Un aceite que se vende en China
En esto del aceite, como en casi todo, el que no corre, vuela. Se ha hablado tanto de que la clave está en obtener un producto de alta calidad y en su comercialización, que hay quien ha tomado buena nota y está abriendo mercados tan vírgenes como sus zumos. Este es el caso de Bética Aceitera, de Quesada, una cooperativa modélica tanto en la producción como en la gestión.

Hoy día vende sus aceites a países como China (que es su principal cliente extranjero), Francia, Estados Unidos, Sudamérica, países árabes, y otros destinos. La clave: tener una atractiva página web con sus productos, marca, proceso de elaboración, tienda, etcétera. A través de ella se realizan las transacciones comerciales. “No hay ningún secreto —asegura el gerente Tomás Fernández Carmona—. Nuestra cooperativa, al igual que todas, se dedica a molturar la aceituna de sus socios, a sacar la mejor calidad y a vender el aceite al mejor precio”. Esos son los objetivos comunes, pero su plus está en los nuevos mercados: “Hoy por hoy hay que vender fuera. En España el mercado está bastante ocupado y hay que buscar otras alternativas. Nosotros vendemos aceite a China, Estados Unidos, México, América del Sur en general y a países con economías emergentes”, aclara Tomás Fernández.
La mayoría de estos países no incluyen en su dieta tradicional al aceite de oliva, pero hay interés por el producto. Bética Aceitera, según su gerente, es pionera, “al menos en la comarca de Cazorla”, en exportar aceite de oliva virgen extra envasado a China. Además, lo hace con su marca “Pico Cabañas”, que es el punto más alto del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, en el término de Quesada.
“Llevamos ya cinco años trabajando con China y nos compra una media de seis o siete contenedores al año”, explica Tomás Fernández. Son contenedores de 25.000 kilos, que en aceite envasado equivale a unos 18.000 kilos”.