Pegalajar, 22 años de lucha por su cultura del agua

José Rodríguez Cámara /Jaén
La Fuente de la Reja comenzó a manar el 9 de enero, después de siete años prácticamente seca. El agotamiento del acuífero de Pegalajar y la primera desecación de La Charca ocurrió en 1988.

    11 mar 2010 / 11:05 H.

    En este tiempo, vecinos, políticos, colectivos y las administraciones han trabajado para recuperar este símbolo. Unos pueblos tienen como símbolo una montaña, otros un museo y otros un dicho Pegalajar tiene como distintivo su cultura del agua. La máxima expresión de ese patrimonio es La Charca, a la que llega el agua gracias al derrame de la Fuente de la Reja, un manantial que está vivo si lo está el acuífero que lleva el nombre de este municipio de Mágina. La reserva hídrica se secó en 1988 y, con su agotamiento, nació un movimiento vecinal para su recuperación que tiene, como máximo exponente, a la Asociación Fuente de la Reja. Con el llenado de La Charca, a la que el agua llegó de nuevo con fuerza el pasado 9 de enero, se ponen los cimientos para la ansiada recuperación de esta herencia. Algo para lo que, desde hace 22 años, trabajan colectivos, partidos políticos, el Ayuntamiento y otras administraciones.

    1988. La sobrexplotación del acuífero de Pegalajar origina la desecación de la Fuente de la Reja, en el mes de octubre.
    1990. En el Ayuntamiento de Pegalajar se debate una moción para delimitar la influencia de los sondeos en la sobrexplotación de la reserva hídrica y el vaciado de La Charca. El asunto llega al Parlamento andaluz y al Senado.
    1992. En febrero, se constituye una comisión mixta en la que participan los tres grupos con representación municipal, asociaciones y colectivos locales, para salvar La Charca. Nace la Asociación Fuente de la Reja. Comienzan las concentraciones y los encierros de protesta y, en octubre de este año, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir declara sobrexplotada la reserva. En este año se escribe en las paredes del estanque la frase: “A quienes la vida di, les reclamo, en justicia, que no me dejen morir”.
    1994. “Fuente de la Reja” presenta escritos de queja ante el Defensor del Pueblo Español y andaluz, que son aceptados. En la capital, se exigen medidas para evitar la desecación total.
    1995. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir acuerda un plan de trabajo para aplicar la ley prevista para la protección de acuíferos sobrexplotados. Esto implica que comienza a planificarse la comunidad de usuarios que tienen derecho a abastecerse de esta reserva.
    1996. Fue un año marcado por acciones a favor del mantenimiento de La Charca. “Fuente de la Reja” organiza desde protestas en la autovía A-44, a una huelga general en Pegalajar, a actividades lúdicas y deportivas o la entrega de diez mil firmas en el Parlamento andaluz exigiendo medidas para salvar el acuífero.
    1997. El manantial muestra síntomas de recuperación. Hay una auténtica fiesta para celebrarlo y el Ayuntamiento pone en marcha una campaña para promocionar La Charca y su entorno. Además, el Gobierno local solicita que el manantial sea protegido, lo mismo que la huerta tradicional. Las acciones reivindicativa llegan, incluso, a Expoliva.
    1998. La Fuente de la Reja vuelve a echar agua, aunque sólo durante unos meses. La Charca se secará de nuevo tras más de un año llena. Continúan las gestiones de las administraciones públicas para inscribir el manantial en el Registro de Aguas Públicas, un paso clave para su conservación y protección.
    1999. Se redacta una propuesta, a raíz de un informe de la Abogacía del Estado, que establece que el Ayuntamiento puede disponer del agua del acuífero para el abastecimiento de la población y el mantenimiento del sistema tradicional de riego. La comunidad de regantes tiene derecho a los sobrantes para uso agrícolas.
    2001. El manantial brota de nuevo en mayo, aunque sólo durante unos meses. La asociación dirige escritos a los ayuntamientos de Pegalajar, Mancha Real y La Guardia, que se abastecen del acuífero, para que insten a la inclusión en el Plan Hidrológico Nacional de soluciones para esta reserva hídrica. El colectivo recurre al Contencioso-Administrativo para exigir a la Confederación que regule el uso de estas aguas. En este año, la Junta considera la huerta del municipio como Lugar de Interés Etnológico.
    2003. La Charca se llena de nuevo en marzo, pero en agosto se deseca. Campaña de firmas en contra de la concesión, aprobada un año antes, de los derechos de la Fuente de la Reja a la comunidad de regantes.
    2004. Nueva recuperación de La Charca, de mayo a septiembre. Aunque el Ayuntamiento intenta que el sistema de la fuente y las huertas sea un bien protegido, la Junta mantiene su decisión de preservarlo.
    2005. La asociación, a la que la Junta entrega el premio “Andalucía” de Medio Ambiente, se opone al plan de ordenación del acuífero de la Confederación que no incluye la recuperación de la Fuente de la Reja. Llegan nuevas movilizaciones.
    2007. Comienzan a aplicarse algunas de las medidas previstas para la ordenación de las extracciones, como un nuevo sondeo para el abastecimiento de Mancha Real.
    2010. La Charca se llena de nuevo, gracias al plan de recuperación, como reconoce la asociación, aunque el colectivo continúa reivindicando el derrame de La Charca.