiante. Jaén
Jaén es mi ciudad, la mejor del mundo. ¡Como Jaén no hay ninguna!. Nunca nos falta el aceite con tantos olivos, con los campos verdes y las sombras blancas del sol que llenan las piedras de la Catedral. Por la falda del Castillo crecen pinos que se elevan y guardan restos desde la prehistoria hasta los tiempos de los árabes. Las personas de Jaén son simpáticas y educadas y pasean por las calles antiguas que parecen sacadas de la historia.
Jorge Romero Aranda. Poeta. Alcalá la Real
Después del tránsito acaecido/ entre la copa penúltima y el mismo beso/ que hilaba palabras de amor,/ te vi buscando desde/ un balcón de miradas lentas/ algunos pasos para merodear/ los recovecos de tus calles,/ tus pechos aún retenían algo de ternura,/ como tus calles aceitadas ahora que las pienso;/ tenían tus calles niveles enfrentados/ que me hacían sentir en la carne/ el paso del tiempo/ mostrándome una senda inexorable,/ la misma que surge cuando me invitan/ las esquinas a leer tus suaves curvas solitarias./ A la hora que tú me digas y tu reloj,/ yo miraré la hora en tu reloj/ tejido de largo tiempo/ la marca de una historia y un traje a tu medida/ y la cantinela de un valle/ que nos vio nacer a cuño de barro/ y piedra troquelada./ Yo que vivo en tu silencio/ voy a mirar los rincones, si tú me dejas,/ para sentir el vaho de tu presencia/ tú con tu nombre, sólo con tu nombre/ yo pintando de miradas infinitas tu regazo.
Gabriel Robledillo Amezcua. Profesor. Jódar
Jaén es tierra visitada por santos: Santa Teresa, San Juan de la Cruz, San Juan de Ávila, etc. A veces pensamos que los santos son personas que están alejados de sus paisanos, y están recluidos en sus casas, conventos o monasterios. Pero no es así, los santos han sido personas como nosotros, que se han relacionado con los demás. Me viene a la cabeza el caso de Santa Teresa de Jesús, que viajó por media España fundando conventos.
San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, llevado por su afán de almas, viajó mucho. Recorrió casi toda Europa y los países de habla hispana de América. Donde iba, era tanta la gente que le quería oír, que se organizaban catequesis multitudinarias.
Escrivá estuvo en Jaén el martes, 2 de abril de 1945, para visitar al obispo de nuestra diócesis, don Rafael García y García de Castro. El prelado no se encontraba en nuestra ciudad, y no pudieron verse. Antes de la visita, San Josemaría desayunó en el bar Ideal, en la Plaza de las Palmeras.
Otra vez que el fundador del Opus Dei estuvo en nuestra provincia fue el 3 de Mayo de 1967, había salido de Madrid, e iba de camino hacia Jerez de la Frontera. Al llegar a La Carolina, él y sus acompañantes pararon a comer en el restaurante La Perdiz. El ayuntamiento de La Carolina, después de la beatificación de San Jose María, le dedicó una calle, como recuerdo de su paso por la ciudad.
En el año 1972 recibió en Jerez a un grupo de miembros del Opus Dei de Andalucía, allí en una tertulia familiar, uno de ellos, que era de Jaén le dijo: -“Padre en Jaén…”. San Jose María le interrumpió con una sonrisa, y le dijo: -“En Jaén donde resido” y su interlocutor continuó: -“vive don Lope de Sosa…”
Me cuenta un amigo, que una vez que se dirigió a San Jose María al manifestarle que era de Jaén, le dijo: “¿Todavía seguís roncando?”.
Son unos ejemplos de la relación de San Jose María con nuestra tierra, y con nuestra gente.
Concepción Robles Ruiz. Presidenta ALES. Villacarrillo.
Queridos amigos y lectores del Diario JAEN, mi nombre es Concha Robles, en primer lugar agradecer enormemente esta oportunidad que me brindáis para acercarme a los jiennenses, y en segundo lugar felicitaros por los setenta años de historia y trabajo que el diario lleva a sus espaldas.
En un intento de expresar con palabras qué es para mí esta tierra, he de decir que Jaén es la tierra que vio nacer a mis padres, mi marido, mis hijos, y es aquí donde están mis raíces. Mis padres, emigrantes como tantos otros, tuvieron que abandonarlo todo y partir a otro lugar con dolor y un futuro incierto. Esos caprichos del azar y de la vida, marcaron mi destino, y muy a mi pesar, yo no nací en este mar de olivos, paraíso andaluz. Pasados unos años volvimos al norte del sur, a nuestro Jaén y a nuestros orígenes, para definitivamente sembrar y echar raíces en el lugar que por derecho nos correspondía, el lugar que en la distancia tanto me habían enseñado a querer mis padres.
Jaén tierra antaño cautiva, que hoy cautiva y enamora, tierra sembrada de historia y de historias, morada de gentes sencillas y hospitalarias. Será por eso que cuando Jaén llora lloro con ella y cuando ríe, me sumo al eco de su risa entre olivares y campiñas. Nuestro gran tesoro, ese mar de olivos sembrado por nuestros mayores, sin duda testigo de nuestros pasos y nuestros sueños, que te abraza y te susurra ¡Quédate conmigo!, todo eso es para mí Jaén.
Manuel Rodríguez Chica. Maestro jubilado. Jaén
Este es el eslogan, acertado y sugerente, sobre nuestra tierra. ¿Qué decir de ella, que no se haya dicho ya? Jaén, de agrestes montañas, verdes olivares, prados frondosos y ríos, que lucen al sol, como miradores cristalinos, es una inmensa cuna, que ha acogido a las diversas culturas: Ibera, romana, árabe, judía, cristiana, que han dejado su impronta en ella. Sus habitantes, gente hospitalaria, con un gracejo andaluz, muy particular: sus monumentos, entre los que destaca su bellísima Catedral; sus preciosos pueblos, tesoro de la humanidad, que muestran orgullosos, las huellas de su gloriosos pasado, y su prolífica naturaleza, hacen de ella, una tierra privilegiada. Es Jaén una ciudad serena y alegre, con una idiosincrasia, unas costumbres entrañables, que mira confiada al futuro. Una tierra muy arraigada en mi corazón, a la que canto, en el Orfeón "Santo Reino", desde hace bastantes años, y que mereció el inmenso honor de ser visitada por Nuestra Señora, la Virgen María, en 1.430. Es mi patria chica, plena de encanto. Lo dicho. Es Jaén un "Paraíso interior".
Andrés Rodríguez González. Empresario. Jaén
A un solo mirar su silueta/ respiras a agua de azucena/ tus ojos su contorno embelesa/ a un solo mirar su silueta/ a un solo mirar su silueta/ mozas quisieran su belleza/ porque sus curvas te llenan/ a un sólo mirar su silueta/ su estela como luciérnaga/ ella esbelta con mirada firme/ como si de un artista fuera/ escribiendo en trazo libre/ imagina una noche jaenera/ soñando en cesta de mimbre.
Bartolomé Rodríguez López. Inspector médico. Cádiz
Jaén es una pequeña capital de provincia, que afortunadamente despega, aún lastrada por el escaso tejido industrial existente. A kilómetros de distancia –ya va para 10 años- y con visitas periódicas de fin de semana, la imagen de Jaén cambia imperceptible y lentamente, como pasan los encuadres de una película de arte y ensayo. Sí, Jaén cambia, ha cambiado, y para mejor .Y no lo hace más deprisa lastrada también por la endogamia de sus hijos más preclaros: intelectuales, profesionales, artistas, periodistas y gente aledaña .Si escaso es el tejido empresarial de Jaén, pobre es el entramado cultural .Sin menospreciar a nadie- pues sé de la valía intelectual de la mayoría, veo encerrados a cada uno en el gremio o círculo que otorga el caché de la tribu que habita. Bien es verdad que siempre son los mismos los que acuden, los que están, los que mantienen inquieta a la ciudad. Con una especie de maldición la fotografía quieta, casi fija, de ciento – 200 – personas que todos conocen y se conocen entre sí. Uno puede viajar al sitio más recóndito, alejado o no de España y del Extranjero .Siempre se encontrará alguien de Jaén o de su provincia. Uno puede vivir en Cádiz o en Almería, en el Levante o el Norte del país, y siempre se encontrará a un jaenero o una giennense – casi siempre por motivo del trabajo. Haciendo patria chica desde su lejanía. Añorando su ciudad, su provincia, sus gentes. Por cierto, a mi modesto entender, los pueblos de Jaén han tomado la delantera en el carro del progreso de la provincia. Retomando el hilo, en esa foto imaginaria, durante años han ido desapareciendo personas – unas en contra de su voluntad por paso a mejor vida- las más por ese exilio entre pena y alegría por mor de un trabajo o por huir de la atmosfera cerrada y agobiante de Jaén.
Jaén necesita, a mi modesto entender, un baño de autoestima. Un manifiesto por su desarrollo y cultura, por su economía .Un proyecto estratégico hacia el futuro en el que participen todas las organizaciones, políticas y sindicales, los colectivos diversos, la gente de la cultura, los profesionales y los periodistas, que ha de ser independiente de toda organización y que consensúe las medidas mínimas y máximas para el futuro, las Metas a las que deben dirigirse Jaén, y su provincia.
El consenso de las personas, la discusión, no debe ser un Plan de Desarrollo, debería enganchar la bandera de Jaén y situar a la capital, y a la provincia, en el mapa de Andalucía y de España. Permitiendo que los hijos del exilio den su opinión modesta y alejada, en el espacio, que no en el corazón y vuelvan a positivar y ampliar la Foto de sus gentes.
Francisco Rodríguez Negrete. Jubilado. Jaén
Hoy es viernes, tenemos sol, hay Jaén del alma mía, que bonito se te ve, el parque del Bulevar....Veo desde mi domicilio en el Bulevar veo el parque que bonito y bien cuidado está, pero veo el castillo, el castillo rigiendo Jaén parece que lo está gobernando, yo creo que el gobernador de Jaén es el Castillo. Con su belleza, y con su antigüedad, ¿que nos podría contar este castillo? Yo algunas veces cuando voy a verlo, por que me encanta sentarme, dentro o fuera, parece que sus piedras me hablan, me cuentan su historia, y la oigo de tal manera, que parece que lo estoy viviendo. Veo moros, cristianos algo tan precioso que parece que los tengo delante de mí. Ay Jaén…
Cristina Romera. Cantante y finalista de la segunda edición de “Se llama copla”. Beas de Segura
El amor que siento hacia ti es limpio y puro como tu aire, aire con olores a aceite, a pino y a olivares. El amor que siento hacia ti calma todos mis dolores: salir y hablar con tu gente, comer tus manjares, vivir tus tradiciones; escuchar tus cantes y risas, pasear por tu capital, por tus pueblos y por tus calles...
Tenerte cerca es sentirme libre, como el ave que vuela por tus sierras, como el niño que juega en tus parques, y por ello es que me duele tanto de ti alejarme.
Por éstas y muchas más razones adoro mi tierra.
Jaén, ¿cómo no querer ser tu amante?
José Rodríguez Cámara. Periodista. Baeza
La ciudad, por estar construida en un lugar estratégico y haber crecido, durante siglos, hasta convertirse en un núcleo importante, es perfectamente divisable desde varios kilómetros a la redonda. Baeza se llama y disfruta del rimbombante y honorífico título de “Nido Real de Gavilanes”, por su tradición guerrera. Es balcón al Guadalquivir y por residir en un monumental e histórico mirador, los baezanos viven, a veces, como con la luz apagada. Con el frío, la calima del río se extiende por las calles de piedra y el blanco de la bruma baja varios tonos el marrón de las paredes y deja las luces de las farolas como fundidas. Todo se difumina, da miedo y también da ganas de hacer cosas a escondidas, propicia que los amantes se besen, ocultos en las callejas que serpentean hasta llegar a la Catedral, y hasta sería capaz de tapar un crimen. Es la niebla de Baeza, la que la esconde en mitad de La Loma, la que la transforma y, aparte de bella, la hace misteriosa.
María del Carmen Rodríguez Carrasco. Cantante. Jaén
Pese a nacer en Granada, soy y me considero una jiennense, esta tierra del ronquido. Me gusta la gente de su ciudad y provincia, pues yo viajo mucho y disfruto conociendo gentes y sus costumbres, sobre todo cuando me cuentan sus historias llenas de vida y anécdotas. Adoro los grandes llanos de Jaén y sus montañas llenas de olivos, y su famoso buen aceite. Le tengo mucha fe al Santísimo Cristo de Chircales, que se encuentra en Valdepeñas de Jaén, puesto que yo me he criado muy cerca de él, y he vivido grandes años a su vera, en sus procesiones y romerías.
Pertenezco a la Coral municipal de Jaén, y me gusta la danza.
Enrique Rodríguez García. Jefe de Personal de la Subdelegación del Gobierno en Jaén
Desde el Puente de La Alcantarilla, el cesto de mimbre con los bocadillos y la cerveza El Alcázar, los sábados y domingos bien temprano a la espera del autobús que nos dejaba en el Portazgo del Puente de la Sierra, para desde allí recorrer la ribera del río Eliche hasta llegar al puente que cruzaba desde “El Cañizo no se rinde” a la otra orilla, en los terrenos del Molino de Los Martos, por la que accedíamos al túnel excavado en la roca que nos dejaba en el canal de las truchas, sobre el que discurríamos mi novia y yo ansiosos de llegar hasta el “Chilanco Elías y el Chilanco El Civil”, donde dejábamos la cerveza sumergida en la fría agua cristalina. Y allí, rodeados de paredes de roca, escuchando el ruido del agua al caer entre las piedras y el sonido melodioso de los ruiseñores, nos amábamos y nos sentíamos felices en medio de nuestro paraíso interior, ese que guardábamos en nuestro corazón y que manteníamos en la retina de nuestros ojos como consuelo a lo largo de la semana hasta el siguiente sábado y domingo. ¡Cuánto te echamos de menos!
María Dolores Rodríguez Infante. Escritora.
Un firmamento de rosas para ti Jaén. Allí, en la inmensidad celeste, entre el cielo y la tierra de lo onírico apareces hidalga y serena siempre. Donde se mece el deseo con lo imposible y reina el sosiego entre tu recuerdo y tus gentes.
Una tarde lluviosa. Un olivar granado. Una campana que tañe a lo lejos, y un corazón helado… Entre brumas, Jaén se pierde y anochece lentamente en la cordillera cerrada que te abriga, la ciudad se estremece prudente. El olivar y la escarcha se aprietan en la tierra dura, esa que sabe a mendrugo, a trigo, a sudor, a jornal escaso, a tierra caliente. ¡Ay Jaén…! señorial y plebeya a un tiempo. Prudente y contestataria a la vez. Dulce y amarga a un tiempo. Duele tu herida. Aquella que dejaron tus hijos, esos que emigraron sin fe, porque no quería dejarte. Caballo desbocado del silencio, donde los que dicen amarte, te olvidan y arrinconan sin piedad porque no saben de tus carias, de tus besos imborrables de madre, con el pecho dolido y pronta al abrazo que no llega. Jaén altanera, que no humilla, aunque llore por dentro y le escueza el alma. Jaén gallarda, preñada de historia, rancia y arcaica en su dignidad suprema. Jaén sólo tú. Sólo tú siempre…
Angustias María Rodríguez Ortega. Delegada Provincial de Educación en Jaén
"Acogedora, rica, plural, verde, conformista, emprendedora, paradisíaca, activa, olivarera, dorada, dinámica, joven, prometedora, milenaria, alegre, con historia, con futuro: sencillamente JAÉN. Mi segunda piel, el lugar donde quiero vivir, como dice la canción. Es la mayor referencia, sin olvidar que somos parte de una comunidad, de un país y que no renunciamos a Europa; pero con las raíces de nuestros olivos, con nuestras sierras para perderse, con nuestros proyectos para trabajarlos y reivindicarlos, con nuestra gastronomía, con nuestro arte y nuestra cultura.
