Más dar y menos exigir
El día 28 de febrero del año pasado publiqué un artículo titulado: “Qué podemos hacer por ella”. Era el día de nuestra comunidad autónoma y, después de recordar muy brevemente lo que ella nos da, acabé con una humilde llamada de atención sobre lo que los demás podemos aportar con nuestro esfuerzo.
No me gusta la gente que se queja por todo y por sistema, y que no pone nada de su parte para cambiar aquello con lo que no está de acuerdo. Perdón, sí pone, de boquilla. Como solemos decir para que quede claro: Leyes, más que el mejor abogado pero, en muchas más ocasiones de las deseadas, eso queda en nada. Pasa el tiempo y compruebas que cuesta tenerlo todo claro. No hay prácticamente nada que no tenga sus luces y sus sombras. Por eso me maravilla que personas con veintipocos años inviten, con meridiana claridad, a abandonar sus cargos a quienes nos gobiernan.
Sí, reconozco que mejor lo hubiesen hecho de forma oral porque verlo por escrito ha sido deprimente: Que se “vallan”. No estamos hablando de personas mayores a las que la vida no les facilitó adquirir conocimientos, estamos hablando de los que pasaron hace muy poco tiempo más de diez años escolarizados y no saben ni escribir. No es una simple falta de ortografía, es mucho más que eso. Sentarse en una silla seis horas diarias para “vallar” cuando queremos invitar a alguien a que se marche es, utilizando su mismo vocabulario, flipante. Las dos eles me saltan a la vista como dos palomitas que se me hubiesen incrustado en los ojos. Creo que no salen corriendo porque están descalzas. El resto del texto de la invitación anda juntando palabras por aquí y huérfano de haches por allá, pero la idea es clara y es lo que cuenta.
Que nos dejen sitio a los “preparados”, a las mentes preclaras, a los que nunca comprendimos que política es todo, desde rendir en mi colegio e instituto, que para eso me lo pagaban y no era gratuito, hasta ser unos buenos padres, esos que educan a sus hijos para que un día den trigo en vez de predicar en el desierto. Más dar, menos exigir y aprender a escribir.