Transportes Ochoa deja a sus camioneros 'en la cuneta'

Su familia tenía una fábrica de sofás, que llegó  a dar empleo hasta a 25 personas en Torredonjimeno. En cambio, en abril de 2008, ya no le salían las cuentas. “Nuestros clientes comenzaron a adquirir productos de China y la empresa no fue viable. Me hipotequé, pagué a los empleados y cerré las instalaciones”, manifiesta Francisco Romero Hermoso.
Después de darle muchas vueltas a su futuro, su hijo llegó a un acuerdo con Transportes Ochoa para convertirse en uno de los camioneros que repartían sus envíos. Hacía la ruta de Andújar. Compró una furgoneta, la rotuló y comenzó a trabajar. Le duró tres años. El 27 de junio de 2012, llegó a la planta logística, situada en el Polígono de Los Olivares, y le dijeron que ya no había mercancía que repartir, ni trabajo. Después, Transportes Ochoa entró en concurso de acreedores. Ahora, Francisco Antonio Romero Bares reclama 12.000 euros a la empresa. Dice que tiene que hacer frente a los pagos de la furgoneta y a las necesidades de su familia. “Hemos hablado con los administradores concursales y nos han dicho que será muy difícil cobrar.
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