Tentaderos cargados de ilusiones

Tentaderos cargados de sueños al sol o a la lluvia de Sierra Morena. Jaén recibe a los 28 mejores novilleros sin caballos que compiten en el campo bravo para lograr hacer el paseíllo en la Feria de Arnedo (Logroño) —la más prestigiosa del escalafón—. No hacen ruido. Están en la intimidad de la dehesa.

    08 feb 2014 / 09:13 H.

    Silencio. Sale la vaca. La erala embiste al caballo mientras que el ganadero pide a los toreros que la alejen y la pongan en suerte. El criador quiere pulsar el nivel de su ganadería. Los jóvenes novilleros buscan un puesto en la fase final del Ciclo de Novilladas de Arnedo, que elige la dehesa de Jaén para sus fases clasificatorias. El ganadero aprovecha el tentadero para seleccionar a las vacas que serán madres de los toros bravos. La Comisión Taurina, mientras elige a los tres mejores novilleros.
    Ayer la cita fue en Navarredonda bajo la dirección del ganadero Enrique Giménez Indarte. La finca se baña con El Rumblar y limita con el coto de Samuel Flores, en el corazón de Sierra Moreno. A las nueve de la mañana, los jóvenes novilleros ya desayunan. El punto de encuentro es el Hotel La Mezquita de Guarromán —regentado por Francisco Haro—, en cuyo restaurante algunos jiennenses han visto, en más de una ocasión, almorzar a José Tomás cuando marcha de viaje privado por carretera. Son promesas que llegan desde diversos rincones de España, Francia y hasta América. Luis David Adame —hermano del matador de toros Joselito Adame— voló desde México para competir en Jaén. Hizo miles de kilómetros en avión y otros tantos en coche para luego llegar a su campo bravo y quedarse quieto delante de una vaca. Antonio Hernández llegó desde Salamanca, mientras que Amor Rodríguez, Álvaro García, Jesús Martínez, Luis Pasero y Ángel Sánchez venían desde Madrid. Antonio Hernández y Francisco Colmenero representaron a Salamanca; Jonathan Blázquez, a Castellón, y Rafael González Serna —hijo del cantante del mismo nombre—, a Sevilla. A las diez y media, comenzó el tentadero. Algunos de sus familiares se quedaron en los hoteles de la provincia. Otros los acompañaron. En los tentaderos casi no hay nadie., salvo los jóvenes aspirantes, sus mozos de espadas y apoderados y la comisión que ejerce como jurado.
    El alcalde de Arnedo, Juan Antonio Abad, lo tiene muy claro: “Venimos a Jaén porque nos acoge como nadie con sus gentes y su ganadería. Ayudamos a las jóvenes promesas, que son a las que casi nadie le echa una mano”. Salen las vacas y también los nervios. Muletazos, volteretas y algún olé contenido por el silencio. Las fincas están cerradas a cal y canto —se echa la cadena—. Se busca la mayor intimidad. Cada joven sale a una erala. Mientras, el jurado anota para darle una puntuación. Hace unos años, Alejandro Talavante también estuvo en este certamen en la intimidad del campo bravo jiennense. Y no es el único matador de toros consagrado que ha competido en esta fase. Miguel Tendero o Sergio Aguilar siguieron esta misma estela. Hoy, el tentadero será en la ganadería de Román Sorando (Andújar) y mañana en Guadalmena (Santisteban del Puerto). Hay 28 jóvenes que pelean por un sueño: ser figura del toreo.