Prometo estarte agradecido

Manuel Navarro Jaramillo, desde Jaén.- Es el título de un tema del incombustible y mítico músico rockero, Rosendo. Entre los años setenta y ochenta, componente del grupo Leño (Rock madrileño fue título de uno de sus discos). Actualmente actúa con su propia banda.

    21 feb 2012 / 10:21 H.

    Se dice que “los viejos rockeros nunca mueren”, y yo diría que tampoco mueren los viejos cantautores, ni los flamencos, ni las tonadilleras, y menos aún los geniales músicos barrocos, clásicos y románticos. ¿Qué sería de la humanidad sin la música? Siete notas musicales nos pueden hacer reír o llorar; sentirnos alegres o tristes; incitarnos al baile, a la reflexión o a la melancolía. Canciones y músicas románticas que enamoran, música rockera que da energía, música poética de cantautor que nos pone la piel de gallina, música espiritual de órgano en los coros de las catedrales que elevan el alma a cumbres insospechadas. La musicalidad de la naturaleza: el sonido del mar o del agua que corre en los arroyos y ríos, las brisas que juguetean entre árboles en pinares y alamedas o las sonatas bucólicas de los pájaros en los campos de alegres primaveras y veranos dorados. También, la música es magnífica terapia para la relajación de la mente en personas estresadas o deprimidas: la musicoterapia. La prisión más cruel es la prisión de la mente: prisionero de sí mismo. Quienes no aprecian el arte en cualquiera de sus manifestaciones, se puede decir que son personas que no ven más allá de sus narices y, probablemente, serán devoradas por su propio ego.
    John Lennon, en uno de sus conciertos, dirigiéndose a los allí presentes, dijo: “Los que habéis comprado las entradas más baratas, aplaudid, los demás haced sonad vuestras joyas”. ¡Genial ocurrencia!. Estoy escribiendo bajo el manto de la noche y me viene a la mente mi buen amigo Juan Eduardo Latorre (Maestro de Primaria). Un día me dijo que cuando imparte clase a sus discípulos, les pone música clásica, tanto en los deberes como en los exámenes; así, los niños y niñas se concentran mejor, se relajan y se acostumbran a admirar la gran belleza de esa música eterna. También eso es pedagogía con letras mayúsculas: vocación de magister. Y si no que se lo digan a Loli, su compañera sentimental, que es una excelente profesora de piano, y con sus delicadas y excelsas manos embellece las notas musicales escritas por los mejores compositores de todos los tiempos. ¡Chapeau por los dos! Maneras de vivir.