Santiago Ydánez “sube” a la pasarela con David Delfín

Domingo, mediodía. La tele de fondo, durante el almuerzo. En las noticias, cuentan cómo ha sido la cuarta mañana de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid: “Llegó el turno de David Delfín, con su colección Infierno”... “¿Eso es un cuadro de Santiago Ydáñez?”, pregunta el primero de la mesa en levantar la vista hacia la pantalla.

10 feb 2015 / 11:40 H.

Sí, lo era. Los inconfundibles retratos de Ydáñez sobre las prendas de la nueva colección de uno de los diseñadores de más renombre del país. Una sorpresa para los seguidores de la obra del artista jiennense y un curioso escaparate, al mismo tiempo.
Tres obras del artista plástico natural de Puente de Génave “ilustraban” el cierre del desfile del diseñador malagueño. Arte y moda de la mano en sobre la pasarela. “Me llamó David Delfín para proponerme la colaboración”, recuerda Santiago Ydáñez. “Él ya compró una pieza mía hace 14 años  y tenía fijación con ella, por eso utilicé esa imagen en su última propuesta”, relata.
La colección se llama Inferno y el propio autor la describe como “un candado que pone cierre a una trilogía”. Un proceso que empezó con No one (otoño-invierno 2014) y, después, El tiempo de los monstruos (primavera-verano 2015 fue el nudo, y ahora Inferno se desvela como desenlace y final. “Una colección ambigua que desdibuja la identidad, envuelta por una ceremonia de despedida, un ritual que tiene como estructura el paso del luto al alivio”, destaca. Y tal concepto lo recoge el artista jiennense para esta colección: “Se trataba de la salida del luto, que, en ciertas partes, se llama alivio y es en esos meses tras el luto, en los que se empiezan a utilizar tonos medios, como los grises”. “Para salir del negro riguroso, utilicé tres rostros clásicos en mi iconografía en blanco y negro  como broche final del desfile”, explica Ydáñez. Para esta nueva colección, que habla de dolor pero también de esperanza, David Delfín se ha releído la literatura de Dante, ha revisado el filme Drácula de Francis Ford Coppola y ha conectado con el ritual y la estética del Aikido, “arte marcial, que no pretende destruir al contrario, sino neutralizarlo sin dolor”. Y con este conjunto de ideas, el malagueño confecciona una colección  que comienza con un luto riguroso, en la que tienen cabida pantalones anchos con cortes horizontales y pliegues en los laterales y jerséis que recuerdan quimonos. Termina con un luto aliviado, coloreado con pinceladas grises y blancas, las de Ydáñez, uno de los artistas preferidos del diseñador. Un artista que, de hecho,  llegó a la moda a través de la pintura. “En 1999, tras varias exposiciones individuales y colectivas, y después de haber trabajado sobre papel, lienzo, madera o cartón, decidí utilizar prendas militares de segunda mano como nuevo soporte. En ellas encontraba una memoria, una huella. Los nombres de las personas que las habitaron, manchas de grasa, zurcidos”, destaca en su perfil biográfico.
nueva york. Ydáñez expone estos días al otro lado del Atlántico. Una buena colección de sus trabajos se exhibe en Dillon Gallery, bajo el título Myself and Others. Inaugurada el 22 de enero, estará abierta hasta el 28 de febrero. El artista es habitual en galerías de Alemania, México e Italia —entre otras de Portugal, Francia, Brasil y Canadá, donde también ha expuesto— lo que lo convierte en uno de los creadores españoles con más proyección internacional.