Nueva condena para el 'mejor estafador de España'
El jiennense Miguel Trujillo García se autoproclama como 'el mejor estafador de España'. Saltó a la fama hace unos años por fingir que le habían tocado cuatro millones de euros en la Lotería. Desde entonces, se le imputan decenas de fraudes por toda España. Está preso desde enero de 2010 y ahora paga sus cuentas con la Justicia.
Miguel Trujillo tiene pendientes numerosos juicios y ya acumula ocho condenas firmes. La última se la echaron ayer en el Penal número 1. Este vecino de Rus, aunque natural de Villacarrillo, aceptó dos años de cárcel por hacerse pasar por agente judicial para engañar a una mujer en la falsa venta de un piso. Fue en mayo de 2008. La víctima llegó a entregarle 4.300 euros como señal y Miguel “voló” con el dinero.
La historia de este profesional de la estafa da para escribir una película. En septiembre de 2007, vivió un mes como un héroe. Se hizo conocer en toda España, porque acudió a varios medios de comunicación para decir que había sido agraciado con cuatro millones de euros en el sorteo de la bonoloto y que iba a donar parte de su fortuna a la Asociación contra el Cáncer y al arreglo de las calles de su pueblo. Todo era una gran mentira en la que, incluso, no dudó en utilizar a su hijo.
Con esta puesta en escena, acudió a un banco y convencer a su director de que era multimillonario gracias a la Lotería. Después, le pidió un anticipo para ingresar el premio en esa sucursal. El banquero picó y le dio 10.000 euros a cuenta. Cuando se dio cuenta del engaño y lo denunció, el estafador ya se había gastado en juergas más de la mitad del dinero. Fue detenido y puesto en libertad poco después. Se esfumó.
La Guardia Civil encontró su rastro un año y más de treinta estafas después. En octubre de 2008, dos agentes le pidieron que se identificara y Miguel Trujillo dio los datos de su excuñado que, en se momento, estaba tranquilamente en Rus. Por aquel entonces, pasó una temporada entre rejas. Sin embargo, volvió a salir. Dejó un reguero de estafas: vendió pisos y coches que no eran suyos y de los que cogía una señal a los compradores y distribuyó lotería falsa, entre otras fechorías.
La Policía volvió a echarle el guante en enero de 2010. Fue por casualidad. Miguel tuvo la chulería de parar a un cámara de televisión, a pesar de que llevaba meses en busca y captura. Le dijo que le habían tocado cuatro millones de euros en la Primitiva y que quería encontrar novia para disfrutar del dinero. Solo era una estrategia de marketing con la que pretendía captar la atención de mujeres incautas a las que después, simplemente, engañaba y desvalijaba. Sin embargo, una de sus víctima vio el informativo y dio aviso a la Policía cuando lo reconoció como el hombre que la había seducido, al que dio cobijo y que terminó robándole todas sus joyas. Fue arrestado en Madrid y, desde entonces, está preso en la cárcel de Teixeiro. Rafael Abolafia / Jaén