Por una España unida y diversa

El Rey Felipe VI aprovechó el discurso de proclamación ante las Cortes Generales para sentar las bases “ideológicas” de lo que pretende ser su reinado. Antes de entrar en los pilares argumentales de su intervención agradeció a su padre Don Juan Carlos un reinado “excepcional”, que ha supuesto, según sus palabras, cuarenta años de concordia y un “legado político “extraordinario”. Con respecto a la Transición agradeció a toda esa generación que acompañó a su padre porque supo abrir el camino a la democracia.  Ante el debate soberanista fue claro al remarcar que la Corona que representa se basa en la unidad de España, aunque cree en un país unido y diverso. Además desea que no se “rompan nunca los puentes del entendimiento”, que es uno de los “principios inspiradores” del espíritu constitucional. Además hizo hincapié en que en tiempos de construcción europea, los sentimientos “no deben nunca enfrentar, dividir o excluir, sino comprender y respetar, convivir y compartir”. Por último, dentro de un proyecto integrador y compartido, dijo que unidad no es lo mismo que uniformidad. Pero junto al debate soberanista, el Rey también trató en su discurso las especiales circunstancias sociales y económicas que padece el país y abogó por renunciar al conformismo para que España avance. Mientras tanto, enfatizó que es necesario proteger a las familias que se encuentran en una situación vulnerable. En cuanto a su papel democrático aseguró que pretende ser un referente de la “ejemplaridad” que demandan los ciudadanos y ganarse su autoridad moral. Una declaración de intenciones que se materializará en corto plazo ante los retos políticos y sociales con los que arranca su reinado. 

    19 jun 2014 / 22:00 H.