Tengo un sueño
En los momentos más álgidos de la cuestión racial en Estados Unidos, Martín Luter King pronunció su famoso discurso que comenzaba diciendo “…He tenido un sueño…”. Yo también los tengo, no tan inmensos como los suyos. Los míos son pequeñitos, de esos que son posibles y que se han realizado en otros lugares. Algunos se refieren a Jaén, mi ciudad. Uno de ellos es sobre la catedral y su entorno. De las ochenta y ocho existentes en España, parece claro que la nuestra es merecedora de la declaración como Patrimonio de la Humanidad. ¿Cuántos años llevamos en pos de obtener ese galardón? ¿Qué es lo que nos falta para conseguirlo? Todo indica que siempre obtienen una nota negativa los alrededores, al menos eso dicen los entendidos. O sea, el entorno urbanístico de la misma. Verdaderamente el nuestro no está a la altura, nos guste o no a los de la localidad. Basta dar un paseo por la zona a la hora en que la actividad laboral toca a su fin, para comprobar que la soledad, la inactividad, y por qué no decirlo, un cierto cutrerío se apodera del lugar.
Falta un proyecto de transformación del Jaén que rodea a la Catedral de la Asunción, no solo para conseguir la famosa consideración patrimonial, sino porque Jaén lo necesita desde hace mucho tiempo. Ello daría valoración y empaque a nuestra gran joya cultural y un incremento de la actividad a una zona bastante atrasada. Basta con ver cómo otras ciudades ya resolvieron y realzaron hace mucho tiempo la priorización de sus catedrales y de sus entornos y que se han convertido en referencia cultural y turística. No hay que inventar nada. Sólo imitarlos. Sí, tengo un sueño, fantaseo con que haya proyectos sostenidos en el tiempo que no sucumban a la política partidista de legislatura. Este sueño también tiene nombre: Se llama consenso para abordar los temas fundamentales de esta ciudad.
Falta un proyecto de transformación del Jaén que rodea a la Catedral de la Asunción, no solo para conseguir la famosa consideración patrimonial, sino porque Jaén lo necesita desde hace mucho tiempo. Ello daría valoración y empaque a nuestra gran joya cultural y un incremento de la actividad a una zona bastante atrasada. Basta con ver cómo otras ciudades ya resolvieron y realzaron hace mucho tiempo la priorización de sus catedrales y de sus entornos y que se han convertido en referencia cultural y turística. No hay que inventar nada. Sólo imitarlos. Sí, tengo un sueño, fantaseo con que haya proyectos sostenidos en el tiempo que no sucumban a la política partidista de legislatura. Este sueño también tiene nombre: Se llama consenso para abordar los temas fundamentales de esta ciudad.