Talidomida, un gran despropósito
La de la talidomida es la historia de un despropósito. Por un lado, un laboratorio farmacéutico, el Grünenthal alemán, la sacó al mercado sin prever (se le supone) sus efectos secundarios. Por otro, el medicamento fue prohibido en 1963, pero en España se siguió administrando hasta los primeros años 70 y sus consecuencias, deformaciones y atrofia de las extremidades, las padecen, se estima, medio millar de personas de la misma generación, de las que 54 están registradas en Andalucía y ocho en la provincia de Jaén.

Concretamente, hay afectados en Jaén, Baeza, Bailén, La Carolina, Villanueva de la Reina (fallecida), Sotogordo (Mancha Real), Santo Tomé y Andújar. Los afectados por las consecuencias perniciosas del medicamento se constituyeron en una Asociación de Víctimas de la Talidomida de España (Avite) para reclamar lo que consideran que en justicia le corresponde: un reconocimiento de los daños permanentes y que la farmacéutica Grünenthal les indemnice. Pero la sentencia del Tribunal Supremo, a favor de la farmacéutica que se dio a conocer ayer, les ha caído como un jarro de agua fría.
Ángel Marín Galera, de 49 años, es profesor de Ciencias Sociales en el instituto “Andrés de Vandelvira” de Baeza, y Rafael Romero Sánchez, de 42 años, tiene una empresa en Jaén de reparación de maquinaria industrial. Ambos son afectados por la talidomida y tienen uno de sus brazos atrofiados por sus efectos secundarios. “Desde el sentido común esta sentencia es un golpe, ya que entorpece que la razón y la luz salgan a escena. Contamos con que las grandes farmacéuticas tienen grandes bufetes de abogados y nosotros ni somos letrados ni entendemos de leyes”, subraya Ángel Marín. Y apostilla: “Esto no se acaba aquí”. También indica que las acciones judiciales no las han emprendido antes “porque ha habido mucha ocultación y mucha gente, hasta hace poco, no sabían que eran afectados”. Por su parte, Rafael Romero manifiesta: “Ha sido un gran varapalo para todos nosotros. Creo que en el ámbito institucional debería de haber un acercamiento para que conozcan nuestros problemas del día a día y el sufrimiento que hemos padecido a lo largo de nuestra vida”.
Supremo. El Pleno de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo confirmó ayer que los afectados por la talidomida no serán indemnizados. El alto tribunal rechazó el recurso interpuesto por la Avite, por ocho votos frente a uno. Pese a que la asociación contaba con el apoyo de la Fiscalía en su recurso, el Supremo confirma la interpretación de la Audiencia Provincial de Madrid.