Tribus ocultas cerca del río
Arde la calle al sol de poniente... hay tribus ocultas pegando carteles. Sin la algarabía de otras ocasiones, en espacios cada vez más íntimos, la pegada queda reducida a un golpe de cronómetro. Se espera que caiga la noche, porque, realmente, hace falta valor para echarse a la calle a movilizar al personal. En un guiño de la agenda, el acto del PSOE estuvo precedido por improvisaciones teatrales, el público con unas papeletas elegía a los personajes que quieren que se representen. “Improvbando”. Divina comedia y en ella también la soberana parroquia elige el género, así que puede elegir entre comedia, drama, tragicomedia... Como la vida misma. En el Partido Popular apostaron por una videoconferencia a través de Hangouts —que, a priori, me da hambre, pero que es un servicio de Google— para poner orden en todos los candidatos provinciales al Parlamento. Al día siguiente, en salto espacio-electoral estilo Matrix, vino la dama de hierro del PP María Dolores de Cospedal para presentar al candidato a la Alcaldía, José Enrique Fernández de Moya.

La secretaria general del PP, en modo Lázaro Carreter, nos dijo que al alcalde, cuando sale por esos mundos de Dios, se le “entiende y habla muy bien” y que “sabe poner los puntos sobre las íes”. Halagos de ida y vuelta al margen, el alcalde se sintió bien respaldado con una mujer que comparte, en lucha de tronos, el poder junto con Soraya Saénz de Santamaría, aunque a ella le toca una parte menos vistosa, más dura y el marrón de dar la cara cuando el “Gúrtel” más escueza al partido. Urticaria judicial. En política, los altares judiciales cambian, hay quienes son muy devotos de Alaya y otros que adorarán a Ruz.
Cospedal —severa institutriz de linaje jiennense—, después de un severo “photocall”, glosó la figura de alumno aplicado del regidor y dejó parte de su intervención para destacar esas potencialidades de Andalucía que todo el mundo ve, pero que son tan difíciles de hacer corpóreas. Tras atacar al PSOE dedicó una porción de tiempo a Podemos y todas sus marcas blancas y, aquí está la novedad, apuntó a Ciudadanos, “los naranjitos”, que a cada achuchón de sondeo electoral reciben más estopa porque aquí el PP tiene una clara vía de agua. Todo no iba ser esperar al desmembramiento de la izquierda, toca llamar a filas y afear el pedigrí de “Ciudadants” en un alarde políglota y de dudoso valor demoscópico.
Cospedal, en la calurosa presentación de Fernández de Moya, saca la artillería contra Ciudadanos. Tan felices con el efecto Podemos en la izquierda, ahora les preocupan unos arapahoes “naranjitos”
En fin de semana soleado y tan propicio, nadie de la dirección federal, menos Pedro Sánchez, se da un paseo por Andalucía para acompañar a una Susana Díaz encantada, en cualquier caso, de ser paloma que sobrevuele el peligro en solitario. “Sé lo que tengo que hacer para conseguir que tú estés loco por mí”, cantaba Radio Futura y ella lo sabe también: un buen resultado, la mayoría absoluta es un himalaya. Con eso serán momentáneamente felices. Pero habrá que tener cuidado porque cualquier mal paso o un fantasma del pasado te pasa factura. Hasta una buena delantera, mal combinada, te puede trastabillar, que se lo digan a Ancelotti y a Juan Manuel Moreno si de política estábamos hablando.
Marcelino Sánchez, una manera de hacer las cosas