Mengíbar festeja el primer medio siglo de vida del Manuel de la Chica
Costó lo suyo. El colegio Manuel de la Chica nació en 1964, pero las gestiones para que su construcción se prolongaron durante décadas. Ahora, medio siglo después, el centro se pone más guapo que nunca para soplar las inmensas velas de una tarta educativa con tanta historia como ilusión, por el ayer, por el presente y por el mañana. Miles de mengibareños han pasado en este tiempo por las aulas del colegio, ubicado -ahora- en pleno centro, así que en prácticamente todas las casas del municipio hay alguien que tiene mucho que contar de sus primeros años de enseñanza. Porque son esas primeras clases las fraguan, como reza uno de los lemas del programa del cincuenta aniversario, la libertad y el futuro de todo un pueblo. De ahí que estos días no solo los alumnos, maestros y las familias de los actuales inquilinos del centro estén de celebración, sino que también los antiguos estudiantes y educadores evocan sus recuerdos y los sacan a relucir con una sonrisa.
El "Manuel de la Chica" celebra durante esta semana una serie de actividades y citas conmemorativas que ofrecen, sobre todo, un hondo y cariñoso repaso por los años pasados. Una de las más bonitas es la del montaje de la exposición sobre la historia del colegio, que ofrece una mirada retrospectiva sobre los materiales empleados a lo largo de las últimas cinco décadas. Desde una pizarra con tantos años como las paredes del centro hasta diversos tipos de pupitres para los alumnos, pasando por el primer ordenador que se usó en las instalaciones, algunos uniformes o carteras, decenas de libros que fueron leídos y releídos, y hasta una mesa del profesor con brasero de ascuas y todo, entre otros objetos, retrotraen a los cientos de visitantes de todas las edades que estos días pasan por la Sala Municipal de Exposiciones. Envolviendo todo hay colgadas decenas de fotografías de diversas épocas que sacan a la luz los grandes éxitos deportivos de los 70 o las rondallas que también hubo en el "Manuel de la Chica".
También hay quienes regresan a la escuela, pero no para estudiar, sino para explicarles a los estudiantes de ahora cómo fue su paso por el colegio y, sobre todo, como les marcó, en la mayoría de los casos, parte de su trayectoria vital y profesional. Son charlas con exalumnos que despiertan el interés de sus sucesores en los pupitres y tras cada una de las exposiciones, los pequeños formulan decenas de preguntas, produciéndose, así, unas horas de verdadera comunión entre el pasado y lo que vendrá mañana. Además, se organizan talleres de cuentacuentos, de deporte, de música y reciclado, así como espectáculos de magia, entre otras múltiples actividades especiales.
Otra de las citas más esperadas fue la de la conferencia ofrecida por el cronista oficial de Mengíbar, Sebastián Barahona Vallecillo, que fue también maestro del centro. El historiador detalló todos los entresijos de la historia del "Manuel de la Chica", como las complicadas y prolongadas gestiones que realizaron decenas de personas para construir el colegio, alzado en los terrenos donados por el vecino que le da nombre. A este acto también acudió la delegada de Educación, Yolanda Caballero, quien elogió la trayectoria de la comunidad educativa, al tiempo que felicitó a los alumnos y a los profesionales que se implicaron en la educación de varias de generaciones.
El actual director, Antonio Barahona del Moral, reconoce que todo el colegio se ha volcado en el programa conmemorativo y que son unos días muy intensos. "Para todos los que somos y hemos sido parte del 'Manuel de la Chica', alcanzar y celebrar los cincuenta años es emocionante. Estamos muy felices", dice. Mañana será la clausura de esta semana con un encuentro que se espera multitudinario.
Los niños del ayer vuelven estos días a su "cole" y presumen de estancia en el "Manuel de la Chica", incluso delante de los más de cuatrocientos niños que hoy empiezan a trazar su futuro gracias al gran equipo de maestros y demás trabajadores del centro que lo dan todo por la educación.
