Pérdidas de hasta el 50 por ciento para cerrar el año
Luisa Moral / Jaén
A los empresarios jiennenses les cuesta poner buena cara al mal tiempo. El año cierra en números rojos para la mayoría y buena muestra de ello son las contínuas rebajas que ofrecen. Para muchos, 2009 es el peor de la década.

A los empresarios jiennenses les cuesta poner buena cara al mal tiempo. El año cierra en números rojos para la mayoría y buena muestra de ello son las contínuas rebajas que ofrecen. Para muchos, 2009 es el peor de la década.
Los doce meses de 2009 pasarán a la historia como unos de los “más negros” para el comercio jiennense. Las esperanzas para recuperar las pérdidas, depositadas desde hace tiempo en la llegada de la campaña navideña, también se han venido abajo con la entrada del mes de diciembre. Y es que, como suele decirse, “al perro flaco todo se le vuelven pulgas”. Puede sonar exagerado, pero no para los pequeños comerciantes que ven peligrar sus negocios con el acusado descenso de las ventas experimentado en los últimos meses. “Ya desde 2008 se veía venir, pero este año ha sido terrible”, explica la propietaria de Piel Joven, Lola Camacho Carballo, un comercio de la calle San Clemente dedicado a los accesorios de moda. “Las ventas han caído más de un 50 por ciento y el cierre se ve muy cerca debido al pésimo mes de noviembre que hemos atravesado”, asegura.
Para quienes se dedican al sector textil, las perspectivas tampoco son mucho más halagüeñas. A pesar de que el otoño llegó hace más de dos meses, el frío se ha hecho de rogar, lo que repercute, directamente, en las ventas de la ropa de temporada. “Esperábamos que diciembre empezara mucho mejor; ahora, la esperanza es la reciente llegada del frío, con el que estamos empezando a vender los primeros abrigos”, señala María de los Ángeles López Cruz, encargada de Kira Moda.
Numerosos empresarios, no obstante, se esfuerzan por mirar con optimismo hacia adelante. Los carteles con ofertas y precios “anticrisis” cuelgan de la puerta de casi todos los establecimientos. “Es la única forma de atraer al público”, asegura María de los Ángeles López. Para otros, como Belén Sánchez De la Torre, al frente de la Joyería Mabel París, lo importante es adaptarse al cliente. “Después de más de treinta años de trabajo, intentamos ofrecer los mejores descuentos posibles, y más en momentos como estos”, asegura. Eso sí, su experiencia demuestra que no todos los artículos sufren la misma recesión. “Durante este año hemos vendido el mismo número de brillantes que en 2008. La gente se sigue casando, por ejemplo, a pesar de la crisis”, afirma.
Los empresarios reclaman más ayudas públicas para contrarrestar la situación. “Tenemos que apretarnos el cinturón y aguantar”, anima Juan José Escalante Aranda, de La Sultana.