Polémica por la dimisión de Juan Soriano como cronista de Bailén

La plaza de cronista oficial de Bailén está vacante después de la dimisión de Juan Soriano Izquierdo, quien la poseía hasta hace una semana. El equipo de Gobierno del Ayuntamiento quiso hacer públicas las razones que cree que llevaron al bailenense a la renuncia del cargo, después de conocer sus declaraciones en un medio de comunicación local, en las que marcaba como motivos problemas personales con el alcalde, Bartolomé Serrano, y el malestar de los responsables municipales por unas manifestaciones que hizo en el prólogo de un libro publicado en 2008.
La nota informativa indica: “El ex cronista oficial se ha dedicado a hacer desde su cargo valoraciones de carácter político que distan mucho del papel que debe ejercer un cronista. Las más graves de las declaraciones las realizó en la presentación de un libro que publicó como cronista oficial, sin consultar el tema en ningún momento con el Ayuntamiento, y con el objetivo de lucrarse con su venta. En la presentación realizó duras críticas cargadas de descalificaciones e insultos a los políticos locales, provinciales, autonómicos y nacionales”. Asimismo, el equipo de Gobierno asegura: “Se puede constatar y probar que Soriano Izquierdo ha realizado también actividades comerciales con ánimo de lucro poniendo a la venta ejemplares de la medalla del Bicentenario de la Batalla de Bailén, cuyo diseño y formato se ajusta al previsto en el reglamento que en su día aprobara el Ayuntamiento para distinguir a personas, organismos e instituciones que hubieran colaborado de manera especial en la materialización y realce de esta conmemoración”.
Por ello, y ante la situación en el Reglamento de Honores y Distinciones vigente en el Ayuntamiento, el equipo de Gobierno decidió preparar la moción con la que plantearía, además, cesar a Soriano Izquierdo de su cargo y responsabilidad de cronista oficial, aunque este dimitió previamente. Una vez hecha pública la nota del Ayuntamiento, el bailenense aseguró, en declaraciones a este periódico, que nunca se ha lucrado con su labor como cronista de la ciudad y que quienes lo conocen saben que no tiene que defenderse de nada. Además, añadió que, con frecuencia, quienes poseen el mismo cargo que él tenía hasta hace una semana deben, incluso, poner dinero de su bolsillo para dar a conocer la historia de sus pueblos. Consideró que el texto remitido por los responsables municipales está plagado de mentiras y aseveró: “Ellos mismos se delatan con sus propias palabras”. Sorprendido porque el Ayuntamiento saque ahora un asunto que comenzó hace más de trece meses, concluyó: “Renuncio hastiado por la campaña de descrédito y persecución hacia mi persona que duraba ya más de un año”.