Dice un proverbio hindú que la receta para ser feliz consiste en tener alguien a quien amar, algo que hacer y algo que esperar. Mi proverbio hindú se hace realidad en Jaén. El sentimiento amoroso, que en palabras de Miguel Hernández es el único que nos salva de las catástrofes me vincula a Jaén. Hay mucho conseguido, pero también mucho que hacer por la educación de nuestra provincia; una esperanza que esta tierra fértil sea el futuro para nuestros hijos y nuestros nietos."
Miguel Ángel Rodríguez Torres. Presidente de la Asociación Amigos del Ferrocarril. Jaén
Uno siempre vuelve a Jaén, aunque no se haya ido. Te encierras en tu casa, y Jaén se queda fuera. Pero cuando vuelves a salir te abraza. Una ciudad maternal, agradable, acogedora, amable, de andar por casa. Desde Santa Catalina hasta la Alberca de San Juan, desde La Imora hasta Las Lagunillas. Ni grande, ni pequeña. Se echa de menos nada más dejarla. La gente, el aire, los sabores, los colores, las imágenes en la retina. Tascas, tapas, verde oliva y majestuosa catedral. El lagarto, baños árabes. Y el castillo iluminado en una noche de verano. Y ahora, con tranvía. De lujo.
Tomás Roldán Cañas. Director Gerente de DIARIO JAEN, S. A.
El cariño que profeso por esta tierra ha sido ganado a pulso por ella, como si de una guerra de guerrillas se tratara, escaramuza tras escaramuza, eso si, todas y cada una de ellas se saldaron con victoria a favor de Jaén.
Creo que debo explicarme mejor, o simplemente explicarme, no es que yo tuviera nada en contra de Jaén, simplemente que cuando, por razones profesionales, recalé en esta tierra nunca la había pisado. Dicen que el roce hace el cariño, así que difícilmente podría yo tener cariño por Jaén, ni mucho ni poco, nada.
He empezado este breve texto dando por sentado que profeso cariño y así es, he ido conociendo Jaén poco a poco. Pueblo a pueblo, kilómetro a kilómetro he ido conociendo a sus hospitalarias gentes, sus arraigadas costumbres, sus maravillosos paisajes, en definitiva su verdadera belleza, a pie de calle.
También debo hacer hincapié en que he dicho que no tenía ningún cariño pues no la conocía, es algo común en las personas que por cualquier motivo no han venido nunca a Jaén, es la gran desconocida, se que suena manido, pero es cierto, y el problema, desde mi punto de vista, no está en comunicar mejor, sino en que realmente los jiennenses se den cuenta de la belleza de la que tienen el privilegio de vivir. Jaén vale mucho y tan grande como es ella, así de grande es el cariño que profeso a esta tierra.
Fernando Romacho Ruz. Técnico de preimpresión. Jaén
Hola Jaén. No quiero dejar pasar esta ocasión para saludarte, hablarte. Siempre fiel a los que te vivimos, cada día te respiramos y sentimos sin pararnos a pensar en ello. Caminamos, pensamos, reímos, nos enamoramos, y todo en tu corazón de casco antiguo y piernas de bulevar. Cuando te conocí rondaba los 26 y tú eras una ciudad pequeña, casi demasiado para mí, que venía de una vida totalmente distinta. Cariñosa siempre, regalando calor al nuevo vecino. Así me recibiste, aunque estuve algún tiempo sin saber comprenderte, sin querer conocerte. Hoy somos otros. Yo mucho mayor, pausado y conocedor de ti y tus secretos. Tú, mejor, más grande y hermosa. Has crecido tanto… Te vistes de moderna con grandes parques, nuevas calles y plazas, jardines, negocios enormes, y sin embargo sigues siendo la misma, acogedora y fiel a tu piel humilde y verde. Ahora ya si te pertenezco.
José Román Grima. Maestro. Jaén.
Nada es siempre único ni permanece igual: afortunadamente, la vida es diversidad y movimiento, devenir. Como en las monedas, como hasta en el amor, la cara tiene muy cerca la cruz; también Jaén, mi tierra. Una maestra guatemalteca que no hace mucho visitó Andalucía me dijo que, a pesar de la espectacularidad de sus monumentos, nada le resultó tan sorprendente como las innumerables hileras de olivos desfilando por los campos jiennenses. Tras esa cara verde y plata, pensé, se esconde también su cruz, la cruz amoratada del monocultivo y la mala comercialización de su aceite; a la enorme riqueza monumental diseminada por sus pueblos no terminan de ponerle demasiados pies los turistas; y en las esperanzadas afueras de muchas de sus ciudades no acaba de tejerse una tupida trama industrial. Igual ocurre con las actitudes: somos los jiennenses prestos y resistentes para el trabajo, pero recelosos a la hora de invertir y arriesgar; de alegrías y gracias contenidas, nos definimos amantes y orgullosos de lo nuestro; generosos hasta darlo todo, somos demasiado resignados ante la contrariedad que emana de las alturas y tan indolentes para la reivindicación que hasta la poesía y la canción nos invitan a rebelarnos, a “levantarnos”; aún no es muy alta nuestra autoestima, pero tenemos un motor de esperanza y optimismo que nos asegura que está por llegar lo mejor de nuestra historia. No de uno ni de dos, ni de ellos depende; sino de ti y de mí, de todos.
Martín Román Moraleda. Presidente de la Asociación Lopera Baila
Yo como aquel transeúnte que pasea por las calles de un pueblo de mi Andalucía buscando los pequeños rincones que se construyeron hace miles de años, o quizás no tan antiguos, pero que aun así tienen su belleza arquitectónica, escribo para ti que lees estos párrafos invitándole a que visite nuestra villa que tiene un gran valor cultural. Al visitar nuestra Plaza de la Constitución puedes contemplar las tres grandes instituciones, el Castillo, la Iglesia de la Orden de Calatrava, que representan el poder militar y religioso respectivamente. Y como olvidarnos del Ayuntamiento, que representa el poder político. Quisiera destacar la Tercia y el Paseo de Colón por su Belleza. El Pilar Viejo y el Pilar Nuevo, símbolo de vida de la villa. La Hermita de San Isidro, por su paraje natural, la Hermita de San Roque, patrón de Lopera. La Hermita del Cristo Chico, la Hermita de Jesús, con el convento de la monjas donde las niñas aprendían sus primeros números y letras. El museo de pintura y muñecas de Ángela Oceda y como olvidarnos de la trincheras que forman parte del horror de la guerra y símbolo de la cultura de Lopera. No olvide la visita a la grandiosa bodega con sus vinos de gran aroma colores y sabores, historia de grandes bodegueros que a través del tiempo han sabido conservar en tiempos difíciles. Quisiera que las personas de este pueblo sigamos trabajando para que esta villa sea aún más bella y cultural, espero que con estas palabras puedas imaginas la postal tan maravillosa que es mi pueblo loperano.
Estefania Romero Dartois. Escultora y pintora. Martos
Sus tierras, un mar de olivos, sus cumbres, cielo de Dioses,
sus valles, cobijo para Reyes y sus pantanos, encuentro de Hermanos.
Cada Rincón de esta bella provincia, esconde esencias de lugares
lejanos e imposibles de imaginar. A cada paso dado, semillas
de ideas que brotan en mi mente, para que cada día quiera
más a la tierra que me vio nacer, Jaén
José Romero Martín. Técnico de transportes de mercancías. Bailén
Polvo y viento en su tiempo,/ después, asfalto caliente y negro,/ hoy vergel de tranquilidad,/ de sosiego, de descanso, de recreo./ En él se oye cantar al viento,/ se le oye gemir en silencio,/ también llorar en invierno./ Brisa que acaricia los rostros,/ cansados, sudorosos, resignados,/ gozosos entre sus fuertes lazos./ Chorros de agua que al cielo se elevan,/ que lo tocan, que lo miman,/ que lo añoran./ Pórtico amurallado, sus piedras,/ testigos mudos de un esplendor pasado,/ impasible, cauto, de escudos culminado./ Al fondo pirámides, dos, porque dos/ fueron los enfrentados,/ majestuosas, esbeltas,/ sin diferencias, sin derrotados./ Deseo culminado, largamente esperado,/ Monumento al valor, al honor,/ sin ningún rencor, con la Paz sellado./ Largas y verdes filas/ con brazos encorvados./ No son gigantes, tampoco soldados,/ son palmeras, como hombres y mujeres/ en la tierra engendrados,/ vigilantes, nobles y leales, hospitalarios./ Héroes anónimos que lo contemplan,/ lágrimas vertidas en plena guerra,/ mil perdones en el aire,/ en su nombre, en su memoria./ Paseo de las Palmeras/ del Monumento…/ Bailén te quiere, Bailén te honra.
Gregorio Rodríguez. Empresario. Jaén
En Jaén un día nací/ y en Jaén yo me crié/ y hasta el día de mi muerte/ en mi alma llevaré
Juan Romero Rodríguez. Barcelona
Cada vez que visito Jaén veo como próspera y me alegra verla con una nueva cara. Visitó cada año mi tierra y es una satisfacción verla prosperar. Emigré por motivos de trabajo. Si no me hubiera encontrado en la tesitura ni tan siquiera me hubiera planteado marcharme. Hace más de cuarenta años que estoy fuera de casa y, sin embargo, no la olvido porque las raíces siempre tiran.
Manuela Rosa Jaenes. Periodista. Jaén
Una humilde iglesia invita a pasear por tu empinado trazado. Te vistieron con señoriales piedras, te engalanaron con humildes casas y te regalaron gente buena. Tus brazos se abrieron para acoger a familias sencillas que te dieron vida. Entre todos te convertimos en el rincón más colorido de una tierra despoblada. Fuiste testigo de mi tiempo y fiel custodia de mis secretos. Tu alfombra pisada por sinceros pasos guarda espontáneos recuerdos infantiles y retorcidas reminiscencias adolescentes ocultas bajo tu asfalto. Inolvidables vivencias compiladas en el libro de tu memoria. Eras grande y robusta, limpia y bella. Tu ilustre y célebre imagen desapareció cuando te enlutaron de alquitrán. La temprana muerte cerró las puertas de los hogares que te adornaron y llenó de otoñales hojas tu manto de cenicienta. Hoy, sin merecerlo, abrigas la más dolorosa soledad de ese tesoro escondido llamado Valdepeñas.
Sebastián Rosales Rosales. Pintor. Alcalá la Real
Setenta años, setenta años llenos de evolución y progreso. Enhorabuena, con este aniversario se da un paso importante en esa tarea informativa que tan dignamente se ha venido realizando desde el año cuarenta del siglo pasado, cumpliéndose así los objetivos marcados por su fundadores en aquellas fechas. “Ya ha llovido bastante desde entonces” y por tanto, vividos momentos oscuros y luminosos como la vida misma. Vuestro balance es digno si tenemos en cuenta las diferentes etapas y cambios que han existido en nuestra sociedad a lo largo de estos años. Mi felicitación y deseo de respaldo a esa labor informativa que venís realizando. Adelante y seguid muchos años más. Gracias por divulgar en vuestras páginas todos los acontecimientos relacionados con mi querida Alcalá la Real y especialmente los que se refieren a las artes plásticas y el mundo de la cultura en general que día a día muestran las sinergias de las evoluciones y corrientes artísticas que habéis sabido transmitir de forma divulgativa y transparente. Hoy, desde la retrospectiva de mi infancia recuerdo con sincera nostalgia el compromiso familiar que tenía de adquirir el diario en el quiosco del parque de Alcalá. Ahora en mi madurez se recoge de esa semilla el fruto, y sigo el diario con el sentimiento de un ciudadano que ama a su pueblo y a su provincia. De ahí que mis hijos hayan recibido también esa costumbre, y a pesar de la distancia, mi hija os siga desde fuera de nuestra provincia.
Álvaro Rosano Arrebola. Estudiante. Jaén
Nací en Jaén hace ya diez años. Por aquí pasaron íberos, romanos y se quedaron en las puertas los musulmanes. Esta tierra está marcada por todos estos pueblos que nos visitaron y en cada rincón se respira esta mezcla de culturas con puentes, castillos, iglesias, la judería, etc.
La gente de Jaén es amable y acogedora pero si algo distingue a esta tierra es su olivar que la recorre de norte a sur y de este a oeste como un mar que derrama aceite por todos los pueblos.
Antonio Rosillo Martinez. Director de Radio Loma. Torreperogil
Torreperogil, punto de partida para poder disfrutar de los tesoros naturales de Jaén y su historia, una villa con encanto, donde la cultura, la música y las tradiciones emanan de cualquier esquina, un lugar donde poder dar rienda suelta a los sentidos y apreciar la magia del sur. Entre olivos navega por la campiña jienense un espíritu de supervivencia, de conservación de nuestro patrimonio social, gentes orgullosas de pertenecer a Jaén, de ser andaluces, de sentir nuestra tierra y disfrutar de los que nos visitan pensando siempre en la vuelta, no en la despedida. Labradores de sentimientos y comerciantes de sonrisas, así es mi tierra, así es Torreperogil, un lugar donde los sentidos miran al sur desde su inigualable terraza campesina. En las retinas se insinúa la silueta de su horizonte, recibiendo el cariño de quienes la sienten en su corazón, de quienes la han vivido y recuerdan su estampa revoloteando en el corazón de la lejanía peregrina, “Torreperogil, quien fuera torre del campo del Guadalquivir”.
Juan Rubio Fernández. Director de “Vida Nueva”. Madrid
Varea la vara el verde olivar. Blanquea la escarcha el suelo que fuera tierra de pan llevar. El olivo se alza alineado en donde estuvo el pardo trigal y brota como un sarpullido en las campiñas que arañan los ríos, haciendo surcos y destripando terrones al pasar. Se espanta la línea de sombra que marca el Guadalquivir y sus tributarios en su silencioso pasar. Se alteraron las cosechas, volviéndose eneros los agostos y llenando las despensas de oro verde invernal, olvidándose lentamente de la siega y del oro dorado estival. Olivo y trigal. Fotos de antaño traen el ocre de la mies convertida en mancha de troncos retorcidos de donde brota el espeso óleo que gotea de la alcuza a la sartén y al hoyo de pan.
