Los calatravos toman Jaén
Si el condestable Iranzo levantase la cabeza seguramente se sumaría entusiasta a la fiesta porque, lo que es la juerga, le molaba un montón y tales huestes de calatravos, moros de la morería, aguerridos guerreros y saltimbanquis, que tomaron anoche las calles de Jaén anunciando diversión, eran toda una perita en dulce.
El séquito discurrió ordenado, variopinto, ceremonioso, con gentes de diversas raleas encabezadas por el alcalde de Alcaudete, Valeriano Martín; acompañado por la vicepresidenta de la Diputación, Angustias Velasco, y el gerente de Epassa, Antonio Guinea de Toro. Se dieron cita más de un centenar de personas entre con dos bandas de cornetas, caballeros y monjes de la orden calatrava, aves de cetrería, damiselas de alto copete, comparsas, gentes de buen y de mal vivir, y hasta un preso engrilletado. El punto de partida era la Plaza de la Concordia, y la hora al filo de las nueve de la noche. Allí, tres autobuses remedaron el desembarco de Normandía con toda su cohorte medieval que se dedicó luego a repartir folletos, en los que se anunciaba que, del 9 al 11 de julio, todo Alcaudete será pura fiesta y los jiennenses de la capital son invitados de primera fila. La comitiva recorrió el Paseo de la Estación, Coca de la Piñera, Navas de Tolosa, Soledad Torres Acosta, Los Jardinillos, San Clemente y Plaza de la Constitución. “Pretendemos que los jiennenses de la capital se animen a visitarnos, porque tenemos una programación para todas las edades”, precisa Valeriano Martín, caballero calatravo para la ocasión. “Lo que diferencia nuestras fiestas de otras medievales —explica—, es que ni son institucionales, ni la gente es un mero espectador, sino que se vuelca con ellas y los vecinos las ven suyas”.
Ignacio Frías / Jaén