Magia entre los vértices de la poesía, la música y la danza

Decía Sonia Jiménez Tirado que quería, con la presentación de su poemario Vértices, crear magia en la Biblioteca Provincial. Los ingredientes para la fórmula los había preparado con mimo y esmero. Habría música, que llegaría con el piano de Rodrigo Gómez Pastor —dice la autora, que sin ella de fondo ya no puede escribir—, las canciones llenas “de valentía” y personalidad de Rocío Llavero y la danza de Noemí Real, Álika.

13 jun 2015 / 08:35 H.

Todo ello, acompañado por sus versos recitados por cuatro amigos, Luisa Medina, Alberto Pizarro, Guerrero Santisteban y Rosario Sabariego, y las cálidas palabras de la periodista Luz Almagro, autora del prólogo de Vértices y presentadora del acto.  Mucho arte, talento y cariño en esta “receta”, solo faltaba el factor que no podía controlar la autora por anticipado, la respuesta del público. Pero no pudo ser mejor. El salón de actos de la Biblioteca, en esta cita organizada por el Centro Andaluz de las Letras, se llenó a más no poder de amigos, conocidos y amantes de la literatura de todas las edades. Hasta de pié se quedó gente.  
A modo de entrevista —no era una presentación al uso, sin duda— Sonia Jiménez, con sus respuestas cortas, directas y con mucha emoción, desgranó lo que esconden las páginas de este Vértices. Ella se desmarca de la definición que hace la Real Academia de la Lengua de esta palabra, como lugar donde convergen varios planos, las aristas de cualquier poliedro o la cúspide de una pirámide. “Yo quiero creer y creo que los vértices de la vida distan mucho de esa definición, y son el amor, la amistad, la verdad y la vida”, aseguró. “Mil pedazos —su primer libro— era un canto al dolor, una catarsis profunda y extrema y Vértices fue un renacer, resurgir como el Ave Fénix de mis cenizas”, contó la autora. Un libro lleno de colores, de amor y desamor, encuentros y desencuentros, y aprendizaje.
Vértices es su segundo libro de poesía, pero el tercero publicado ya que se estrenó con la novela. Con la poesía, dijo, se siente más cómoda y libre. “La poesía siempre va por delante de la realidad”, aseguró y defendió que vive “un gran momento”. “Nuestro hijos quizás no, ni nuestros nietos, pero nuestros biznientos recordarán una generación del XXI”, afirmó.