Jaén madruga, tirita y se agacha; recoge el fruto del mantón y lo lleva a la espuerta, a la criba y al molino en donde se moltura y se diluye e impregna todo de su olor. En los campos queda el ramón que es como aquí llamamos a la hojarasca que se quema por San Antón. Un año más llega la cosecha. Varea la vara el verde olivar. Y sigue el lento varear, de siglos, de años, pesada cuesta de nuestra pobre riqueza. Pero hay que seguir vareando la verde oliva en el olivar. No podemos renunciar a la rodilla en tierra; una rondilla que venere la raíz de nuestra riqueza, pero no una rodilla que se humille ante la sinrazón que la llevó a la pobreza, en largos periodos de latifundio, en momentos de opresión cuando quisieron robarnos nuestra riqueza.
Ya nos quitaron la madera, el carbón y otras tantas riquezas más. Que nadie nos quite ese verde óleo que nos unge la existencia de quienes nacimos en este amplio olivar, nuestra cuna y nuestra tumba, nuestra hogaza y nuestro pan. Al fin, nuestra dignidad. Por eso, en Jaén seguiremos vareando la verde oliva del olivar.
María Dolores Rubio Villar. Auxiliar de clínica. Torredelcampo
Desde siempre hemos oído que nunca se valora lo suficiente lo que se tiene hasta que dejas de tenerlo. En efecto, exactamente eso fue lo que nos ocurrió a nosotros con nuestra querida tierra: Jaén, allá a principios de los años ochenta.
Nosotros pensamos lo que en realidad todos hemos oído alguna vez: que ser de Jaén, por su situación geográfica, era como no ser ni de aquí ni de allí, que era el patito feo de Andalucía, que no tenía interés turístico, que era demasiado tranquila, ...
Recién casados, en 1981, con veintitrés añitos, aterrizamos en Barcelona, por motivos de trabajo (mi marido es maestro y fue destinado allí tras aprobar las oposiciones). Encantados de la vida con el cambio y todo lo que ofrecía una ciudad como Barcelona; claro que, en el fondo del corazón, pensamos que esa alegría se debía a que esa situación era pasajera (el compromiso era sólo de dos meses) y planteamos la situación como una continuación de nuestra luna de miel. Los dos meses se convirtieron en tres años, que ya sí se hicieron largos y suficientes para añorar todo lo que teníamos en nuestra tierra: su tranquilidad, su encanto, su clima, su gente, la vida en familia, ... Tuvimos tiempo de tener a nuestra primera hija, con todas las atenciones del mundo en una clínica muy sofisticada durante el embarazo, pero teníamos claro que nuestra hija tenía que ser de Jaén, y aquí nació, en una clínica menos sofisticada, pero la tierra de toda su familia, de la que tuvo todo el cariño. Lo cierto es que fue una suerte, después de todo, esta situación que hizo surgir en nosotros un sentimiento de desarraigo en un lugar en el que no nos encontrábamos, para despertar ese otro de pertenencia a la tierra que nos había visto nacer y que tanto echamos de menos en aquellos años. No se puede describir lo que es aceite Jaén (en aquella época seguramente ni era extra) o tomarse una cerveza El Alcázar a novecientos kilómetros de aquí Ahora mismo, tenemos la suerte de vivir en Jaén, con nuestras dos hijas (cuando volvimos, nació otra, también en Jaén). Y cada día que pasa, queremos más a esta tierra, que, poco a poco, lentamente, se va modernizando y para la que deseamos que, sin perder su encanto, se haga más grande con el esfuerzo de todos.
David Rueda Hermoso. Delegado provincial de la Federación Empresarial Andaluza de Sociedades Laborales. Jaén
A la tierra de Jaén le escribo:/ A sus plazas, sus campanas y sus gentes,/ observando mis rincones preferidos/ refrescándome con el agua de sus fuentes./ Compartiendo momentos por sus calles,/ tomando prestadas de los parques flores,/ aprendiendo a observar mil y un detalles/ aromas y sonidos del Jaén de mis amores/ Jaén, la pasión del embrujo misterioso/ llena de sueños, de sol y de alegría/ deleite del sabor más delicioso/ el orgullo de su arte y de su gracia./ Adornada de monumentos prodigiosos/ la envidia de la madre Andalucía.
Pablo Ruiz Alcántara. Periodista. Jaén
En el 70 aniversario de Diario JAÉN, resulta muy complicado explicar en apenas quince líneas una idea, un conjunto de sentimientos, sobre la ciudad de Jaén y la provincia. La generalidad nos llevaría a hablar del “mar de olivos” o el aceite, pero la crisis le está haciendo tanto daño al santo y seña del campo jiennense, que a uno se le quitan las ganas ya de volver a utilizar como bandera el oro líquido, sobre todo, porque hemos abusado de ello para darle la espalda a otros sectores y, en buena medida, al propio futuro de esta tierra. Hoy, la foto fija de Jaén, como la del resto de España, es la de un parado de larga duración e, incluso, la de un joven que ni ha tenido empleo aún ni aspira a tenerlo, al menos, durante un buen tiempo. Eso sí, mientras viaja en transporte público ecológico, accederá con su móvil táctil -gracias a la wifi gratis- a toda la información del periódico en la Red. Lástima que las noticias que visionará no le servirán de mayor aliento que la cola del SAE.
Marí Carmen Ruiz Ara. Profesora. Úbeda
Yo vivo en una ciudad en la que parece que el tiempo se ha detenido en la mayoría de sus iglesias, palacios, conventos y recónditas callejas. ¿Os imagináis de qué lugar estoy hablando? Yo creo que sí; aunque os voy a dar algunas pistas más. El emblemático rincón andaluz en el que tuve la suerte de nacer es conocido a nivel popular como “El Renacimiento que mira al Sur” o “La Salamanca Andaluza”. Creo que no hace falta decir nada más, la solución está bien clara, se trata de Úbeda, “Ciudad Patrimonio de la Humanidad” desde el año 2003. Es tal la belleza que encierra y atesora, que no hay palabras que puedan definirla en todo su esplendor. Su plaza Vázquez de Molina es una plaza única e inigualable y el darse un paseo por ella, es el mejor premio que pueden obtener las personas con una sensibilidad especial para el arte en todas sus manifestaciones.
Jaime-Axel Ruiz Baudrihaye. Abogado. Funcionario del Estado. Madrid
La lluvia suele visitar la Sierra de Segura a finales de septiembre, a veces desmandada en granizo destructor que derriba la aceituna, maltrata los parrales y aporrea la fruta. Este año, unas tormentas han perfumado los pinares que amanecen con bruma azulada, la aceituna, castigada por un largo estío, ha perdido su aspecto arrugado y luce brillante y los guíscanos, níscalos, harán su aparición en las umbrías del Yelmo. El otoño con lluvias devuelve la confianza al agricultor, alegra las veladas en las cortijadas y estimula el trabajo. El año agrícola comienza benévolo.
Carlos Ruiz Cámara. Abogado. Jaén
Tantas cosas se han dicho de nuestra Jaén, que es difícil comenzar a escribir sobre ella. Lo primero que se escucha fuera de tus murallas, es que se entra llorando. Luego explicaré por qué. Jaén, tan pequeña, tan bonita y tan coqueta. Tú que has sido sombra y apoyo del resto de andaluces, y del resto de españoles. Fuiste tan discreta que te conformabas con sobrevivir mientras las demás prosperaban.
Naciste antes de la época íbera y fuiste cuna de dicha civilización. De hecho ahora quieren reconocerte la capitalidad con un museo que demostrará al mundo los restos arqueológicos que demuestran su existencia en nuestras tierras.
Creciste con los islámicos, y nos dejaron una de las fortificaciones más esplendorosas, con el Castillo de Santa Catalina, guarda y vigía del Santo Reino, donde además, allá por el siglo décimo, fuiste capital del reino moro. De dicha época también conservas los Baños Árabes, los cuales, son los mayores que se conservan en Europa, construidos en época de Abderramán II.
Te hiciste “mocica” con la Reconquista, donde el Rey Fernando III el Santo, Monarca de Castilla y León, te hizo merecidamente Santa, período en el que jugaste un papel importantísimo en la lucha contra los musulmanes.
En el Renacimiento español, época en la que ya te hiciste una señora, tuviste la suerte de contar como conciudadano tuyo a Don Andrés de Vandelvira, que perfiló una de las más grandes joyas renacentistas de la arquitectura, una Catedral que ha sido, es y será emblema de una ciudad, y adorno del centro de la capital. Fue modelo a imitar para un sinfín de otras tantas Catedrales del mundo, algo de lo que nos debemos sentir orgullosos, los que nacimos tan cerca de ella. Guarda en sus muros la reliquia del Santo Rostro, una de las reliquias más famosas y veneradas del cristianismo mundial, paño con el que una mujer secó el sudor y la sangre de Jesucristo mientras iba camino del Gólgota.
Como ves Jaén, has sido una pieza muy importante de la historia de lo que hoy es España. En tus callejuelas se respira bondad y amabilidad. Tus gentes son muy abiertas y hospitalarias. Son asimismo demasiado conformistas y a pesar de exigir para ti lo mejor, son resignados con aquello con lo que nos quieren contentar.
No se si sabrás que eres la Capital mundial del aceite de oliva. En tus campos crecen centenarios olivos que dan el mejor del oro líquido del mundo, a pesar de que a estas alturas no se han puesto de acuerdo a la hora de saber comercializar dicho género. Una única marca podría ser la solución a dichos problemas.
Tienen los jaeneros la suerte de contar con El Abuelo, imagen a la que veneran los de toda condición social, ideológica y creencias. Todos los Viernes Santos salimos a tus calles a verlo pasear con ese movimiento cadencioso, resultado de la devoción y fervor de tu pueblo, donde se impregnan aromas entremezclados de primavera e incienso, a la vez que escuchan la famosísima Marcha, detalles que poseemos los jiennenses muy dentro de nuestros sentidos.
Tus callejuelas tienen ese encanto especial que desprenden las leyendas de la ciudad, y que tanto gustan a sus gentes. Los “lagartos” tienen muy presente el pasado de tus barrios, y lo castizo de tu casco antiguo. Como gusta a todo el mundo, la costumbre del jaenero de vivir tus calles y tus plazas, y lo bueno es lo bien que se les da apretarse unas cañas, con tapa eso si, que tiene como rasgo y condición la del carácter abierto, campechano y amistoso del encuentro, rodeado de gente amable y dicharachera.
Viven la Noche de San Antón con sus famosas lumbres y melenchones, que regados por el vino y las rosetas, circundan la ya internacional Carrera Urbana.
En Junio te vistes de pastira para honrar a Nuestra Señora de la Capilla, Patrona y Alcaldesa Mayor de la Ciudad, rememorando su venida a la ciudad en 1430.
Octubre se viste de gala con la Feria de San Lucas, tributada a un ilustre vecino tuyo que ostentaba el cargo de Condestable, y que tan famosas eran sus juergas.
También tienes cabida en la cultura, y por ello destaca sobremanera tu Universidad, que poco a poco trata de hacerse un hueco dentro del conocimiento y progreso de esta nuestra provincia, codeándose y pugnando de tú a tú, a otras de mayor preeminencia y con reconocido prestigio, y que te llena de jóvenes ávidos de conocimiento y con muchas ganas de innovación.
Como ves, estas hecha toda una mujer, que mereces todo el apoyo de una provincia, que se vuelque contigo, y que se sienta orgullosa de ti. Por todo esto, y por mucho más, cuando se te conoce, tal y como te decía al principio, todos salen llorando.
Tienes algo que enamora, que engancha y seduce. Tienes algo por lo que a todo aquel que te conoce encantas. Eres mujer que basta con sólo una mirada, para conquistar al más fuerte. No se que tienes que nos embelesas.
Estoy enamorado de tus callejuelas, de tus monumentos, de tus aromas, y de tus gentes. Nací en tu popular y céntrica plazuela dedicada al Dean Mazas, y si algo tengo claro en la vida, es que quiero morir contigo, y poder abrazarte en todos y cada uno de mis pensamientos.
Te quiero, mi Jaén.
Adoración Ruiz Carrasco. Madrid
Visito la provincia de Jaén con mucha asiduidad porque echo mucho de menos mi pueblo y la añoranza de mi tierra en muchas ocasiones me supera. Sólo puedo decir que mi tierra es maravillosa. Cada día que estoy allí es como una terapia para mí, me devuelve un día más de vida y me relaja y desconecta del estrés diario. Me encanta la sierra que lo rodea. Además, no renuncio, en un futuro, volver a casa.
Eduardo Ruiz Carrasco. Técnico de telecomunicaciones y domótica. Alicante
Hoy no es un día especial ni distinto a los de más./ Mis recuerdos me trasladan en el tiempo y de lugar,/ llenos de aromas, colores y motes./ Griterios de niños en la hora del recreo y largos inviernos fríos./ Peñalta nevada, matanzas de cochinos, avareo de olivos./ Calurosos veranos, baños en albercas, brevas, ciruelas o higos,/ manantiales de agua fresca, la fuente marcos, el puerto o el cubillo./ Paseos al Santo, al almendro, a los cinco caños,/ mi primer pitillo, siempre con mis amigos./ Culebras, sapos y otros bichos, juegos de niños, la lata, esconde correas,/ la brisca bajo la sombra de los rosales de la glorieta./ Largas veladas de tertulia al fresco,/ con mis padres hermanos y algún que otro vecino./ Hoy no es un día especial, pero sigo añorando donde he nacido/ Mi pueblo serrano, mi pueblo preferido,/ mi pueblo de Jaén,/ mi pueblo Benatae.
María Isabel Ruiz Carrasco. Ama de casa. Barcelona
Mis pies indecisos caminan, a una ida indeseada./ El cansancio que no me cansa, la sequedad de garganta/ Hace rugir mi boca casi maldiciendo la añoranza./ Un adiós que te saluda a los ojos que no ciegan,/ a la voz que amable calla./ Desde el tren atrevido y frívolo que nos distancia./ Irónico en su arranque abraza mi equipaje y marcha,/ algo más que un alguien, algo más que una amistad,/ un sentimiento o añoranza queda sellado en una vía de tantas./ Aún no muy lejos del tren una viajera te echa en falta.
Francisco Ruiz Cortés. Entrenador de ciclismo Indoor. Mancha Real
Mirando al frente, preparado para un esfuerzo algo más exigente, veo el pueblo al pie del monte Aznaitín, Jimena y sus preciosas Remedios quedan atrás. Agradezco la sombra que me acompaña, las sierras me guarecen del sol. A mi izquierda, a lo lejos, luce precioso Bedmar, entre nosotros kilómetros y el cauce del río Cuadros.
Estoy llegando, veo el castillo árabe del siglo XI. Calles estrechas. Tan cerca de una cada vez más cosmopolita capital de provincia, tan pueblo. Ancestral y soberbia gastronomía, histórico enclave con título de Villa. Albanchez de Mágina. Lo dejo atrás con la vista puesta en Torres. La carretera serpenteada cambia la compañía de olivares por cerezos. Manjar por manjar sea. Coronado el Puerto de Albanchez se respiran aires fríos entre pinos y encinas autóctonos. Deseo llegar a Torres para beber de sus manantiales. Recuerdo que aún no he visto las pinturas rupestres de la Cueva del Morrón. Desde allí volveré a casa, Mancha Real, abierta al mundo a base de esfuerzo. Imponente Iglesia de San Juan Bautista. Ya no es una “Manchita”. Repuesto con el líquido elemento vuelvo a casa consciente del regalo que siempre tiene para mí Jaén, agradezco la calidad de vida que permite a sus hijos, sus tesoros naturales. Cuatro pueblos entrañables, cuatro perlas, éstos pueblos y sus parajes, de nuestra joya: Jaén.
