Se esfuma el “boom” de las tiendas de cigarro electrónico
Las tiendas dedicadas al cigarrillo electrónico surgieron, el año pasado, como setas tras la lluvia. En la capital, en un corto espacio de tiempo, se abrió media docena de estos establecimientos en apenas un kilómetro cuadrado, en torno al centro, aunque también se instalaron en otros barrios. Son, habitualmente, locales de pequeño tamaño y con un único dependiente.

Sin embargo, recientemente, los carteles de “liquidación” se colgaron en varias de estas tiendas. Hasta tres han echado el cierre en lo que va de 2014, con apenas unos meses de vida a sus espaldas. “Ha bajado la venta muchísimo, tanto en franquicias como en estancos”, asegura José Antonio López, presidente de la Asociación Provincial de Estanqueros de Jaén, que está al tanto de que varios de los negocios dedicados en exclusiva a este material han dejado de existir. “Hasta hace poco tiempo se montaba una de estas tiendas casi cada día, porque era como una moda”, explica López. “Vino un ‘boom’ y, luego, se paró”, describe el presidente de los estanqueros de la provincia. Ellos, desde hace un tiempo, también pueden vender el producto. De hecho, hicieron una campaña, en forma de cartelería, para que los consumidores adquirieran los cigarrillos electrónicos en sus establecimientos. “La idea es que quién puede aconsejar mejor sobre la nicotina que los que llevan trabajando toda la vida con ella”, apunta López, que asegura que, en algunas de las tiendas de “vapeo”, se aconsejaba a los clientes usar niveles de nicotina que, en la práctica, suponían un consumo equivalente al de “varios paquetes de tabaco”. Es decir, una barbaridad y una insensatez.
Por lógica, competir con los estancos ha supuesto un duro varapalo para las minitiendas del “vapeo”. Pero, en cualquier caso, ¿por qué se ha desinflado la demanda del cigarrillo electrónico que, hace no tanto, era una auténtica fiebre? Para José Antonio López resulta clave que se haya “especulado con la normativa” en torno a este producto. “No se tiene claro que sea tan saludable como se decía, y eso ha creado una incertidumbre muy grande”, declara el presidente de los estanqueros. “Muchos de los que empezaron a vapear lo han dejado”, añade.
salud. Uno de esos exconsumidores de cigarrillo electrónico es Daniel Francés. “Se me congestionaba mucho el pecho con el vapor”, asegura el joven. “Habrá a quien le vaya mejor, pero a mí, ni con un paquete de tabaco se me carga el pecho tanto como con la pipa”.