Lucky, el chico del semáforo: 'Solo quiero hacer pensar a la gente que es posible ser de otra manera'

Pepi Galera / Jaén 
El director de Diario JAEN escribió en su 'Crónica del Verano' la vida de Lucky, un payaso que vive gracias a sus sonrisas y a la venta de pañuelos de papel. Este le contestó y ahora habla en esta entrevista.

    31 jul 2012 / 10:11 H.

    Lucky ya solo tiene sonrisas es el título de la “Crónica del verano” de la contraportada del domingo 15 de julio. Tras el mayor hachazo de los recortes del Gobierno, Lucky fue el mejor ejemplo para decir que, cuando no queda nada, ahí está la sonrisa, esa que él brinda a diario a cada conductor desde “su” semáforo. Este artículo fue leído por miles de jiennenses en papel y en digital. Lucky contestó con una carta en la que alentaba a que siempre hay motivos pa’sonreír. En esta entrevista, en la que mantiene su anonimato, desvela sus inquietudes. 

    —¿Por qué decidió salir cada día a regalar sonrisas a los conductores parados en un semáforo?
    —Me parecía una buena forma de buscarme la vida, trabajar, en vez de buscando la pena, buscando la alegría. Los motivos para sonreír, haberlos, los hay, solo hay que buscarlos. Imagina que naces en Siria, allí te matan por decir “Libertad”. No hay otra que echarle guasa a la vida y para adelante. Lo que no voy a hacer es quedarme en la cama. Hay gente que ni diciéndoles que es gratis sonreír, la quieren. Tengo que decirles: “No te voy a cobrar por tu alegría”.
    —¿De qué trabajaba antes?
    —Nunca se me han caído los anillos por trabajar, desde que tengo uso de razón. De camarero me pegué cinco años. También he andado con mi padre sujetándole la escalera y con mi hermano ayudándole. Ahora, cuando siempre me dicen: Tú, con lo apañao que eres, por qué no te vas por ahí a la costa, que hay trabajo, y yo contesto que no me tengo que ir a ningún sitio. Estamos viendo que viene la gente de fuera. A mí eso me da mucha pena. ¿Qué es lo que quieren? ¿Que trabajemos como negros y cobremos como chinos? ¿Ese es el futuro que queremos para nuestros hijos? Yo no traigo al mundo a una criatura para sufrir. La gente lo sabe. Yo, cuando saco mis cinco o seis eurillos me voy, no necesito más.
    —¿Qué pretende hacer ver a la gente que se encuentra cada día?
    —Yo solo quiero que cada uno piense que de esta vida no se va a llevar nada, que la vida es otra cosa. Me considero espirita, creo en el Dalai Lama y en la reencarnación. No quiero nada, que me dejen en paz, pero hay que tener cuidado con lo que se pide. Podría ser eremita y estar solo en la montaña, pero para mí el trabajo es hacerlo para los demás. Solo compartiendo salvaremos el planeta.
    —¿Cuál es su filosofía?
    —Aquí, a esta vida, se viene o a  aprender o a divertirte. Si no estás aprendiendo, diviértete. Cuando veo a alguien en su carraco, tiene más barriga que yo y no es capaz ni de sonreír, le doy la vuelta y digo: “Este es más pobre que yo, tan pobre que solo tiene dinero”.
    —¿Qué reacción suele tener la gente cuando lo ven con la nariz?

    Entrevista completa en nuestra edición impresa.