Silvia Ruiz Díaz. Periodista. Fuensanta
No fuiste tú quien me vio nacer y, sin embargo, siento que eres mío. No quiso el destino que me tuvieras entre tus brazos, pero te llevo en mis adentros. Con sólo oír tu nombre, Torreblascopedro, vuelvo a los años de mi niñez. Regreso a las aventuras más puras e inocentes de mi infancia y recuerdo que fuiste tú, pueblo entre campiña y olivares, el que hizo que por mis venas corriera la sangre torreña.
Torreña de corazón. Torreña, de familia panadera. Y torreña porque, aunque estés lejos de mí, siempre gritaré que Torreblascopedro también es mi tierra.
Santiago Ruiz García. Mecánico. Ibiza.
No puedo evitar echar mucho de menos a mi pueblo sobretodo porque sólo puedo volver una vez al año. Me encanta recorrer y conocer su fauna y su flora. La Sierra de Segura, Cazorla y Las Villas o las sierras jiennenses, en general, sin olvidar Sierra Morena son las niñas de mis ojos. Y es que no puedo evitar sentir mucha nostalgia al acordarme de mi tierra.
Bartolomé Ruiz Guzmán. Funcionario. Mancha Real
Tiene Jaén una sierra,/ que sierra mágica es,/ se esconde tras la niebla/ un pico suyo, el Almadén./ De Sierra Nevada es sobrina,/ de Cazorla su hermana,/ se llama Sierra Mágina/ y resalta por la mañana./ De Jaén no se divisa/ por culpa del Almadén,/ ni el pico Mágina,/ ni la peña de Jaén./ De las murallas de Baeza,/ rodeada de olivar plateado,/ a ti Mágina te observa, quién sino, el maestro Machado.
Juan Carlos Ruiz Martínez. Estudiante. Jaén
Jaén me gusta cuando miro
A Santa Catalina allí arriba,
La catedral en lo llano.
Yo vivo entre los olivos
Y entre sus hojas yo duermo.
Cuando llegan los inviernos
Los jiennenses recogen aceitunas
Y cuando llega el verano
¡Van a comérselas!
Dolores Ruiz Maurazos. Málaga
El día amanece,/ y va buscando/ su última morada./ La luz limpia de la mañana/ baña mí rostro./ El cielo se abre,/ como crisálida,/ Á la libertad y la vida./ Dejando atrás/ un ocaso cansado/ reposando entre nubes./ Tus verdes olivos/ ascienden como catedrales/ hacia las altas cimas./ Los pájaros picotean/ las ramas de los árboles.
Lloran los campos/ con el rocío de la noche./ El mar recoge historias,/ y se las cuenta a los ríos,/ creando la ilusión y los sueños,/ el renacer de la esperanza,/ y el reloj perdido del tiempo./ Olivos ancestrales danzan/ al gélido aire del invierno,
sobreviviendo a los siglos/ como el indio “Atabasca”./ ¡Oh! mí Jaén./ Hoy, pronuncio tú nombre/ con la añoranza/ de esa distancia no buscada./ Tierra fértil y hermosa/ donde el arte/ se vuelve poesía,/ en la quietud/ de tus monumentos,/ de tus calles,/ de tus plazas./ Campanas que repican/ al filo de la tarde/ con traviesos toques./ El Sol, silencioso,/ se esconde/ detrás de los olivos/ reflejando sus formas/ en las aguas del pozo,/ volviendo a mí memoria/ olvidados recuerdos/ en la esquina del tiempo./ Se despierta la noche,/ comenzando de nuevo/ la fuerza inexorable/ del ciclo de la vida:/ año a año,/ mes a mes,/ día a día,/ minuto a minuto,/ y así eternamente./ ¡Oh! Jaén./ Tú eres,/ Y siempre serás/ relevancia de la historia/ y belleza de la geografía.
Miguel Ángel Ruiz Merino. Tenor. Jaén
Jaén para mí es mi cuna, aquí nací y crecí. Es la urdimbre sobre la que se ha tejido toda mi vida. Quizá el paisaje determina el carácter, los riscos del Castillo, como nosotros, se levantan orgullosos, duros e impenetrables, sufriendo estoicamente el sol y los elementos. Porque Jaén es, sobre todo, la olvidada, acostumbrada a encarar el ser postergada con una mueca de resignación renuncia a cualquier lucha antes de comenzar el combate y se sume en un sueño de siglos .Para fraseando a Bécquer la ciudad dormida… Una voz, como Lázaro, espera que le diga: “Levántate y anda”.
Ángel Pablo Ruiz Ortiz. Prejubilado. Jaén
Cuando llegas destinado a Jaén, la primera impresión puede ser de que llegas a una ciudad algo pequeña, asequible pero pequeña, más aún, si de aquello hiciera ya casi medio siglo. Pero la aparente pequeñez de nuestra capital se ve enaltecida y sobrada cuando recorres sus pueblos, ciudades, campos, parajes, sierras y campiñas, que la hacen ese verdadero Paraíso de Interior, que, tan acertadamente se vino a bautizar.
Aún así, la verdadera grandeza de Jaén, le viene no de su geografía o de su historia, que lo es, sino, desde mi humilde opinión , la verdadera grandeza, le viene de sus gentes, de sus pobladores, de los jaeneros, jaeneras o jiennenses. Ellos son los que hacen de estas tierras: tierras de bien. Ellos son:/ Juiciosos: que proceden con cordura y madurez./ Amables, afables, abiertos a los demás./ Educados: de buena crianza y madurez./ Nobles: de sentimientos gentiles y honrados.
A vosotros, pues, gentes de Jaén, que nos acogisteis y nos hicisteis unos más de vosotros, a todos y cada uno, desde este libro coral sobre Jaén, mi canto de sincero reconocimiento y amistad. Dios me quiso bien y…
Ildefonso Ruiz Padilla. Mancha Real
Nunca es nadie profeta en su tierra, por eso tal vez haya sido bien acogido en Mancha Real. Yo soy uno de los hijos de la emigración. El futuro en nombre de industria y la búsqueda de El Dorado deslumbró a mi padre al final de los años 60 y deslumbrado por una idea de futuro y riqueza, como tantos miles de andaluces, maleta de madera en mano, marchó para Cataluña desde Linares-Baeza. Y aquella fue la tierra que me vio nacer. Así que para muchos soy un apátrida, catalán en Andalucía, andaluz en Cataluña. Pero si me preguntan de donde soy, no dudo en decir que soy de Mancha Real. Porque esta es la tierra donde tengo las raíces. Porque es con la que me siento identificado. Por que me siento querido por sus gentes y porque me duele como si fuera parte de mi alma. No puedo descansar a la hora de sentirme en deuda con ella y la añoro cuando estoy fuera. La vida viajera, de mochila a cuestas y sin rumbo fijo es lo que me ha enseñado a apreciar el hogar. Por eso, cuando regreso de algún rincón de este mundo, no puedo dejar de subir a mi Peña del Águila, mirar al horizonte y esperar que caiga el sol. Es cuando por fin me siento en casa. Para alguien como yo, que no le es ajena la vida nómada, es extraña esa sensación. Sentirte en casa. y añorar el hogar. Y este es mi hogar, aquí tengo mi vida, aquí vive mi corazón y aquí estoy fundando mi familia. Le daré a mis hijos unas raíces que la vida quiso negarme. Estarán aquí, tan lejos como en casa. En Mancha Real
Arturo Ruiz Rodríguez. Centro Andaluz de Arqueología Ibérica. Universidad de Jaén
El paisaje es historia o no es nada. Los paisajes de Jaén, son viejos, están marcados por las heridas de su historia, pero también por el miedo a no poder ajustar su identidad con el futuro: Es el caso de la colina asediada por la eficacia de la autovía, del curso de agua, hoy domesticado, del viejo árbol que teme ser cortado para dejar paso las raíces de una planta que ya no dañaran la tierra, es el caso también de las cenizas de los muertos enterrados, que en su oculto silencio arqueológico esperan desviar la atención del expoliador de la ruina de una torre elevada en un desequilibrio inexplicable; son las evidencias materiales de un patrimonio único y extraordinario para las gentes de Jaén. Es la historia de los vivos y también de los vecinos en el tiempo, memoria compartida en cada retazo del paisaje con todas y cada una de las generaciones anteriores. Este débil y esplendido legado es un escenario perceptible y apropiable para el encuentro con cada momento del pasado, por que puede ser ordenado como una biblioteca gracias a su estratigrafía horizontal. Difícil de conservar, el paisaje de Jaén, que tiene un potencial reconocido, aun no perdido del todo, se ha de proteger en sus trazas esenciales y en sus mejores retazos materiales de todos los tiempos vividos, por el desarrollo de tres factores: su conocimiento, que es fruto de la investigación realizada en él, la conciencia ciudadana conservacionista, pues la sociedad es la receptora de la identidad que encierra el paisaje y una estrategia política sensible dispuesta a representar un paisaje consensuado.
Juan Miguel Ruiz Romero. Pensionista. Andújar
Me fundaron los árabes, me hallo al oeste del manantial de Marmolejo, al este del barro y la Cerámica de Bailén, al norte de los olivares de Arjona e Higuera, y al sur de la jara y el romero de Sierra Morena. Me baño en el Guadalquivir, y los romanos me hicieron un puente, por debajo del cual pasaba la madera que, cortada en la Sierra de Cazorla, llegaba a Sevilla y, por encima, conecto la alta con la media Andalucía. Y un poco más río abajo, otro río; el Jándula, de aguas cristalinas y un remanso de calma y sosiego. Fui mora, después judía y a la vez cristiana. Y en Abril… ¡Ay en Abril!, Antes que el mes acabe, estoy de Romería; La más antigua de las Romerías y, con la Virgen más bella de cuantas vírgenes lograrías ver.
Soy guapa, soy lozana, soy alegre, y chulapona; tengo fama de hospitalaria me llamo Andújar, y me dicen la llana.
Manuela Rosa Ruiz Torres. Abogada. Jaén
No ensalzo tu majestuosa Catedral, joya del Renacimiento español; ni tus admirados baños árabes, los más grandes de Europa; ni el Castillo de Santa Catalina, actual Parador Nacional de Jaén. Tampoco los sesenta y seis millones de olivos plateados que pueblan tus campos; ni tu largo y emblemático río Guadalquivir, cuya cuenca hidrográfica abarca territorios de las ocho provincias andaluzas. Mi voz de alabanza, por encima de todo, la dedico al corazón y al espíritu de tu tierra jaenera. Corazón alimentado con la sencillez que derrochas y espíritu ennoblecido por la afabilidad de tus gentes.
David Sabalete Valenzuela. Topógrafo. Valencia
Desde la lejanía te siento/ orgulloso llevo tu lamento/ de tierra fértil y edén olivarero/ de cruce de caminos y fortín del medievo./ Pero, no temas, está por llegar tu viento/ aquel que te devuelva todo el sufrimiento.
Rosario Sabariego Gómez. Maestra y poeta. Jaén
He buscado un rincón del sentimiento,/ he humedecido mis labios con el viento,/ sólo he encontrado el frío torso de tu cuerpo,/ aquel que ha gastado su piedra con el tiempo./ He homenajeado cada instante de tu piel,/ aunque curtida de piedra/ y hecha de miel,/ percibía sobre mí/ los pedazos de la aurora./ He coloreado cada recuerdo de azul,/ he viajado por nubes aún sin estar tú.../ y al final de mis días
he encontrado que me falta tu aliento./ Porque sin ti,/ soy como un espejo sin reflejo
que huye despavorido del momento./ Porque sin ti,/ soy como el mar sin sus olas/ después de contemplar un vuelo de cigüeñas.../ Porque sin ti; tierra de olivos.../ soy como un niño pequeño/ en brazos de nadie.
Eduardo Saénz de Tejada Fernández. Asociación Cultural Alba Urgabo. Arjona
Jaén, nunca se dijo tanto con tan pocas letras.
Miguel Sáinz Romero. Relaciones externas del Corte Inglés. Jaén
Si alguien me hubiera visto hace veintidós años parado en mitad de la Estación de Espelúy, con una pequeña maleta, rodeado de un mundo desconocido, en una provincia de la que sólo sabía por los libros de historia, de historias de célebres batallas… seguro que no me reconocía. Ni yo me reconozco.
En ese momento no era consciente que ese era el comienzo de mi vida adulta, ese viaje iniciático me llevó a la que, sin saberlo, iba a ser mi tierra, mi hogar querido. A partir de ese momento nada de lo que había sido volvería jamás, nada sería igual.
Desde ese día, cada vez que cruzo el verdor de Despeñaperros, cada vez que huelo la esencia de nuestro aceite, cada vez que percivo la historia que desprende cada pueblo… me siento en casa, y eso me hace feliz. He encontrado mi sitio.
Magdalena Salas Lorente. Maestra. Burunchel (La Iruela)
Nadie como tú puede presumir de vejez y belleza a la vez,/ nadie como tú sabe poseer en su silencio tanto saber,/ nadie como tú se alza entre sus gentes con tal altitud./ Quien pudiera ser tú,/ divisar desde lo más alto/ lo hermosa que es la tierra que te vio nacer,/ tierra de cereales, tierra de olivos, tierra de pinares./
Con que sencillez te construyeron/ para defensa y fascinación de los que te vieron./ Con que grandeza te muestras hoy ante mis ojos,/ ganándote mi admiración, mi respeto y mi querer,/ vivir junto a ti… ¡Es un placer!
María Dolores Salcedo Caño. Gestora. Arjona
Jaén ha sido, es y espero siga siendo siempre el referente de mi vida. En esta ciudad me formé en mis estudios de Derecho, suponiendo una de las etapas mas fructíferas y emocionantes, durante la cual tuve la oportunidad de conocer y hacer amigos de los que se dicen "para toda la vida". Aquí, en JAÉN, ha sido donde he desarrollado siempre mi trabajo, en distintas áreas, pero siempre en mi JAÉN, teniendo la posibilidad de conocer cada uno de sus rincones, tradiciones, fiestas, monumentos, cultura, y por supuesto, lo más valioso que esta ciudad tiene, su gente, que se identifica por su carácter amigable, acogedor, noble y siempre dispuesto a ayudar, sin reparos ni esperar nada a cambio. Por supuesto, no podré nunca olvidar que hay algo que me ha hecho amar a esta tierra por encima de todo, y ese ha sido el hecho de poder escribir en el Diario líder en la provincia a lo largo de estos mas de 15 años, en Diario JAEN, ya que sus responsables y miembros han hecho que me contagie de su pasión por JAÉN, haciendo que la defienda allá por donde voy. En definitiva, me considero enormemente afortunada y feliz de poder vivir, trabajar y crecer aquí...en JAÉN.
Juan Luis Salcedo. Restaurante Juanito. Baeza
Jaén es cultura, naturaleza, gastronomía y monumentos pero nuestro mas preciado bien, el mar de olivos de nuestros campos y que gracias a la tradición que ha pasado de padres a hijos hoy regala a la gastronomía de todo el mundo su más preciado bien, el Aceite de Oliva Virgen Extra.
