Real Jaén.- El Cádiz canta el alirón en Jaén 0-1
José Eugenio Lara /Jaén
El Real Jaén se convirtió ayer en un cándido anfitrión y dio todo tipo de facilidades para que el Cádiz cantara el alirón en el Estadio de La Victoria. Se coronó campeón en unos primeros diecisiete minutos maravillosos, ante un rival desconocido y desconcertado en defensa, su línea más rentable.
José Eugenio Lara /JaénEl Real Jaén se convirtió ayer en un cándido anfitrión y dio todo tipo de facilidades para que el Cádiz cantara el alirón en el Estadio de La Victoria. Se coronó campeón en unos primeros diecisiete minutos maravillosos, ante un rival desconocido y desconcertado en defensa, su línea más rentable.
Primero fue Carlos Caballero de falta directa. Más tarde, Rubiato se encontró con el palo. Después, Juanma golpeó con intención, pero Solabarrieta impidió el gol. Finalmente, Rubiato llevó el balón a la red. Increíble. En diecisiete minutos, el Cádiz fue un ciclón en La Victoria. En ambición, espíritu y juego. Desarboló por completo a un Real Jaén que no supo cómo contener la avalancha amarilla. Hasta el sistema defensivo se mostró nervioso e indeciso, como pocas veces se ha observado desde la llegada de Carlos Terrazas. El Cádiz abrió el fútbol por las bandas, toco y tocó hasta encontrar el espacio necesario y puso balones muy peligrosos al área. El alto nivel técnico del equipo, con una sintonía perfecta en el ordenamiento táctico, le dio una superioridad importante en el terreno de juego. Todo ello minimizó las virtudes del Real Jaén. El cuadro jiennense no fue el de siempre. No logró desbaratar con su presión la madeja que el Cádiz tejió en el campo y se dedicó a correr tras la pelota. No hubo forma de recuperar el balón y de trazar algún contraataque que metiera el miedo en el cuerpo al cuadro de Gracia.
Tanto empujó el Cádiz que encontró su premio y casi cerró su actuación estelar en Jaén. A partir del gol, el conjunto amarillo quitó el pie del acelerador. Contemporizó en muchas ocasiones y se dedicó a tener la pelota como una buena forma de mantener la ventaja. El Real Jaén salió de su asombro como pudo, porque el arranque gaditano fue estremecedor, de esos que se guardan en la memoria durante mucho tiempo. Pese a sus deseos, le fue duro reponerse emocionalmente de lo vivido en los primeros minutos. Tal es así que sólo Álex García creó cierto peligro en un tiro que construyó en la frontal tras pase de Arriaga. El equipo de Terrazas tiró la primera parte, navegó sin rumbo ante el líder y se complicó el partido. Seguramente, el Real Jaén de siempre hubiera mantenido más a raya a un Cádiz pulcro y poderoso que no dio pie a que el adversario le abriera alguna fisura en su estructura.
Más entonado salió el cuadro jiennense en el segundo periodo, pero se encontró con los mismos problemas a la hora de articular su ataque. Con las líneas muy juntas, el líder se bastó para contener las tentativas locales y tuvo tiempo de montar alguna contra relevante. Las escaramuzas jiennenses se redujeron a alguna combinación interesante por la banda o a alguna aparición esporádica de Arriaga, el único que dejó la sensación de poder abrir la defensa amarilla. El público esperaba algún gol, pero la tarde no estaba hecha para el Real Jaén. No hubo ocasiones claras. Sólo escarceos que no se tradujeron en oportunidades. El Cádiz lo tuvo fácil para cantar el alirón en La Victoria y asegurarse el primer lugar. Se coló en la fiesta y rompió todos los planes. La derrota complica el segundo puesto del Real Jaén y pone de relieve un dato inquietante: la plantilla no le ha ganado a ninguno de los seis primeros clasificados. Y queda lo más exigente.