Los diseños románticos imperan en Cibeles

Diseños románticos, dulces, con notas vintage y repletos de libertad serán las propuestas más notables de la próxima temporada primavera-verano, a juzgar por lo que se ha visto en la segunda sesión matinal de Cibeles Madrid Fashion Week.

    10 sep 2010 / 22:00 H.

    Elisa Palomino, que trabajó ocho años para John Galliano, fue directora de estudio de Roberto Cavalli y colaboró con Diane Von Furstenberg, ha recurrido a la estética romántica para presentar una colección suave y repleta de detalles, creada para una mujer "segura de sí misma y soñadora", según ha explicado hoy a EFE la diseñadora valenciana. Delicados plisados, sugerentes volantes, atractiva pedrería y bordados tridimensionales adornaban sus creaciones.

    La creadora valenciana subió un gran abanico de vestidos con alma vintage. Unos, minis y combinados con leggings, otros de talle bajo con largo a la rodilla que se abrigaban con cariñosa rebequitas de manga corta, y otros que acogían la magia de la alta costura. Cerró el desfile un vestido largo de tirantes con divertidas amapolas y margaritas, un canto al verano.

    Dulce, muy dulce ha sido la colección de Ion Fiz, que, inspirándose en el "macaron", el pastelito tradicional francés, ha desarrollado una colección de hombre y mujer muy urbana en tonos tan suaves como el vainilla, el lavanda, el rosa bebé, el azul celeste, el verde agua o el beige.

    De apariencia sencilla y liviana, sus propuestas de líneas rectas, patrones entallados y cortes al biés se realzaban con escotes asimétricos, cinturas drapeadas y hombreras y solapas con varios volúmenes.

    Mientras que el bilbaíno, fiel seguidor de Balenciaga, propone para la mujer vestidos de una sola pieza sin costuras, así como "culottes" y minifaldas conjuntadas con blusas de manga francesa o chaquetas estructuras, para el hombre apuesta por pantalones pitillo y americanas armadas bañadas en negro, piedra y blanco roto.

    Inspirándose en la frescura de la California de los años 50, Elena Martín, directora artística de la firma Martin Lamothe, ha presentado una colección para hombre y mujer repleta de libertad y luminosidad. Líneas rectas e incluso lánguidas sobre estampados de estética pop, que recreaban la obra del artista británico David Hockney.

    Bañados con colores ácidos y vivos que maximizan la sensación de verano, la napa y el ante perforado han sido su gran apuesta, que, junto con tejidos tan delicados como la seda, el voile, el crêpe y la gasa, Elena Martín ha conseguido diseñar piezas de buen gusto y trabajo exquisito, aunando la innovación con la grandeza de lo artesanal.

    Sobre cuero y tejidos estampados con reminiscencias religiosas, la barcelonesa María Escoté ha vestido a la mujer con atrevidas prendas de cuero, entre las que sobresalían shorts de cintura alta, pantalones que se fundían con la piel y minifaldas que recordaban las sugerentes faldas de los gladiadores romanos.

    Grandes perlas en forma de lágrima de colores y cinturones anchos y dorados a modo de pulsera "no me olvides" se encargaban de adornar las creaciones, para las que utilizó una paleta cromática que iba desde el morado al negro pasando por el rojo o el azul.

    Con el fin de dar mayor fuerza a la mujer en tiempos de crisis, Monstse Bassons juega con la diversidad de los tejidos y los estampados felinos, salvajes y étnicos hasta convertir sus propuestas es guerreros biquinis, triquinis y bañadores en negro y cobre.

    Arriesgadas prendas de baño que suaviza con encajes, volantes, discretas tachuelas, tules, lycras transparentes, tejidos brillantes y pinceladas de colores rosa, verde y amarillo.

    María Barros se mueve entre la timidez y la prudencia para mostrar su colección más personal, "Moi", a través de tules, organzas y sedas una colección coherente y femenina en la que el volumen y las formas han sido los protagonistas principales.

    Grandes lazos han sido el hilo conductor de sus creaciones, un trabajo cuidado y sincero que otorga a los vestidos de noche y fiesta un sensual movimiento. 
    Carmen Martín / EFE