José Javier Salcedo Caño. Periodista. Arjona
Siglos de noble memoria, herencia de mi querer/ vistes de blanco y morado, plateado tu amanecer/ sinople de mil culturas, mezcolanzas del saber/ haces sabio al peregrino, enamoras sin perder/ el encanto y lozanía que albergas en tu poder./ Cuatro puntos en el mapa señalan al mismo son/ la tierra de las leyendas, de los reinos y las guerras,/ de castillos y batallas, de príncipes y princesas/ donde nacen los artistas y reflejan sus grandezas/ universo de hojas verdes nadie escapa a tu belleza./ Encaladas tus fachadas, abres puertas siempre fiel/ al visitante de paso, al que se queda también;/ de plazuelas y rincones, gente de paz y alegría/ aquí nací, vivo y muero, bendita suerte la mía/ poder quedarme por siempre, en la flor de Andalucía./ A cada paso una historia, una senda, una vereda/ que conduce hasta el paraje, una señal del destino,/ lo mismo indicas al viajero, que guías al peregrino
por la mitad de tus sierras, por tu extenso mar de olivos/ las virtudes y grandezas de los campos y los ríos./ Lugar de paso obligado que sepas, que donde esté,/ que por lejos que me encuentre, y aunque no te pueda ver/ llevo en los cinco sentidos en mi alma y en mí ser,/ los recuerdos y el ronquío, los olores y el sonío de mi tierra que es Jaén.
Cristóbal Sánchez Catena. Jardinero jubilado. Torres
Se han perdido los rosales
Donde están los rosales/ Que desde el camino se veían/ Esas rosas tan bonitas/ Que llamaban la atención / A todos los que bajaban / Y todos los que subían/
Con mis rosas / y mis hierbas del Risol/ Yo ganaba unas pesetas/ Para mi mujer y yo/
Lo que se trata se quiere/ Y todo lo que empieza acaba/ Adiós puerto querido/ Se acabo lo que se daba./
Joaquín Sánchez Estrella. Gobernador de la Real Congregación del Santo Sepulcro de Cristo y Siervos de Nuestra Sra. De los Dolores. Jaén
Esta cofradía tiene su fecha fundacional en Febrero del 1580, haciendo su primera salida el Viernes Santo 1 de Abril del referido año, a las 2 de la tarde. Fueron aprobados sus Estatutos en Madrid por el Nuncio, el 15 de Junio de 1580 y en Jaén el 22 del mismo mes. La mayor parte de su valiosa imaginería es del escultor Sebastián de Solís, como; Dimas y Gestas, Cristo, San Juan y la Virgen de los Dolores. La imagen del Cristo en el interior de la urna del sepulcro es del escultor sevillano Juan Abascal Fuentes, realizada en 1965. El grupo escultórico de “El Calvario” compuesto por las imágenes de Cristo, los dos ladrones y San Juan Evagelista, es completada por la bella imagen sedente de Nuestra Sra. del Silencio, de autor desconocido del siglo XVIII. También hay que destacar dentro del rico patrimonio de la cofradía, la valiosa urna barroca, fechada su obra dentro del siglo XVIII. Fernando VI, por cédula de 12 de Agosto de 1756, le otorgó el título de Real, fundándose entonces un Monte de Piedad, alcanzando por entonces gran esplendor. En 1907 se creo la Sección Sanjuanista dentro de la propia Congregación, teniendo sus propios Estatutos y se encargaba de todo lo relacionado a la imagen de San Juan Evangelista. Desde hace unos años, esta tradicional Sección se ha extinguido, pasando dicha imagen a incrementar el grupo escultórico de “El Calvario”.
Tomás Salinas García. Alicante
Verde oliva, agua dorada./ En tu historia se relata/ nuestra historia, la de España.
Muy Noble y Muy Leal,/ Defendimiento de Castilla,/ Capital del Santo Reino./ Con tu Santa Catalina/ despliegas la sabiduría/ de lo antiguo, de lo viejo,/ de tus calles empinadas/ por mezclas levantadas/ con el empeño y la sangre/ del judío, el almohade./ Te protegen duras sierras,/ te sirven rocas serranas./ Y empapada por un agua/ que te mima y que te lame,/ te levantas orgullosa/ Jaén, mi dama hermosa./ Es tu aroma, es tu aire/ verde oliva, agua dorada./ Jaén, mi enamorada.
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Pilar Sánchez Gascón. Ama de casa. Ciudad RealGuadalquivir, que baña las laderas de mi pueblo/ Pasa bajo el puente que “Romano” le llaman los lugareños/ Y que sus ojos cansados (pues es muy viejo ya),/ Mira con tristeza al río que sus muros quiere bañar,/ Y como a un buen amigo, el puente le preguntará:/ “Guadalquivir mío ¿quién te ha podido ensuciar?,/ Tus aguas ya no son limpias,/ En ellas ya no me puedo mirar”./ Andújar está triste,/ No deja de llorar
Por las aguas de su río/ Que sucias están/ Y con desgarro lanza un grito:/ “¡Malditas las manos que te han podido ensuciar!”/ El río le contesta: “¡Andújar linda,/ No me dejes de mirar,/ que aunque mis aguas están sucias,/ yo no dejo de soñar/ que algún día, limpias volverán a estar/ y que la Luna en ellas, se podrá bañar/ enviando sus reflejos de los que puedas gozar!/ ¡Ay Andújar linda, no me dejes de ayudar,/ para que la mano del hombre/ No me maltrate más!”/ Andújar llena de pena/ lo trata de consolar:/ “¡Guadalquivir mío, no llores más,/ que tus aguas, algún día,/ limpias volverán a estar!”
Alicia Sánchez Hernández. Estudiante. Jaén
La ciudad a la que vaya donde vaya, siempre he de volver. Y es cierto que a veces quiero salir corriendo, porque siento que necesito más. Pero también se que volveré, porque cuando acabo de partir ya empiezo a echarla de menos. Porque sus calles son mi vida, y sus rincones, la memoria de buenos momentos junto a inmejorable compañía. No es que me canse de ella, simplemente de vez en cuando necesito encontrar un poco de originalidad. Pero mi mente está siempre aquí, porque sus edificios bajos siempre me dejan ver las estrellas, y en cualquier plaza, o calleja, con solo alzar la vista, veo mi presente, recuerdo el pasado, y pienso en el futuro.
Soy lo que soy por haber nacido aquí, y aunque los viajes me han llenado el alma y la mente, la base de mi persona tiene unos cimientos que crecieron al lado de este mar verde sin playa, bajo la atenta mirada de las piedras milenarias, las montañas que la arropan y esa cruz, que cuando subes, regala una vista que simplemente enmudece las palabras.
No se adonde me llevan mis pasos, pero no me preocupa, porque vaya donde vaya nunca se me olvida el camino de vuelta a Jaén, el camino de vuelta a casa.
David Sánchez Liébana. Ingeniero Técnico Agrícola. Fuerte del Rey
Hay lugares de trabajo muy especiales y deseados; unos porque se encuentran en un edificio de cristales con grandes despacho en pleno centro financiero de una ciudad importante y otros, como el mío, porque te permiten trabajar por la tierra de las atalayas y castillos y conocer a una gran cantidad de gente honrosa y humilde. Por esto soy doblemente afortunado, primero porque tengo trabajo y segundo porque todos los días tengo la suerte de viajar pueblo por pueblo por una provincia de escándalo. Es difícil contestar a esa pregunta de la periodista de Diario JAEN que en las entrevistas de cara a cara de cada verano te pregunta por un rincón de Jaén, pues hay muchos especiales. Pero aún hay algo más especial en mi trabajo y es el día a día con la gente de esta provincia, que como ella es de escándalo y con ella aprendo todos los días a ser algo mejor. Y mientras que unos prefieren el primer sitio para trabajar otros valoramos lo que bien llamamos el paraíso interior.
Pero aún hay algo mejor en mi trabajo y es poder hacerlo junto al cultivo que nos hace conocedores en el mundo entero, el olivo y su aceite, y aún es mejor si tu trabajo consiste en cuidarlo. Así que a aquellos que trabajan en ese lugar que a algunos tanto aspiran y que yo algo conozco, mi consejo es que no os dejéis llevar porque no todo es dinero, posición y por lo tanto problemas; porque la calidad de vida no tiene precio y en mi tierra, Jaén, de eso hay mucho; si fuera medible, tanto como olivos. Por todo esto no me gustaría cambiar un atardecer, por ejemplo; viajando con un amigo por el verde mar de olivos que hay en la loma, con Cazorla a la izquierda y Sierra Mágina al frente y un poco más adelante con mi Jaén y su castillo de fondo, por un atardecer desde una ventana fría con coches al frente y hormigón y hierro a los lados. Ay! Y que verdad es ese dicho Jaenero que con orgullo lleva un camión por las carreteras de todo el mundo que dice que a quien Dios quiso bien, casa le dio en Jaén.
María José Sánchez Liébana. Enfermera. Fuerte del Rey
Tierra en la que la mirada/ se pierde en el horizonte verde,/ verde de sus olivares,
olivares que nos orgullecen/ con su oro líquido./ Tierra llena de riqueza,/ riqueza repartida en/ toda su geografía,/ repartida en su cultura,/ sus monumentos/ y su serranía.
José Sánchez Mora. Cofradía de la Virgen de la Fuensanta de Villanueva del Arzobispo.
Durante una larga época he sido hermano mayor de la Cofradía de la Virgen de la Fuensanta, en Villanueva del Arzobispo. En el Santuario contemplando la imagen de la Virgen, realizada por Domingo Sánchez Mesa en 1946, se puede uno llenar de sosiego, de paz, serenidad y tranquilidad. Hemos recordado, recientemente, el 50 aniversario de la Coronación Canónica Pontificia, en 1956. La Virgen en romería ha llegado hasta los pueblos de las Cuatro Villas, Iznatoraf, Villacarrillo, Sorihuela y Villanueva, llevando hasta cada uno de estos lugares la paz y aumentando el intenso fervor mariano.
José Sánchez del Moral. Funcionario jubilado. Jaén
Jaén: si tu fueras mujer, las cosas que te diría, mas empezaré diciéndote si yo te miro y tú me miras, y cómo nos miramos; si yo te amo, seguro que tú me amas – esto si es amor a lo Romeo y Julieta -, a que esperar a que pase el tiempo y se ajen las flores de tus mejillas, tu pelo reflejado de estrellas, tu vestido verde aceituna, tus enagüillas blancas como la pureza; tu corpiño morado como nuestra bandera; tu halito carmesí que huele a caramelo de fresa y menta; tu voz tan suave y apeluchada tal esta brisa glauca llegada de Jabalcuz y cada atardecida se viste de quereres. Cuando la luna tan lozana como tu, quiere mirarse en el azogue del pozo para verse lo guapa que es. Jaén: si fueras mujer, te lo juro ante mi Dios omnipresente y omnigeneroso, te diría: vente conmigo, yo te pondré flores por el camino. No lo pienses más, corramos las amonestaciones. Digámosle al cura que el reloj ha pronunciado la hora, y nos debe casar a los acordes de los violines de Vivaldi, para estar juntitos los dos todas las horas de nuestra vida y todas las horas cuando cerremos el ojo, pues también en el mas allá el reloj eterno nunca se para porque su cuerda es incorrupta e inextinguible, pues para eso Dios es el mas exacto relojero. Ya sabes, Jaén, si fuera mujer: siempre estaríamos besándonos tanto en la gea como en el éter. Esta sentencia filosófica me ha venido a las mientes ahora mismo. Al amor verdadero no hay muerte que lo entierre. Jaén: si fueras mujer te diría te quiero mas que a las niñas de mis ojos. Niña, vámonos ya a la iglesia, el personal esta esperando y esperar a todo el mundo desagrada. Ya sabes, Jaén. Tu pasión y mi pasión están unidas por besos apasionados.
José Antonio Sánchez Ortiz. Sacerdote. Mengíbar
El día 12 de junio de 2010, en la ciudad de Linares, se escribió una gloriosa página de la historia de la provincia de Jaén. Cerca de 15.000 personas, bajo una copiosa lluvia, asistieron a la beatificación del primer seglar giennense y el primer periodista español que sube a los altares: Manuel Lozano Garrido (Lolo). Ese día en la ciudad natal de otro gran santo, San Pedro Poveda, oficialmente fue reconocida la vida ejemplar de quien, después de más de veinticinco años paralítico y los últimos nueve ciego, ha recibido el título de “sacramento del dolor”. Él es la encarnación de la alegría en la enfermedad y de la esperanza en el sufrimiento. Su vida y sus escritos son la manifestación de la fuerza y el sentido que sólo da la fe.
Diana Sánchez Perabá. Periodista. Jaén
Una de las cúspides de la ciudad, el Parque del Seminario es uno de los refugios que más regalos ofrece a quienes se disponen a subirlo. Espectaculares vistas, el vientecillo caprichoso derramado desde Jabalcuz o la tranquilidad y la paz de los pinos animados por ardillas y curiosas especies de aves son algunos de los presentes que se pueden descubrir. Un rincón de refugio para jóvenes estudiantes que se sumergen entre su vegetación o para mayores que se deleitan, entre paseo y paseo, con la panorámica jiennense. Custodiado por los aprendices de la Iglesia, este oasis arbolado se abre para que los sentidos del alma se apacigüen cuando hay tormentas, pero también para agitar el espíritu sediento de ilusión.
Claudia Sánchez Pérez. Poeta. Jaén
El pasado se mira
el presente se palpa
La Mota va oteando el perfil de los sitios
el nombre de los pájaros.
Y el instante es nuestro,
la altitud generosa de la torre
los vientos sabios que la muralla esparce.
Ese instante que asoma
entre los tragaluces con soles de reflejo.
Las bóvedas se alzan
los pasillos se estrechan
hasta que el cielo avanza
por la geometría de las almenas
hacia la consagración infinita del tiempo
en la sencilla fortaleza de los instantes.
Mónica Sánchez Pérez. Comerciante. Jaén
Me han pedido que hable de mi ciudad en la que me crié y en la que se están criando mis niños, la verdad es que me pongo a pensar en lo que más me gusta de Jaén y no sé que decir porque aparte de su gente y sus monumentos me encanta las costumbres que tenemos.
Si hay que comer sardinas el día 25 de Noviembre pues se comen sardinas, si el día 16 de Enero hay que ir a las lumbres a calentarse y comer palomitas allí que estamos!
Si en la madrugá del Viernes Santo tenemos que estar dos horas de pié quieto por ver de cerca la salida de nuestro abuelo aunque el frío nos cale los huesos y los pies se hallan congelado nosotros no nos movemos de nuestro sitio y todo para acabar soltando alguna lagrima.
Si en Junio tenemos que ir a las fiestas de nuestra patrona allí que vamos todos para acabar metidos en algún bar del barrio de San Ildefonso que aunque este lleno........pasa que hay sitio!
Nuestra gran feria de San Lucas que gozamos tanto los niños como los mayores por la cantidad de actividades que hay para todos.
Y por supuesto no puedo despedirme sin hacer mención a nuestro Santo Rostro que todos tenemos la oportunidad de ver en nuestra Santa Catedral.
