Triunfo de José Tomas y espectacular cogida de Curro Díaz
Alfredo Margarito / Linares
La tarde de ayer son de las que deben pasar a la hostoria del toreo. Linares tiene un no se sabe qué que la hace diferente del resto de las ciudades con tradición taurina. Las dos faenas de José Tomás y la de Curro Díaz en el único toro que mató, son de las que hacen afición y que ese Linares al que nos referimos tenga su miaja de misterio y especial sensibilidad.

La tarde de ayer son de las que deben pasar a la hostoria del toreo. Linares tiene un no se sabe qué que la hace diferente del resto de las ciudades con tradición taurina. Las dos faenas de José Tomás y la de Curro Díaz en el único toro que mató, son de las que hacen afición y que ese Linares al que nos referimos tenga su miaja de misterio y especial sensibilidad.
Para ser breve con lo que no ha sido nada más que un “accidente”, dejamos claro que a Finito de Córdoba le hemos visto la más lamentable actuación de cuantas muchas le hemos visto. Sin ilusión y sin ánimos para sobreponerse, Juan Serrano debe olvidar cuanto antes su traspié en Linares, de los toros Dulce y más aún de Buscadito, y a otra cosa mariposa, que la vida es larga y quedan triunfos por conseguir.
Curro Díaz, y dejamos para el final a José Tomás, ha cuajado en faena a Medicito, que causó enloquecimiento colectivo en los tendidos. No eran para menos la torería y la belleza que dio a su actuación ante ese burel el diestro linarense. Su mal fario le sobrevino con Dudador, nunca un nombre estaba más acorde con las condiciones del peligroso animal. De todas formas, el de Linares ya había firmado una de sus mejores faenas de la temporada.
La tarde de José Tomás en esta segunda de feria en el coso de Santa Margarita ha debido despejar muchas dudas a quienes todavía mantenían que es un torero que la razón no existe en su tauromaquia. Nada más lejos de la realidad actual. Con dos toros distintos, primero a Listillo y luego a Dudanoche, demostró maestría, técnica, poderío, exquisitez en su toreo y valor para parar un tren. Eeste José Tomás no tiene parangón en el toreo de hoy, de ayer y de hace varios siglos. a los compases del pasodoble “Manolete”, quizá para motivarle, le cujaó al quinto de la tarde un faena perfecta, en la que el juego de muñeca y el tacón de su pie contrario, fueron las armas que utilizó el de Galapagar para hacer un toreo inalcanzable para cualquier mortal. Linares se le rindió en sus dos faenas y pocas veces hemos visto en nuestros días un ruedo sobrado de sombreros, tal cual sucedía cuando el Rafael el Gallo tenía una de sus geniales tardes allá por hace poco menos que un siglo.
PLAZA DE TOROS DE LINARES
Ganaderías: Seis toros de El Pilar, en general deslucidos por sus desconcertantes reacciones, pero interesantes para un público que se entusiasmó con las faenas realizadas al segundo, tercero y quinto. El segundo, de la ganadería titular, fue devuelto a los corrales tras partirse el pitón derecho; en su lugar se lidió un sobrero del hierro de El Tajo, propiedad de José Miguel Arroyo “Joselito”, que puso a prueba a su matador, pero el burel terminó “entregando” sus dos orejas ante el poderío y el arte del torero, que no era otro que José Tomás.
Toreros: Juan Serrano “Finito de Córdoba” (catafalco y oro), pitos entre palmas de tango en su primero, tres avisos en su segundo, que le fue apuntillado en el ruedo, mientras el espada era abroncado, y silencio en el sexto, que mató por el percance de Curro Díaz.
José Tomás (rosa pálido y oro), dos orejas en su primero y otras dos en su segundo. No salió a hombros por deferencia con el compañero que se encontraba en la enfermería.
Curro Díaz (grana y oro), dos orejas en su primero e impresionante cogida en el que cerró plaza. Pasó a la enfermería insconciente y tras recuperar el conocimiento, fue trasladado al Hospital de San Agustín para un estudio radiológico. Llegó a perder la memoria y a tragarse la lengua en la enfermería. Su estado es de pronóstico reservado hasta no conocerse el resultado del referido estudio.
Incidencias y curiosidades: De no haberse producido el aparatoso y casi trágico percance de Curro Díaz, esta crónica tendría el matiz de los grandes acontecimientoas. Se colgó el cartel de 2no hay billetes”, Pese a las dificultades que mostraron la mayoría de las reses, se picó y se banderilleó aceptablemente. en varas, destacó el gran puyazo de Germán González en el cuarto. Y en banderillas, tuvo que saludar montera en mano José Chacón en el quinto.Juan Montiel, de la cuadrilla de Finito ee Córdoba resultó volteado aparatosamente por el sexto, percance que ocasionó cierto desorden en la lidia, donde tuvo que poner cierto orden José Tomás, que dicho sea de paso tuvo en Linares una tarde de magisterio artístico para enmarcar.