Manuel Montilla
Juan Rafael Montilla Torres (Familia Montilla Torres) / Desde Porcuna. Aunque en mi partida de defunción consta el 26 de febrero de 2013 como fecha de mi marcha, aquello de la energía que no se crea ni se destruye (únicamente se transforma) y la dimensionalidad espacio-temporal sobre la que teorizan físicos y matemáticos, me permiten expresarme de la siguiente manera.
Quiero que esta mi última carta en Diario JAÉN sea de recuerdo y de agradecimiento. Gracias, en primer lugar, al personal del Complejo Hospitalario de Jaén que me trató a mí, y también a mi familia, con una profesionalidad y una sensibilidad exquisitas, igual que Luis Gallego. Gracias a mis amigos más cercanos, a uno y a otro Luis, a Juan, a Benito y a muchos otros (también, claro, a mi sobrino Ramón), con quienes tanto charlé y debatí entre paseo y paseo. Con ellos terminé las conversaciones, muchas veces, tomando mi habitual rioja en el Casino o en La Torre, o en los bares de Jero o Luis Chiachío, personas y lugares entrañables para mí. Igual que la peña barcelonista de Porcuna, donde tantos fines de semana acudí en compañía de mi hijo y de mi nuera para hablar de fútbol, y de más cosas, con Juan, con Tomás, con Carlos, con Anera, delante de una cerveza y unas riquísimas aceitunas de Antonio. Gracias, cómo no, a Diario JAEN por el tratamiento que ha dado a mi partida, lleno de cariño y de respeto, con su director Juan Espejo a la cabeza y con personas como mi amigo y librero de siempre, José Benítez, o mi paisano Manuel Ruiz de Adana, al pie del cañón. Mi más profundo agradecimiento, finalmente, a todas aquellas personas que, de una u otra manera, han estado acompañando y arropando a mi familia, y en especial a mi mujer y a mis hijos, en estos duros momentos para ellos. Gracias de corazón. Y, a todo el mundo, hasta siempre.