Gaspar Sánchez Salas. Escritor y discípulo de Camilo José Cela. Madrid
Dos valles se divisan a lo lejos; en su centro, una frondosa vegetación crece silvestre en ambas márgenes de un río que se intuye caudaloso bajo el nombre que algún avispado musulmán le colocara por el setecientos. Los silbidos de los mirlos en celo y el torpe revoloteo de unas cuantas perdices que el caminante ha ido encontrando a su paso, son su único acompañamiento. En este trayecto sosegado y regado por esos primeros rayos de un sol que se va avivando por momentos, el caminante va tomando conciencia, más que nunca, de este maravilloso rincón de Jaén: la vega del Guadalquivir. El caminante se sube con dificultad a la roca más alta que corona una pequeña carretera comarcal y con Vados de Torralba a su espalda, divisa ese otro pueblo blanco que, cuarenta años atrás, fuera un buen motivo para su nacimiento. Su topónimo no puede ser más sencillo y al mismo tiempo más inspirado en la evidencia para definir ese conjunto de casas encaladas, balcón de una rica vega: Campillo del Río. Pensaba entonces el caminante y sigue pensando ahora que aquella joya bañada por los plateados destellos del “río grande”, era un lugar único en el universo. Habría que añadir, quizá, que un pequeño mundo, único e irremediable de la provincia de Jaén.
Juan Sánchez Serrano. Presidente de la Cofradía del Santísimo Cristo de los Chircales. Valdepeñas de Jaén
Valdepeñas está enclavado en un valle a unos cien metros de altitud, rodeados de sierras como la Morenilla, Montesinas, Ventisquero y la Pandera. Es abundante en agua, con nacimientos como la Fuente de los Chorros, Chircales o los molinos de Estanquillo. Tiene parajes inigualables como las Chorreras, el Molino Museo, el cual está en perfecto estado de funcionamiento y un monumento natural como es el Quejigo del Amo o del Carbón. Pero para mí el mayor monumento que tiene, es su Cristo de Chircales. Cuando procesiona los días 1 y 2 de septiembre por sus calles, Valdepeñas de Jaén se convierte en patrimonio de la humanidad.
Luis Miguel Sánchez Tostado. Criminólogo e historiador. Jaén
¿Os acordáis? Pago de Valdecañas. El carril comenzaba pocos metros antes de los apartamentos La Trucha, en el Puente de la Sierra. Evónimos y romero, azucenas y dama de noche, ping-pong, pesca en Los Cañones, la Yenka, Bee Gees, Police. Rafael Jaén, Juanjo Carrascosa, Pepe “El Campero”, Silvestre, Antonio Martos, Pedro “Migolo” (mi padre), Carvajal, creo que era Antonio. Ya casi no recuerdo los nombres. En "Villa Lin" jugábamos al tenis. Escarceos y tertulias adolescentes junto al “pozo”, miradas dicentes, furtivas, secretos pubertos, poemas en libretas Enri, güija, piscinas, fósiles, excursiones por la “selva” del río Jaén, tardes en el Portazgo, misas de campaña, el Berenguel, el Balcón. Primero bicicletas, después vespinos. Olía a jazmín y a tierra mojada. Llevábamos pantalones cortos y la vida en nuestros ojos. Bruno García, Vicentín, Rafa Jaén, Antoñín, Aurora Carrascosa, Paloma Carvajal, Esther (la rubia italiana), Loli, ¡Ay, Loli, si tú supieras! Treinta y cinco años han pasado. Casi nada. Aquel rincón del río, testigo mudo de fumadas clandestinas, ya no lleva sus aguas limpias, ni su vega diáfana, ni existe el viejo chopo donde grabé su nombre. La magia de aquellos veranos en el pago de nuestra adolescencia aún permanece en la sentina de una memoria que evoca tiempos idos ¿Os acordáis?
Alberto Sanfrutos Fernández. Maestro. Úbeda
¿Qué siento yo por Jaén? Sentir es experimentar placer o dolor, y ambas cosas me proporciona la provincia en que nací. Condenada al abandono casi siempre, sometida a eternos planes eternamente diferidos, vinculada al arma de doble filo que supone el monocultivo de sus olivos, sobre el que pesan como una losa las discrepancias de tantos andaluces altivos. Un dolor de espada, seco, desamparado, una inercia de siglos en los torpes brazos de los ciegos. Torvos troncos de una vieja tierra, un cruce de caminos donde pocos se detienen.
Pero también es Jaén las aguas transparentes de sus ríos, el azul turquesa de sus embalses sobre los que patrullan los buitres, las nubes púrpuras de primavera. Los riscos, abismos intolerables, páramos serenos, sus castillos, el arte... Es encina, pino y tiempo detenido por donde aún silban los pastores. Aldeas perdidas... Sierras imponentes de blancas cumbres coronadas, la fría nieve de su invierno, los almendros, los cerezos, lo viejo y lo nuevo, la histórica piedra y el húmedo musgo, el alga y el sedimento donde el hombre puro está presente.
Este Jaén me consuela de aquél otro que todavía no hemos sido capaces de construir.
María del Consuelo Santa-Bárbara de Sicilia. Soprano. Jaén
Cielo azul, tierra ardiente;
Que de luz todos los espacios llenas.
Montañas bañadas en sol,
Que en fuerte abrazo te encadenan.
Mar bravío fuiste ayer…
Sustituido hoy por infinitos campos
De oleaje de olivares plata y verde.
Agua limpia y argentina
Emerge del más árido terrenal,
De los suelos de tus campos;
Entre la ardiente piedra y el riguroso breñal.
En las murallas de tu Castillo,
“Las tres morillas” te canté un día:
Mi voz se expandió tanto que las estrellas se asomaron
Y la luna “lunera” me aplaudía…
Antonia Santiago Moreno. Profesora. Jaén.
Porcuna, tú que serena y noble, luces en el horizonte de la campiña como si fueras una diosa que entre el cielo y la tierra a sus hijos vigila. Tú, que has visto desfilar por tus tierras bravos guerreros ibéricos que ante el peligro del invasor sus tesoros, en el seno de tu tierra escondían. Matronas y patricios paseaban por tus calles que en aquel tiempo por Obulco se conocía y que de tus fértiles tierras y ricos manantiales el trigo que alimentaba al Imperio Romano salía. Siéntete orgullosa defiende tu valía. Ciudad fortificada y noble fuisteis en la Edad Media, tus blasones y ruinas así lo atestiguan. Cárcel y pesar ofrecisteis a Boabdil, último rey nazarí de Granada, cuando los Reyes Católicos con maquiavélicas artes la unidad de los reinos hispánicos pretendían. De Ti partió un día el poeta Caviades para en "las américas" española alegrar la vida de las buenas gentes con su poesía. María Bellido, que desafiando el peligro del gran invasor la sed de los soldados españoles saciaba, y que en Bailen, una de las mejores páginas de la historia el pueblo español escribía, de tí procedía.
Tú, tierra mía, que por calles y plazas rezumas fragancias de paz y armonía, que en tu Paseo de Jesús yo de pequeña como todos los niños jugaba y corría, y a la Casa de la Piedra admirada veía. Tú que guardas el sudor y las lágrimas de los seres queridos que me precedían, tú eres para mi lo más grande, mi corazón así lo porfía querida, Porcuna mía.
José Manuel Serrano Alba. Periodista. Jaén
Es la silueta del castillo dibujada en el horizonte, a kilómetros de distancia, el aviso de que te acercas a tu espacio protegido. Al menos antes lo era. El recuerdo de una patria pasajera como es la de la infancia donde todo sigue un orden natural sin sobresaltos, imágenes de cariño todavía en blanco y negro, lazos de amistad que se creen irrompibles. Una reserva donde todos los caminos son conocidos, donde el tiempo no se mide y el día siguiente siempre será todavía mejor. Aquellos días cuyo verdadero valor sólo se aprecia cuando son memoria. Días de esperanzas intactas, días en los que soñar despierto era lo normal, días en los que no había ausencias. Todo estaba en equilibrio, la retaguardia siempre estaba cubierta por los que peleaban por ti; los problemas, como las heridas, cicatrizaban fácil y vivías en la creencia de que aquel feudo era inexpugnable. Luego, a cada paso, supiste de peligros y sorteaste emboscadas. Aprendiste a caminar solo y alejado. Vivir no era fácil. En el retrovisor, la imagen fija de un refugio de piedra donde siempre te citabas para volver. Un día la muralla se resquebrajó, la desidia pudo más que el azar y la tormenta. Fue penoso levantarse y construir escenarios nuevos sobre el recuerdo. Esta ciudad ya es otra, prefería aquella Alcalá vivida e imaginada. La Real tiene lugares de entonces. A pesar de todo, un lugar donde siempre quiero volver, aunque ya no exista.
Por Inma, por su recuerdo.
Felipe Serrano Cano. Empresario. Alcalá la Real
La unidad de acción frente al individualismo, nos hace ser competitivos saliendo más fortalecidos de situaciones con especial complejidad y difíciles de lograr de una manera particular. Esta es una de las claves para conseguir empresas de éxito y con capacidad para afrontar retos de futuro.
Gonzalo Serrano. Vice-presidente provincial de Colega- Jaén. Baeza
He soñado muchas veces con tus murallas, tus calles estrechas y empedradas, tus muros altivos de otro tiempo.
En mi sueño veo un muchacho afortunado que corre en bicicleta.
Entre tus olivos quiere huir, escapar del secreto que le encoge el alma.
Cada día pasea con su perro y le cuenta su secreto.
El perro, parece comprender... y permanece fiel, a su lado.
Nadie más conoce su secreto: ni los chicos del baloncesto, ni las catequistas de las monjas filipenses, ni los amigos de su padre en el casino...
... y sin embargo, una y otra vez, todos parecen recordarle que está sólo, que no hay nadie como él y que más le valdría olvidar su secreto...
El tiempo pasa, el secreto permanece y la angustia aumenta.
En ocasiones la muerte de alguien cercano remueve su interior y surgen las preguntas sobre el sentido de la vida cuando uno es diferente. Duda si merece seguir vivo o si está destinado a acabar cuanto antes para no enfrentar lo que aún no entiende.
Por fin un buen día la luz entra en el sueño y el secreto se descubre.
Entonces despierto aliviado porque ya no hay nada que ocultar, porque puedo ser yo mismo y amar sin complejos ni prejuicios, porque puedo volver a mi pueblo y admirar su belleza, ya sin miedo.
María Antonia Serrano Sánchez. Presidenta de la Asociación Loperana de Discapacitados (Alodi)
Nuestra Asociación Loperana de Discapacitados Alodi nació hace cinco años con el objetivo de que los niños discapacitados de Lopera estuvieran unidos a través de nuestra asociación, que aglutina a unos ochenta socios. Desde hace tres años diez niños de Lopera que padecen una discapacidad acuden a diario a la ciudad de Andújar, al Centro Ocupacional de Aprompsi, donde, además de relacionarse con otros niños, aprenden, a través de cursos, a realizar trabajos de marquetería y jardinería. Todos los padres de los niños de Lopera quieren agradecer públicamente la gran labor social y la integración que desde Aprompsi se está realizando en toda la provincia de Jaén y sin su ayuda estos niños y sus padres se hubieran sentido desprotegidos.
Carlos Serrano Tirado. Periodista. Baeza
La ciudad que habito parece dormida. Sueña. Y me temo que siempre sueñe el mismo sueño; que es una forma de negarse a soñar. Permanece acurrucada entre montes y peñas; como si no quisiera desperezarse. Y resulta difícil creer que esa cabezada casi permanente sea voluntaria, pese a que, según la leyenda, de sus entrañas surgiera abriéndose paso entre las aguas un enorme lagarto, símbolo inequívoco del letargo. El castillo como una atalaya desde donde otear el futuro, sin perder de vista pasado y presente, y el mar de olivos que la baña son más allá del ensueño metáforas de la aventura. De un viaje para el que es necesario e imprescindible despertar. Desperezarse. Adormilada, mecida por esos olivos y los aires de la sierra, la ciudad esquiva la tentación de otros sueños. Y muestra la piel de la vulnerabilidad. Renuncia a surcar aguas de plata y a vestir su desnudez de esperanza. Reposa tranquila. ¡Ay! Si Jaén escuchara al poeta del centenario y fuese capaz de levantarse brava de su lecho de sueño.
Francisca Serrano Vivanco. Psicóloga. Villargordo
¿Qué nos contestaría un jiennense si hoy le preguntásemos qué visión tiene de Jaén en la actualidad?, seguramente existiría diversidad de opiniones, y me alegro por ello, pero ya que no puedo exponer la opinión de cada uno de ustedes, voy a exponer la mía propia, la cual supongo se verán muchos de ustedes reflejados. El presente de Jaén no es todo lo esperanzador que nos gustaría, no por ello lo veo todo oscuro, sino todo lo contrario, veo una intensa luz, la misma que siempre han buscado los jiennenses, y reafirmo, la han buscado, porque siempre he pensado que Jaén ha buscado su futuro, que no se ha quedado al margen viendo como las cosas van mejorando, sino que los jiennenses han salido siempre de sus hogares buscando y luchando por el futuro que querían para su familia, han luchado por mejorar económica, académica y personalmente, si desistir en su afán, y todo esto nos ha hecho más fuertes. Ahora estamos pasando un tramo difícil, pero no imposible, ya que salir de todo esto depende de cada uno de nosotros, y siempre hemos demostrado quienes somos, y por si a alguien le queda duda, los jiennenses somos personas luchadoras.
Francisco Sierra Cubero. Cronista Oficial de la Agrupación de Cofradías. Jaén.
Escribir de Jaén, es dejarse llevar por la imaginación y la ilusión, es vivir el encanto de sus callejuelas morunas, en el casco antiguo, es contemplar sus iglesias maravillosas, como la de la Magdalena, la de San Bartolomé, san Juan, etc., y como no escribir de Jaén es hablar de nuestra grandiosa y sin par S.I. Catedral, y ¡como no! del Castillo. Cada vez que subo a esa atalaya inconmensurable que es la Cruz, y diviso a sus pies nuestra querida ciudad, la mente vuela soñadora en busca de tantos y tantos recuerdos vividos en sus calles durante tantos años.
Pero sobre todo cuando salgo de Jaén, al volver y contemplar desde cualquier lugar esa magnifica Cruz que es santo y seña de nuestra ciudad, siempre me viene a mi mente los versos del insigne Machado, “quien me presta una escalera para subir a la Cruz para quitar los clavos a Jesús Nazareno”. Y mis recuerdos evocan nuestra magnifica Semana Santa y como todos los años al llegar la primavera, nuestras cofradías recorren las calles, con sus magnificas y a veces insuperables imágenes, mostrando así a todos los jienenses la fe de un pueblo, que todas las madrugadas de Viernes Santo concita sus miradas en la figura del Nazareno, de Nuestro Padre Jesús. Por eso siempre digo que Jaén es tierra de Semana Santa.
José Luis Siles Cano, Ex presidente de Constructores y de la Confederación de Empresarios de Jaén
Jaén, tan lejos pero tan cerca
Cuando se vive a cierta distancia de tu ciudad, una de las formas más rápidas de estar en contacto es seguir los medios de comunicación que hablan de tu ciudad, de su día a día y de su gente.
