Lopera. Despedida festiva a la campaña de la aceituna

José Luis Pantoja/Lopera
Los loperanos comienzan a despedirse de la campaña de la aceituna, y para celebrarlo organizan los tradicionales 'remates' en los que propietarios y trabajadores brindan por una buena cosecha. El rendimiento medio de este año estuvo en torno al 20 por ciento.

    07 feb 2011 / 11:24 H.

    Los “remates”, una tradición muy arraigada, marcan el final de la recolección en Lopera. Después de una media de entre treinta y cinco y cuarenta días de cosecha, los vecinos ponen el punto final a una campaña marcada  por  la recogida de la aceituna casi en su totalidad en el suelo, debido a las lluvias del mes de diciembre. En esta temporada, la Cooperativa Oleícola La Loperana, que agrupa en torno a unos ochocientos socios, tiene previsto molturar alrededor de los diecisiete millones de kilos, con un rendimiento medio del 20 por ciento “La cosecha es similar a la del año pasado”, explicó el maestro de la almazara, Antonio Cantero. Por su parte, el presidente de la cooperativa Desarrollo Loperano, Fermín Valenzuela, apuntó: “Este año vamos a molturar unos cuatro millones de kilos de los ciento veinte socios, con un rendimiento medio del 20 por ciento”.
    Pero, después de hacer los cálculos, llega la hora del “remate”. Se trata de todo un ritual que ha pasado de padres a hijos y que en Lopera es una tradición a la que se llama “echar el pañuelo”. Este peculiar acto, encuadrado dentro del ciclo festivo del invierno, supone la culminación de la temporada tanto para el dueño como para el trabajador.  El propietario de la finca invita a los trabajadores a la comida, en la que se degustan alimentos típicos de la matanza, arroz y bebidas. Cuando las cosechas son buenas, el “remate” está prácticamente asegurado, y en caso de ser malas, el dueño no afronta los gastos, que corren a cuenta de los aceituneros. Se suele hacer bien el día de la conclusión de la aceituna o a la jornada siguiente y participan grandes y pequeños. Se celebra en el mismo tajo o en alguna casería o cochera de las explotaciones. En los últimos años, casi todos se organizan en el Paraje Municipal del Pilar Nuevo, ubicado junto a la ermita de San Isidro.