Palabras del diccionario marteño
Más de dos mil palabras que forman parte del habla marteña no quedarán en el olvido. Cándido Villar y Miguel Ángel Cruz presentaron, ayer, un libro que recopila términos únicos y que es fruto de veintidós años de trabajo de estos amantes de la cultura y la educación.
Existen dos mil palabras y cuatro mil acepciones que no están recogidas en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), pero que, sin embargo, forman parte del día a día de los vecinos. Un libro, cuyos autores son Cándido Villar y Miguel Ángel Cruz, así lo demuestra. Se trata de “Vocabulario marteño”, que logró el IV Premio de Investigación Manuel Caballero Venzalá y que fue presentado, ayer por la tarde, por los protagonistas y por la concejal de Cultura, María Eugenia Valdivielso. “Se trata de un trabajo de dos personas que son muy queridas en la ciudad y que tienen múltiples compromisos con el mundo de la cultura y de la educación”, indicó la edil.
El habla de la Ciudad de la Peña tiene sus peculiaridades y no tiene por qué ser una degeneración del español, sino una variedad más. Después de veintidós años de investigaciones, Villar y Cruz demostraron que, precisamente, gran parte de esas palabras están relacionadas con el mundo del olivar. Villar recordó la “belleza lingüística” que entraña la aceituna. Términos como “remate”, “abarruscar”, “solear”, “pimpollo”, o el “pie”, que se refiere al troncón del olivo y el espacio cercano sin arar, aún están presentes en los agricultores.
Otro de los objetivos, como manifestaron, es que el habla, que forma parte de la cultura andaluza, no quede en el olvido, sino que sean patrimonio de futuras generaciones. Así, los “chivatones” o adolescentes, la “ropavieja” o los restos de cocido que se fríen, y otras palabras que aparecen en 191 páginas, no quedarán guardadas en el baúl de los recuerdos marteños. Silvia Ruiz Díaz /Martos