Y cómo no el Diario Jaén. Nuestro querido periódico es una referencia indispensable para todos los jiennenses.
Tuve la oportunidad de celebrar con vosotros el 60 aniversario y ahora, desde estas líneas y por la imposibilidad de hacerlo personalmente, también me adhiero a esta nueva celebración.
Este aniversario es muy especial para mí por muchas razones. Sólo os diré que el Diario Jaén corre conmigo la misma carrera en cuanto al tiempo y la vida. Ya que si el periódico cumple 70 años de publicación, y yo tengo 71 en la actualidad, ambos hemos corrido un largo trecho junto a la realidad vital y profesional de los hombres y mujeres de esta ciudad.
Años y fechas que son dignas de una gran celebración pero también referentes de que la carrera en el tiempo continúa, como la de nuestro querido director, Juan Espejo, al que le deseo, como al periódico que gobierna, lo mejor para el futuro.
Quisiera dar la enhorabuena y recordar a todos y cada uno de los que han hecho posible el Diario Jaén a lo largo de estos años. Y es que el periódico, como toda empresa, es una gran familia. Son sus trabajadores y sus familias los verdaderos protagonistas de estos 70 años de feliz andadura empresarial y profesional de nuestro querido periódico.
Aprovecho estas líneas, si me lo permiten, que creo que sí, para darle un abrazo especial a Rosa, una compañera de viaje incansable para Juan. Y aplaudir y reconocer el esfuerzo, la singularidad, el riesgo, el tesón y la excelencia de todas las mujeres y de todos los hombres que hacen posible que el Diario Jaén salga a nuestro encuentro cada mañana.
Luis Eduardo Siles.
A Eduardo Samaniego
El olor a café y a churros, ese olor que se queda clavado en la memoria, en el alma de la infancia, ese olor a mañana y a horas por delante, y las carreras del tío Eduardo, escaleras arriba y escaleras abajo por la casa, con las prisas por abrir la joyería, verano de 1967 o así, y en la radio Juan José Molina, habla que te habla, yo escuchaba y admiraba la oratoria de aquel periodista veterano y sobrio mientras mojaba en el Cola Cao los churros y los ochíos, Poulidor, otra vez Populidor iba a quedar segundo, y Juan José Molina analizaba el Tour como si pedaleara junto a Anquetil, hasta que el tío Eduardo levantaba las persianas de la tienda, con gran estrépito matinal, y ya la calle Maestra tenía mucha vida de paseantes, mujeres que iban o venían de misa o de la plaza, comercios recién abiertos, el ciego de la mañana cantaba “los cuarenta iguales para hoy”, y el tío Eduardo compraba el ’Diario Jaén’ en un zapatero que había cerca de Casa Donato. Ahí estaba el ’Jaén’ sobre el mostrador de la Joyería, y yo veía el periódico, su cabecera negrísima, con letras como estiradas hacia arriba, ‘JAEN’, y esas fotografías impresas con puntitos, más oscuros o más claros, y naturalmente, lo que más nos importaba, la crónica de Vica, que insistía e insistía en sus escritos sobre la necesidad de que el Real Jaén tuviera más socios, para que fuera más fuerte, y una vez leído y releído el periódico, el tío Eduardo salía a la puerta de la joyería, a tomar el fresco de la mañana, el poco fresco del verano de Jaén, y yo lo acompañaba, y él me hablaba del Real Jaén, esta temporada sí que hay un buen equipo, esta temporada sí, y, cogido de la mano del tío Eduardo, Jaén me parecía la ciudad más bonita del mundo, porque, como leería muchos años después, una ciudad es hermosa cuando se ama a uno solo de sus habitantes.
Mayte Solán Isla. Periodista. San Roque, Cádiz
El viajero que surca los caminos que llevan a Úbeda lo hace cual marinero, abriéndose paso entre el mar de olivos en busca de este bello faro, que aguarda majestuoso sobre una gran loma. El verde se transforma, de pronto, en piedra, en historia, en vida, al entrar a Úbeda. Como el marinero que atraca en puerto, el visitante encuentra en esta ciudad un refugio sacado del lejano Renacimiento. Descubrir sus callejuelas, sus rincones, sus secretos, es una aventura sin final escrito, a la espera cada nuevo navegante que se adentre en ella. Y es que a Úbeda, como a las sirenas, le gusta coquetear con quien la mira, mostrar caras opuestas, ser bella, ser triste, ser única. Si se contempla de día, la ciudad luce majestuosa su gran patrimonio, que guarda como un tesoro en el corazón de su tierra. Si se mira al caer el sol, despierta sueños, añoranzas y esperanzas, que se pierden lejanas en el horizonte de sus bellos miradores. La noche, sin embargo, transforma a Úbeda con su capa y la vuelve romántica, enamoradiza, besucona, capaz de llevar a la locura a los amantes más serenos. Y es que, como la mar, Úbeda se muestra infinita, se transforma, se reinventa y despierta cada mañana más bella, lista para embrujar a quien la vea.
Antonio Solomando Armenteros. Hermano Mayor de la Hermandad de Jesús de la Piedad, Virgen de la Estrella, Nuestra Señora del Rosario y Santo Domingo de Guzmán (Jaén)
Jaén abre los brazos a todo el que visita sus entrañas. La sabiduría de sus rincones, la majestuosidad de sus monumentos, el temperamento de sus campos.
Para mí, Jaén representa a la figura de la madre; la mediadora, la que siempre escucha, la que aconseja, la protectora. “Mi” Jaén, acoge a todo el visitante, a todo el peregrino, a todo el que se acerca a ella, a todo el que es engendrado en sus entrañas y a aquel que como yo, nacimos fuera de sus fronteras y desde niños mamamos de su sangre y desesperanzas. Sus gentes, siempre apacibles, amables, enriquecedoras y exquisitas con todo el que llega queriendo aprender, dice mucho sobre el señorío de esta tierra plateada siempre olvidada y mal gestionada.
Para que Jaén esté donde se merece, todos nosotros, todos los Jaeneros, debemos amarla como ella nos ama.
Mariela Soriano Bautista. Periodista. Bailén
Algún día me atreveré a escribir una oda a Jaén. Un poema en el que enaltezca, y con el que pellizque el corazón de quien lo lea, una provincia que en ocasiones parece olvidada, pero que fue testigo, y sus gentes formaron parte activa y protagonista, de grandes batallas, como las de Baécula o Bailén. No dejaré de lado la referencia al patrimonio cultural de ciudades como Úbeda o Baeza, o el histórico de La Carolina. Tampoco obviaré la actividad que marcó la forma de ser de Linares, la minería, y que fue el germen de la taranta, un cante surgido del corazón de los que trabajaron la tierra. Junto a Cástulo, aun por descubrir, o la vida que desprende por su inquietud comercial, son algunas de las virtudes que enalteceré de la ciudad que también es cuna del deporte ciencia y del toreo. Encantos a los que se suman los de los pueblos blancos, que nos transportan a otras épocas, o los que se encuentran al amparo de imponentes fortalezas, que recuerdan la lucha de moros y cristianos. Un histórico cruce de caminos, y que junto a Despeñaperros cuenta entre sus grandes pulmones verdes la sierra de Cazorla, Segura y Las Villas. Eso sin olvidar las extensiones de su mar de olivos, claves en la forma de ser de los jiennenses. Así, muchas son sus virtudes y mucho lo que se me queda en el tintero y es digno de elogiar, por lo que no será hoy cuando escriba la oda a Jaén.
Hugo Sócrates Stalin Huapaya Calderón. Estudiante de Primaria. Jaén
Jaén eres tan gran grande que tienes muchas cosas preciosas. Todo lo que tienes es una maravilla, tienes tres piscinas fantásticas, los parques, el fútbol y el baloncesto y también toda la calle de Jaén. Vivir aquí es como estar en el paraíso.
Eres como una flor que nace de un florero, tan bella, tan bonita y preciosa. Tú lo eres todo para mí, eres la luz que me ilumina el camino y la verdad. Es como si estuvieras en un gran, pero gran hotel de cinco estrellas que tuviera de todo piscina, un campo de fútbol y baloncesto, muchos juegos de ordenadores, y está claro que debe de tener colegios. Eres una maravilla del mundo.
José María Suárez Gallego. Cronista Oficial de Guarromán.
Ni que decir tiene que la primera peculiaridad que exhibe Guarromán al viajero que la visita es su propio nombre, el cual suscita, al menos, en quien lo oye por primera vez, el esbozo de una sonrisa sin malicia, y tal vez las más descabelladas elucubraciones sobre su significado. Poseer un nombre de chocante sonoridad, como es el caso de la Real población del sitio de Guarromán, y estar ubicado junto a la muy transitada autovía de Andalucía, en la que tanta oportunidades hay de exhibirlo, supone ante todo, más que un reto para un investigador local, un acicate más para dar a conocer a los cuatro puntos cardinales que tras este peculiar topónimo se esconde un bello, cuando no poético, significado: Wadi-r-ruman para los árabes de Al Andalus; Guadarromán para los cristianos de Castilla; Guarromán en el habla de los andaluces, y el Río de Granados en el sentimiento de todos los guarromaneses.
Camilo José Cela, al aceptar la presidencia de honor de la Asociación Internacional de Pueblos con Nombres Feos, Raros y Peculiares, me dijo durante una sobremesa en su casa de Guadalajara: “¡No le cambien nunca el nombre a su pueblo! Cuando alguien les pregunte con una sospechosa sonrisa de donde son, digan ¡Soy de Guarromán, que coño pasa!” Y en ello estamos y perseveramos, desde Jaén y con JAEN.
Margarita Sutil Cortés. Unión de Mujeres Empresarias y Profesionales de la provincia de Jaén. Jaén
¿Qué me sugiere Mi Tierra? Nunca me había planteado esta pregunta de forma tan directa, siempre la había visto como mi casa, el sitio donde vivo y del que es mi familia, pero el tiempo y nuevos amigos me hicieron ver más allá, me hizo sentirme orgullosa. Mi tierra, me sugiere la variedad de feraces tierras en las que se produce este “oro verde” que casi nos corre por las venas y que ha alimentado a esas culturas antiguas y modernas que nos han conformado como somos y que han creado esas hermosas ciudades y pueblos en los que vivimos; y sobre todo, mi tierra me sugiere esa naturaleza fabulosa, magnífica, en la que cuando asciendes a sus cumbres o atraviesas su bosque mediterráneo, te hacen sentir que vives en un lugar privilegiado. Pero también este privilegio no debe dejarnos parados y hacernos olvidar que el mundo avanza pues nosotros debemos avanzar con él.
Maria Loreto Sutil Jimenez. Jubilada. Linares
Cambil
Cuando nací no había flores, todo era blanco./ Cuando nací no había flores, pero todo fue mágico./ El día que nací no había flores, pero Dios creó una estrella./
No había flores, pero una sábana blanca daba formas picassianas a los árboles sin hojas,/ y como "el maná" del desierto, alimentó a esa bendita tierra./ Y después.../
agua, ríos, montañas, árboles, hojas, plantas infinitas, insectos;/ risas, llantos, rezos, silencios./ Así es mi pueblo./ Aromas de matanzas, aromas de tus plantas, aromas de tus tierras;/ aromas de tus dulces y panes de tus hornos de piedra./ Amo tu gente sencilla,/ que sirve igual a un rey que a un mendigo/ y que los avatares de la vida, nunca borra su risa./ Quisiera volver a ser niña, / atravesar el río de piedra en piedra,/ ver llover desde mi ventana,/ salir con mi paraguas rojo,/ y tal vez "la riá" arrastre "el carromoto de Manolo"./ ¡Ay pueblo mío! por mi mano corrió tu tierra/ y mi corazón y mi mente siempre te esperan.
José Ramón Talero Islán. Profesor. Andújar
Jaén tierra intrépida, austera y misteriosa. Llevas siglos de sangre en luchas heroicas, siempre, por mantener la fuerza y la unión de tus gentes. La gran determinante de tu historia ha sido tu situación estratégica, como puerta de Andalucía. Tierra de conquista y a la vez tierra donde se han ido asentando tus continuos invasores; romanos cartagineses y finalmente árabes. Esa situación geográfica hizo que tuvieras gran protagonismo en las guerras entre musulmanes y cristianos ¿Recuerdas las Navas de Tolosa? Desde entonces con la incorporación del Reino de Jaén a la Corona de Castilla, tras la conquista de Fernando III, de esta, tu tierra; abre Andalucía a los reyes castellanos. Los avatares de la historia española hizo que en los siglos XV y XVI, tu tierra llegara al apogeo económico y cultural, haciendo visible en la belleza arquitectónica de Úbeda y Baeza, donde el Renacimiento español dejó sus joyas más preciadas ¿Recuerdas a D. Andrés de Vandelvira?
Ya en el siglo XVIII, Carlos III realiza una singular colonización, con la repoblación de algunas zonas de tu tierra con franceses y alemanes, que llegaban a España, huyendo de las guerras que asolaban Europa. Esta repoblación dio origen a una original mezcla de razas. No olvido en el inicio del siglo XIX como tu pueblo, lleno de fuerza, dignidad y valentía echó al invasor francés en la Batalla de Bailén. En este mismo siglo la llegada del ferrocarril supuso un gran impulso económico para tus gentes, tu tierra se convertiría en un importante nudo ferroviario, por donde pasaran todos los trenes del sur de España.
En el siglo XX la extensión del olivar y la importancia de la minería de plomo no evitaron los movimientos migratorios en los peores años de la postguerra española. Así los andaluces de Jaén como escribe D. Miguel Hernández “aceituneros altivos” se vieron obligados a buscar el sustento en tierras extranjeras. Y ahora en el siglo XXI, después de nuestra transición política, en nuestra democracia y viviendo la crisis económica que nos asola; tu gente, tu tierra sigue luchando para que en cada momento no se pierda esa esperanza en el avance y el progreso.
Adela Tarifa Fernández. Cronista Oficial de Carboneros.
En esta Real Población de Carboneros se instalaron en 1768 algunos de los extranjeros que trajo Thürriegel para colonizar tierras casi inhabitadas de Sierra Morena, cumpliendo el sueño de Olavide, un gran servidor del Estado que se adelantó a su tiempo y fue perseguido por ello. Él quiso implantar un modelo ilustrado que acabara con los vicios del Antiguo Régimen y que dignificara a las mujeres, recogido en su Fuero. En sus orígenes sólo hubo 5 casas, construidas alrededor de la parroquia de la Inmaculada, y algunas barracas para albergar a los colonos, sobre todo alemanes. Un pósito, un ayuntamiento, una cárcel, simbolizaban el orden social imperante. Su futuro dependía del trabajo de los repobladores dedicados a cultivar cereales y criar ganado, aunque pronto descubrieron que el progreso estaba en el olivar.
El nombre de la población alude a tiempos remotos de actividad minera. Con él Carboneros y sus dos actuales aldeas (El Acebuchar y La Mesa) han entrado en el siglo XXI. Hoy es un próspero pueblo de casi 700 habitantes, bien comunicado, con dos cooperativas aceiteras, actividad cinegética, un prometedor polígono industrial y una rica gastronomía autóctona, que conserva su entramado urbano ortogonal, muchos apellidos y tradiciones alemanas como el “pintahuevos”. Por ello me siento orgullosa, como Cronista Oficial de esta Real Población, al unirme a los carbonerenses en su espíritu solidario de ciudadanos del mundo.
