Piden 11 y 9 años de cárcel a dos policías por pegar a un hombre

El próximo 16 de septiembre, dos policías, padre e hijo, se sentarán en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 1. Están acusados de dar una paliza a un hombre que, previamente, había denunciado a uno de los agentes por amenazas. La Fiscalía pide veinte años de cárcel para los dos.

    21 ago 2009 / 10:27 H.

    El Ministerio Público considera que los dos policías, José Luis G. Ll., que estaba en segunda actividad, e Israel G. M. cometieron delitos de lesiones, obstrucción a la Justicia y amenazas (atribuye este último solamente al hijo). Según el fiscal, ambos, que estaban fuera de servicio, propinaron una paliza a José Rodríguez, el propietario de un bar cercano a la Comisaría de Linares. La víctima estuvo varios días hospitalizado en la UCI con un fuerte traumatismo craneoencefálico.
    El escrito de la acusación pública, que es durísimo, sitúa el comienzo de la historia el 21 de marzo de 2008, alrededor de las once de la noche. Israel G. M., el más joven de los dos policías, estaba esa noche en el bar del agredido. Según la Fiscalía, el agente comenzó a discutir con una de las hijas del propietario, que intentó mediar. Entonces, el acusado, presuntamente, lo amenazó: “Te voy a dar un puñetazo. Te voy a traer la placa y te voy a abrir la cabeza. Te voy a rajar de arriba a abajo y te voy a pegar dos tiros”, siempre según el fiscal. La víctima sufrió “gran temor y desasosiego”, mientras que Israel G. M. tuvo que ser sacado del local por dos policías locales. Ese mismo día, José Rodríguez denunció los hechos ante la Policía, lo que dio lugar a la celebración de un juicio de faltas que se celebraría el 24 de marzo.
    Sin embargo, el 22 de marzo, José Luis G. Ll. acudió a la Comisaría para retirar unos efectos personales. Ahí se enteró de que su hijo había sido denunciado la noche anterior. El fiscal asegura que, entonces, se dirigieron al bar de José Rodríguez y, tras recriminarle su actitud, comenzaron a golpear a la víctima, al que arrastraron fuera del local, “donde siguió la agresión”. El Ministerio Público sostiene que pretendía “menoscabar su integridad física para obtener la retirada de la denuncia, con lo que obstaculizaron las actuaciones judiciales”.
    La Fiscalía ha solicitado la máxima pena posible para los acusados. En concreto, el hijo se enfrenta a once años de prisión por amenazas, lesiones y obstrucción a la Justicia. Para el padre, se reclaman nueve años, porque sólo está acusado de los dos últimos delitos. Además, reclama que ambos indemnicen al perjudicado con 20.000 euros por las lesiones sufridas.
    El relato de los acusados sobre lo que ocurrió aquella mañana es bien distinto al que sostiene el fiscal. El padre declaró que estaba en la puerta de la Comisaría cuando José Rodríguez salió de una churrería cercana. Le preguntó por qué había denunciado a su hijo. Comenzó una discusión, que fue a más. En un momento, según esta versión, el dueño del bar intentó agredir al agente con un manojo de llaves, un golpe que el policía pudo esquivar. José cayó al suelo y se golpeó la cabeza. El hijo ni siquiera estaba allí. El juez tendrá la última palabra en este espinoso asunto.
    Rafael Abolafia / Jaén