Opiniones de Manuel Nieto recogidas en el libro 'Más viejo que ayer'
A Manuel le gusta asomarse al universo para retratar la grandeza de lo que nos pasa inadvertido y para denunciar la mezquindad de lo que, hoy en día, se impone como grande. (Francisco José Vázquez, abogado del Estado)
Desde la permanente contestación, Manuel Nieto avizora asuntos y personajes del escenario urbano y nos los traslada, como en vaso largo con un toque ácido y mucho volumen de ironía y de objetividad. (Ramón Porras)
Tito Manolo, no nos pierdas de vista a los que siempre soñamos hacernos mayores con tu cercanía; nunca alcanzaremos tu sapiencia ni tu cultura ni tu pedestal de humanidad, reservado sólo a los grandes de Jaén, a los monumentos anónimos de la vida, como tú. (Capi Aceituno)
Tiende más a querer que a creer. A envejecer que a crecer. Y me juego el cuello a que ama más que es amado. Vive porque sufre y sufre porque vive. Y ama porque le da la gana. (Miguel Ortega)
Su filosofía vital está marcada a fuego por dos conceptos: el amor y la muerte. Con esa visión poética del mundo que él tiene y transmite de cada uno de ellos. Intensa y sin pliegues. Una forma de sentir en la que tanto tuvo que ver su hermano Pepe Nieto, que marcó su alma y su existencia como nadie. (Juana González)
Las veces que he echado de menos los paseos en su coche a paso lento y porque sí, repletos de conciencia social, de cine, de literatura, de vida, de muerte y de música, sobre todo de música. (Lola Ginel)
Conocí, primero, a Pepe. Manuel es más temperamental, más pasional, pero tenía mucha similitud en el comportamiento, en ese cariño y respeto que muestran hacia la gente. Son las dos personas con más humanidad que te puedes encontrar y, además, grandísimos conversadores. (Lute Muñoz)
Cada uno es como es y Manolo ha tenido la osadía de no reinventarse y de no dejar que le hagan el traje con el que todos queremos verlo. Vive con la ventana abierta y hasta él siempre hay un paso franco, lo que se niega a negociar son los estados de ánimo. (Antonio Oliver)
Jaén no sería la misma sin Manuel Nieto, lo mismo que el Jaén un poco ácrata, un tanto transgresor, el que está esquinado a la vera del tren que nunca paró, no sería igual sin garitos como el “Auringis” o el “Daniel´s”, el “Trujal”, el “Cuadros” o el “Akelarre”, sus mesas camilla de siempre, sus mesas camilla de ahora. (Juan Espejo)