Los vecinos de Bernabé Soriano 6 sienten que no valen "nada"

Con las paredes abombadas por las humedades, los vecinos del número 6 de Bernabé Soriano ya no creen en nada. No les hacen caso “ni los dueños” del ruinoso edificio que tienen al lado, “ni los políticos”. Ahora, un auto judicial les permite acceder al bloque contiguo y “ver” qué tienen que arreglar. “Pero eso costaría un dineral” y no lo tienen.

    25 feb 2012 / 10:38 H.

    Después de “catorce años” batallando contra las humedades que ya cubren totalmente una de las paredes de las zonas comunes del número 6 de la calle Bernabé Soriano, desde los sótanos al cuarto piso, si algo tienen claro es que ellos, su seguridad y la de los transeúntes no valen “nada”, dice, chascando la lengua, la nueva presidenta de la comunidad, Mari Carmen Arias.
    El bloque contiguo está “en ruinas”, “lleno de escombros” y con “habitaciones hundidas”. Es un peligro y una “amenaza”. Para ellos y para los viandantes —señalan— “porque se puede caer a la calle y, de hecho, se cayó un balcón”, apostilla una de las vecinas, Fátima Álvarez. Pero “ni los propietarios” lo demuelen, ni el Ayuntamiento, como “responsable subsidiario”. Y se sienten “abandonados”. La respuesta que les dio el anterior Gobierno es que “se salía del presupuesto”. “Hace un mes”, tras mucho batallar y en medio de un dilatado proceso judicial, uno de los dos constructores envió albañiles. El “arreglo” fue instalar un canalón. “Y yo no soy arquitecta, ¿pero esto es impermeabilizar?”, se pregunta Arias. “Yo creo que no”.
    Ahora, un auto judicial los “autoriza” a acceder al número 4 “a fin de acometer las reparaciones estrictamente necesarias en la pared medianera y aledaños para garantizar la seguridad de las personas y evitar que se sigan irrogando daños materiales” en el número 6, “con imposición de costas a la parte demandada”. Pero, antes, tendrían que abonar “una caución de 1.000 euros” y sumarla a una obra cuyo presupuesto desconocen y temen. “Costaría un dineral. Millones, y no los tenemos”. Por eso, vuelven a exigir a los dueños que se responsabilicen o —lanzan—: “Que nos lo regalen, que ya lo arreglaremos”. Nuria López Priego / Jaén