Somavilla: 'Álvaro recibió críticas al principio que no fueron justas'

“La relación con Álvaro Cervera es magnífica. Lo ha sido siempre”, hace hincapié Carlos Sánchez. Y lo ratifica Javier Somavilla. “El club siempre ha creído en el entrenador, lo ha apoyado y ha respaldado su trabajo. Sabíamos que los resultados eran cuestión de tiempo”, afirma. Tanto el presidente como el director deportivo rechazan con sus manifestaciones la existencia de cualquier duda o crítica en el seno interno de la entidad. “No he tenido ni la más mínima discrepancia con Álvaro. De vez en cuando nos fumamos un cigarrillo y cambiamos impresiones. Es verdad que la relación no es tan cercana como la que tenía con Terrazas”, matiza el presidente. Y profundiza el responsable deportivo. “Mi conexión con Álvaro es extraordinaria. Somos gentes de fútbol, que tenemos las ideas claras y que vamos en la misma dirección. No ha existido un solo problema”, aclara.

Somavilla, en cambio, alude a otras situaciones que se vivieron en el entorno. “Álvaro tuvo críticas al principio que no fueron justas en absoluto. Hubo censuras por parte de personas que no le dieron un margen de tiempo para que desarrollara su trabajo. Llevaba una semana en Jaén y ya le atacaban de manera frontal y directa, con apelativos duros. Incluso le decían que no se comería el turrón en Jaén”, recuerda. Y pone otro ejemplo. “Algo parecido ha sucedido con Toledo. Ha vivido una situación similar. Los análisis deben hacerse con el tiempo y no de forma precipitada. Es necesario dejar a la gente trabajar. Se les ha hecho daño al entrenador y al grupo, porque se han utilizado calificativos fuertes, como jugadores que andan o se arrastran...”.
Somavilla no duda en asegurar que el Real Jaén siempre ha cerrado filas en torno a su entrenador, principalmente, porque siempre ha creído en él y en su trabajo, “y no ahora que las cosas marchan bien”. “Desde el primer momento hemos estado muy contentos con Cervera. Por su trabajo, por su estilo de juego, por su compromiso y por las ganas de mejorar. Siempre hemos observado una gran complicidad en el vestuario y una extraordinaria conexión entre el técnico y los futbolistas. Sólo necesitaba tiempo”, concluye.