Muñoz Molina: “Tenemos que aprender de lo perdido”
La ciudad de los Cerros recibió, una vez más, “con los brazos abiertos” a uno de sus paisanos más internacionales, Antonio Muñoz Molina. El premio Príncipe de Asturias cumplió la promesa que hizo el pasado verano, durante la clausura de “En Úbeda se cuenta” ,y el célebre escritor volvió a la ciudad que le vio nacer para presentar su última obra, Como la sombra que se va. La cita era en un lugar mágico, la iglesia de San Lorenzo, y que para evitar que nadie se quedara a las puertas —cuestión más que previsible y que se cumplió, ya que se llenó la iglesia y gran parte de la plaza— fue retransmitido simultáneamente en la escuela de “Casa de las Torres”.

El acto estaba promovido por la Fundación Huerta de San Antonio, un organismo que, en el último año, ha dado mucho que hablar, por su labor en la rehabilitación integral de la iglesia de San Lorenzo. Sin duda, un inmueble que es ya un importante foco cultural en la ciudad y, entre sus muros, es más que habitual el teatro, la música y, por supuesto, la literatura. El presidente de la Fundación, Nicolás Berlanga, fue el encargado de presentar el acto y al conductor, en esta ocasión, Lucas Martín, joven periodista y poeta ubetense. Él ahondó, con sus preguntas, en la literatura de Muñoz Molina, su infancia y, por supuesto, su relación con el barrio de San Lorenzo y “la magia que lo envuelve”.
Un barrio en el que para el escritor destacan varias características. “Es un sitio cerrado con límites geográficos y límites sociales, además tiene esa dimensión, con balcones que dan al valle del Guadalquivir, lo que recuerda mucho a Granada o Lisboa”, apuntó el ubetense. Un barrio que se ha visto sumergido en la “modernidad”, una evolución que el escritor definió como “tiránica”. No obstante, puntualizó el autor en varias ocasiones, “hay que ser consciente del valor que tienen espacios como este”, lugares como San Lorenzo, que, en palabras de Muñoz Molina, “estamos en un momento donde se empieza a valorar lo que hubo”.
Lucas Martín aprovechó la ocasión para preguntar al ilustre ubetense por el posicionamiento del escritor en lo referente a “ciertas políticas y direcciones que se han tomado en los últimos años en la ciudad de Úbeda”. Cambios y destrucción del patrimonio local, con el que el ubetense ha estado muy involucrado. “Lo que se ha hecho ha sido una desgracia muy grande” reivindicó. “Esta ciudad tenía un patrimonio único, y unas características únicas” explicó. Sin embargo, lo que se ha realizado en esta ciudad, prosiguió, “es un delito, por el que las generaciones futuras nos van a pedir cuentas”.
“Unas acciones en las que ha contado más el beneficio inmediato, mientras que si las hubieran conservado, habría traído más beneficios a largo plazo”, aseveró el novelista, que ve también el lado positivo de esta situación. “Tenemos que aprender de lo perdido”, expresó. Hay que agradecer en esta ciudad, dijo el escritor durante la entrevista, que “aquí hay personas interesadas, que aman su ciudad y que están haciendo cosas verdaderamente interesantes”, puntualizó. “El futuro está aquí, en sitios como este; la gente joven se está mudando y reivindicando lugares así”, prosiguió el ubetense. Es el momento de la búsqueda de la originalidad, manifestó, en vez de acomodarse en lugares de extrarradio comunes y en los que se dispone el coche para todo. Unos cambios en las tendencias, que, como coincidieron ambos interlocutores, necesitan de apoyo público, que permita mantener el patrimonio.
Como la sombra que se va es, para Muñoz Molina, una de sus obras “más laboriosas” en lo que a trabajo documental se refiere. Sin embargo, para el autor el trabajo ha sido menos “tedioso”, gracias a las nuevas tecnologías, “yo creo que internet te da una libertad de investigación que antes no tenía”, afirmó. En la obra, vuelve, como es costumbre en el escritor, a ensalzar la visión humana de un asesino. “Las personas comunes pueden hacer cosas horribles”, agregó. Un tratamiento, que ya había realizado previamente, como resaltó Martín, en obras como Plenilunio. Durante mi investigación, dijo, pude conocer el grado de la miseria en el que había vivido el asesino de Martin Luther King, James Earl Ray. Una vida repleta de dificultades, y que aparece correctamente enumerada, sin adornos estéticos y narrativa, en el décimo capítulo de su última novela. Un pasaje que describe la vida de este hombre y que el propio escritor leyó para finalizar.
Como invitado también estuvo el escritor procedente de Togo Kangui Alem y también intervino. Para él, Muñoz Molina y su obra Invierno en Lisboa influyeron notablemente en sus letras, tal y como relató. Tras finalizar la presentación, Antonio Muñoz Molina se dirigió a la parte trasera de la iglesia, en la que fue descubierto el ábside y allí el escritor se dispuso a firmar ejemplares de su última obra a sus vecinos que esperaban deseosos tanto en el interior como fuera de San Lorenzo.