Los aceituneros altivos del futuro
Alumnos del colegio Divina Pastora se convirtieron, por un día, en aceituneros. Vestidos para la ocasión, visitaron los olivos, participaron en la cosecha y, después, fueron a la cooperativa San Amador para ver cómo se moltura el fruto, hasta acabar envasado. Algunos sabían cómo se recogía la aceituna. Habían ido con sus padres, algún que otro fin de semana, al campo.

Pero para muchos era su primera vez y se veían muy entusiasmados. Los alumnos de primero y segundo de Primaria del colegio Divina Pastora se convirtieron, por un día, en aceituneros. Acompañados de sus padres y de profesores, se vistieron para la ocasión. Algunas niñas, con pañuelos y “refajos”, y otros niños, con gorras. Con sus botas altas, se fueron al olivar. Como explicó una de las profesoras, Virginia López, los pequeños tuvieron la oportunidad de coger aceituna y descubrir una de las formas de vida de los marteños. Estuvieron en una explotación tradicional y los alumnos, con los ojos bien abiertos, miraron cómo se vareaban los olivos con las piquetas y cómo se usaron los lienzos. Luego fueron a otra finca, “más moderna”, en la que se utilizaba todo tipo de maquinaria, lo que asombró aún más a esos aceituneros del futuro.
“Ha sido una experiencia muy bonita”, señaló la maestra, que recalcó que algo que también llamó la atención a los alumnos fue la visita a la cooperativa San Amador, donde personalizaron las etiquetas de aceite para, luego, llevarse un bonito recuerdo a sus casas y contarles la historia a sus papás. También la darán a conocer la próxima semana a los demás estudiantes del colegio, puesto que, como matizó López, la iniciativa se incluye dentro del proyecto de “Inteligencias múltiples”. “Trabajamos desde distintas áreas para desarrollar la inteligencia de los niños”, expresó. Y, en esta ocasión, todo giró en torno al aceite de oliva. Así, en Lengua, se cantó el tema “Andaluces de Jaén” de Jarcha, y en Matemáticas se habló sobre cantidades de aceituna. En Plástica, se hicieron olivos en miniatura y, en Conocimiento del Medio, se enseñó el medio ambiente y, en concreto, los olivares marteños. “Todo esto lo presentarán en una fiesta que se hará en el colegio, y cada grupo dará a conocer sus proyectos. Algunos, más mayores, incluso han aprendido a hacer capachos”, señaló. De este modo, demuestran que la tradición marteña sigue viva.
Silvia Ruiz Díaz /Martos