Rosa María Teba Pozo. Maestra de Primaria. Martos
Cuando aquel día en que mis padres me confirmaron que dejábamos Martos para vivir en Jaén, sentí una mezcla de miedo a lo impreciso, pesar de dejar mi colegio y mis amigos, pero también una especie de excitación ante esta aventura capitalina donde , a los quince años , creía que la vida se medía a otra escala. Y llegué a Jaén. Y amé a Jaén. Luego, la trashumancia inherente al maestro me llevó a otros lugares de mi provincia. Y los amé por igual. ¿Como no hacerlo, hijos de la misma madre? Pero cuando en mi historia personal la veleta cambia de dirección ¿ A dónde iré ?¿ Dónde sentirme segura ? Y de repente lo supe: buscaré los brazos de la Peña para que me acunen y restañen mis heridas. Y así, comienzo a ver amanecer en Martos, otra vez, recorro sus calles , otra vez. Y veo claro que el pasado vivía y esperaba en mi memoria, en donde me reconozco, y del que me estaba sirviendo continuamente sin yo saberlo. Y estos recuerdos me ayudan a reconocer situaciones y personas, verlos más claros cuando ahondo la mirada y la agrando hacia el pasado.
Ahora , la Peña me manda un viento favorable y cobija mi nueva y venturosa vida. Ah ! Olvidaba decir que, a mi regreso, la Peña enseguida me reconoció y me dijo: ¨Te esperaba¨
Ana María Tello Martínez. Presidenta de la Plataforma Ciudadana Jabalcuz. Jaén
Jabalcuz es un lugar rico en manantiales, en agua termal,-minero medicinal, en árboles centenarios en rumorosas cascadas, en tonalidades otoñales, en florecientes primaveras... En Jabalcuz habita el águila real, perdicera, el búho real, la lechuza, el jabalí, el zorro, la cabra montés, la ardilla...La cueva de Jabalcuz es rica en aventura para los espeleólogos, de ella mana el agua termal... Jabalcuz tiene unos edificios históricos románticos, injustamente abandonados: Las Termas, La ermita de San Cosme y San Damián (Patrones de la medicina)
Por los senderos de Jabalcuz paseó el poeta Miguel Hernández, (su mujer decía que le encantaba perderse en sus jardines) También dio clases el Maestro Cebrián, (el compositor del himno a Nuestro Padre Jesús)...
Jabalcuz es una montaña, con unos paisajes cuya contemplación ensancha el ánimo. Jaenero, Jabalcuz existe, se puede tocar. No desprecies tu Patrimonio para abrazar lo forastero. Defiende Jabalcuz.
Antonio Tornero Gámez. Presidente del Club Unesco. Baeza
"Baeza es un instante pendular, cansado o floreciente, según sople la historia”. Mario Benedetti.
De nosotros depende que este péndulo funcione permanentemente, acompasado y sin cansancio, si sabemos mostrar al mundo todo nuestro patrimonio, cultural, histórico, monumental y paisajístico.
Francisco Toro Ceballos. Técnico de Cultura. Alcalá la Real
¿Conocemos Jaén? ¿Por qué siempre que nos reunimos hablamos de nuestros viajes a Barcelona, Madrid, Praga, París, Roma, India o Japón…? Por qué no hablamos de nuestras visitas a Baños, Andújar, Valdepeñas, Quesada, Peal de Becerro, Marmolejo, Sabiote, Huelma…
¡Por qué los jiennenses no conocemos Jaén!
Esta fue la propuesta que hace mucho tiempo lanzamos desde Alcalá la Real, que, quizá por ser la “Cádiz jiennense”, estar situados tan “abajo” de Jaén, no conocíamos nuestra provincia.
El punto de partida fue los anuncios de la Diputación que preguntaban dónde estaba un monumento o un espacio natural que nos mostraban, ¿En Petra?, ¿En Estados Unidos?, ¿En Italia? No. Contundentemente. En Jaén.
Era verdad, estaban en Jaén… y no los re-conocíamos.
Comenzamos con los viajes culturales de la Diputación. Fantástico el que propuso para seguir la obra de Vandelvira: Huelma, La Guardia, Jaén, Baeza, Úbeda, Canena , Sabiote… y las pinturas de los Raxis en Villanueva del Arzobispo.
Actualmente la Fundación Caja Rural de Jaén patrocina cada año dos destinos a los jiennenses. Este último la minera Linares y la calatrava Alcaudete.
Desde hace mucho tiempo la Asociación Cultural Enrique Toral y Pilar Soler, de Alcalá la Real, viene organizando los “Domingos de Saturno”, con Saturnino García Serrano, un viejo “regovero” de la Sierra Sur. Nos preguntaba: ¿Por qué os vais a los Picos de Europa o a los Pirineos? ¿Conocéis las sierras de Valdepeñas, de Noalejo, Mágina o Despeñaperros?
Aún continuamos, un sábado al mes, caminando “por los silencios” de nuestras tierras, “por los silencios” de nuestros castillos, por “los silencios” de nuestras calles, por los silencios de nuestras cocinas, y, sobre todo, por las vivencias de nuestros vecinos.
Y para el futuro, más. Comenzamos unos nuevos “Domingos de Saturno” con una empresa alcalaína, especializada en viajes culturales por nuestra provincia, Travel Jaén 100%.
Este sería nuestro deseo, que cuando celebréis vuestro 75 Aniversario todos los giennenses conozcamos nuestra tierra. Y Diario JAEN sea testigo de ello.
Marta De Toro Sánchez. Estudiante. Jaén
Me gusta Jaén por su Club Hípico, por sus caballos de varias razas (Española, pura sangre…) También me gustan los campos de olivos donde crecen las mejores aceitunas del mundo.
Pero lo que más me encanta es el Castillo de Jaén. No hay más que verlo cuando encienden las luces por la noche….¡parece que es de oro!
Gabriel Ángel De la Torre Fernández. Presidente de la Asociación Cultural Musical "Colás Chicharro". La Carolina
Ser carolinense o hablar de La Carolina es ser o hablar de una parte de nuestro Jaén, de nuestra Andalucía y de nuestra España. Bien es sabido que el paraje conocido como la Peñuela, en pleno corazón de Sierra Morena, era una zona de retiro y espiritualidad para los Carmelitas allí instalados y que sirvió de asentamiento, a la idea ilustrada del Rey Carlos III, de construir una ciudad en la que tuvieran cabida emigrantes de centro Europa además de todos aquellos que desde distintos puntos de España acudieron allí con la idea de vivir en un mundo mejor. El resultado fue una bella ciudad, con sus gentes acogedoras, hospitalarias que siguiendo la tradición de los colonos fundadores y como dice el recientemente creado himno local "el emigrante de otros lugares se hizo español".
Antonio De la Torre Olid. Periodista. Martos
Las últimas zancadas o pedaladas subiendo la Sierra de La Grana y cruzando la ultima arboleda de pinos antes del punto geodésico, te van dejando exhausto y el coco algo tocado pidiendo echar pie a tierra. Y por fin y como siempre, el bosque no te dejaba ver la luz que inunda la cima ya pelada. A diferencia de esa desgana de las once de la noche, en que disperso y pasivo te dejar atrapar por esas tertulias televisivas desquiciantes; cuando terminas el empedrado o finalizadas la Vereda de la Raspa, también vacío, entonces eres presa pero en este caso de un placentero espectáculo, eso sí, prendido de silencio y aromas.
¡La Peña de Martos, su castillo, sus murallas con su Torre del Homenaje, se han quedado pequeños y a tus pies!. Y más al oeste, entre la tierra que fue de la Orden de Calatrava y las balconadas de Porcuna y las cordobesas torres de Cañete y Bujalance, se acuesta una luminosa pista de aterrizaje de unos plomizos rayos de sol que están en retirada. Entonces ensanchas el pecho ante una belleza de verdad.
Rotamos hacia el sur nuestra imaginaria cámara de vídeo, y la mirada es más gélida pero igual de bella, a las montañas, la del Víboras que alimenta al pantano; la Caracolera y Ahíllos que cae hacia Alcaudete, y entre la bruma y la imaginación, el blanco de Sierra Nevada. Al este otros picos legendarios, Jabalcuz, la mítica y ciclista Pandera, con la mágica Mágina y su Almadén. Y para el descenso, hacia La Bañizuela de Torredelcampo o a San Isidro en Jamilena.
José Miguel de la Torre Peinado. Arquitecto Técnico y presidente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos. Jaén
Solamente hay que subir allí, a su cumbre, donde parece que los hados, esa fuerza supuesta y desconocida que determina lo que ha de ocurrir, hubiese querido derribar las murallas de su castillo para ofrecer un inmenso paisaje al visitante, una enorme ventana a una geometría única, la que definen millones de olivos, ejemplo único del trabajo y la generosidad de unos hombres y mujeres, los marteños y marteñas, que a lo largo de miles de años han horadado el suelo de sus montes, vegas y campiñas, para engendrar la imagen más pura del marteño, la constancia.
Porque nacer a la sombra de la Peña y cerca de la Virgen de la Villa, imprime carácter. No se puede concebir un paisaje tan hermoso, tan perfecto en su geometría, tan naif en su vertiente artística, si no surge de un pueblo, con vocación de continuidad, un pueblo que piensa más en sus hijos, en sus nietos, en generaciones venideras, ofreciendo al futuro una belleza basada en el esfuerzo y la entrega, y por qué no, en el sueño de un futuro mejor para este, mi pueblo y sus gentes.
Adrián De Torres. Novillero. Linares
Jaén es mi tierra y mi cuna está en Linares. Aquí habita la gente que me quiere, la que me da su aliento en los momentos complicados y la que se aparta del bullicio cuando hay tardes de gloria en las que todos quieren disfrutar. Aquí me siento toreo, me imagino triunfando en las plazas de España y América y aprendo con buenos compañeros. Cuando veo en los carteles mi nombre, me fijo y veo que pone “Adrián de Torres”, de Linares (Jaén). Es mi tierra y la llevo siempre a mí lado, allá a dónde voy. Antes de torear, en la soledad del hotel, me vienen muchos pensamientos y siempre están mis raíces porque la tierra también es la gente que allí vive. Por eso, me siento muy orgulloso de ser la ciudad en la que murió Manolete, donde José Tomás dio tantas tardes de gloria y que vio nacer a José Fuentes, Palomo Linares, Curro Vázquez, Carmen Linares, Andrés Segovia o Raphael.
José Torres Blanque. Presidente de la Asociación de Vecinos San José Obrero del Polígono Puerta de Madrid. Andújar
Andújar es un pueblo llano y muy habitable, que por desgracia no cuenta con suficiente industria, para mejorar la situación económica del municipio, que vive de la agricultura y del sector servicios.
Juan Fernando Torres Caño. Director de la comparsa Entre Olivares. Martos
Jaén, tierra de progreso reflejado a lo largo de 70 años de titulares en Diario Jaén. Yo que no llego ni a la mitad de tus años, estaría encantado de seguir como testigo de titulares de futuro y de grandes cambios promovidos por los sueños de los jiennenses. Jaén debe creerse capaz, quitarse complejos y asomarse al mundo como lo que es: una tierra con muchas posibilidades y gran margen de mejora, con una gente hospitalaria, preparada y luchadora. Rodeado de mi gente y con vuestros titulares, seré testigo de sueños cumplidos, en mi tierra "Entre Olivares".
Maribel Torres Escobar. Profesor. Jaén
Verdaderamente,
cuando los ojos brillan con una luz especial,
cuando las pupilas se engrandecen y las pestañas parecen como si crecieran hacia el cielo,
en ese momento, te estoy amando.
Verdaderamente,
cuando escucho cuando gritas y cuando callas,
cuando existe tanto abrazo loco sin medida,
cuando siento que jamás pudo existir tanta belleza,
en ese momento, te estoy amando.
Verdaderamente,
cuando tu cuerpo tiembla al verme encendida,
cuando dejo para el olvido los días de dolor,
cuando me siento parte de tu vida y tu sombra,
en ese momento, te estoy amando.
Verdaderamente,
cuando tus ojos se cierran y tus brazos se abren,
cuando mis silencios son tu paz
cuando tus sonrisas son culpa de mi luz
en ese momento, te estoy amando.
Verdaderamente,
cuando te hago feliz
en ese momento, te estoy amando.
Alba Torres Gutiérrez. Estudiante de Primaria. Jaén
Jaén eres la ciudad más bonita que he visto. Como tus leyendas ningunas. Tus ciudadanos te quieren tal y como eres. Porque cuando llega la primavera te llenas de flores y de muchos colores, das alegría y eso nos hace felices. Tus ferias nos gustan y tus comidas son fantásticas. Dime Jaén ¿por qué eres tan bella?
Raquel Torres Lara. Estudiante de Primaria. Jaén
Jaén es una capital muy bonita, es normal.
Las casas: las hay grandes, chicas, modernas, antiguas...
También hay pisos. Las más antiguas suelen ser muy estrechas, pero también las hay anchas, como por ejemplo la Avenida Andalucía que está situada por el Gran Eje.
Una de las calles más estrechas de Jaén es la de Salsipuedes. Está situada por el barrio de San Idelfonso. Luego hay calles muy conocidas, no porque sea más anchas o más estrechas, sino por otras cosas. Por ejemplo casi todos conocemos la Carrera, que está situada más abajo de la catedral. La feria dura desde el 8 de Octubre hasta el día 18. Ponen muchas atracciones. Jaén es sencilla, pero me gusta.
Juan Torres Orta. Presidente de Honor de la Comparsa Entre Olivares. Martos
La canción andaluza es el fondo sonoro con el que nuestros padres y abuelos envolvieron gran parte de sus vidas...y una de las expresiones más sonoras de Andalucía. ¡¡¡Felicidades Diario JAEN!!! ¡Por nacer en la España de la Copla, en la tierra que desde Despeñaperros, se viste de luz y de cante... y porque como la copla, formas parte de nuestras vidas.
Francisco Torres Torres. Maestro. Oviedo
Jaén, tan lejos,
ajedrez verde.
Sin verte, te veo
sin oirte, te siento.
Espigas, olivares,
polvo en el camino
sin ti, muero.
Luisa María Tudela Martínez. Maestra de Infantil. Jaén
Hay tres cosas en la vida que me hacen ser feliz:
mi familia, mis amigos y el lugar donde nací.
Desde pequeña he viajado
algunos han sido cortos, otros largos,
y al pasar La Guardia
allí estaban esperando.
Mi Castillo, como buen padre, en lo alto de la cima.
Mi Catedral como una madre, que espera impaciente a su niña.
Al pasar por el Camarín, de regreso a mi hogar,
“El Abuelo” me saluda y me dice muy bajito:
“Que no se entere el viento lo que te voy a decir al oído:
Viajarás a lo largo de tu vida en numerosas ocasiones
pero nunca olvides que en un pedacito de Granada, Guadix,
en la Calle Cañuelo de Jesús y en el barrio de San Felipe
Piensan en ti seis corazones”