Lo mejor de Alfredo Kraus
Esta breve recopilación de la discografía del desaparecido tenor canario Alfredo Kraus, que ofrece Diario JAEN a sus lectores, constituye un auténtico regalo para cualquier aficionado a la música y, sobre todo, para los amantes de las voces líricas de lujo. Kraus fue, sin duda, uno de los más grandes tenores del siglo XX y, posiblemente, el cantante con la más depurada técnica de todos los conocidos hasta el presente.Por orden cronológico, el primer CD se grabó en Lanzarote, en los Jameos del Agua, el 29 de diciembre de 1990. Ofrece una serie de arias de ópera de la máxima dificultad, si tenemos en cuenta su edad, por entonces 63 años y, sobre todo, que se trata de una grabación en vivo, podremos calibrar la categoría de este álbum.
El segundo CD se grabó en el estudio de música de TVE en Madrid en el año 1991 y reúne una selección de los “lieders” más populares de los grandes compositores. Es un verdadero placer escuchar estas piezas en la tesitura endiablada en que las aborda nuestro tenor, especialmente la Serenata de Schubert o la Canción de cuna de Brahms. El tercer CD es todo de música religiosa y villancicos populares. Se grabó en la Catedral de Badajoz, el 17 de noviembre de 1991 y, aunque parece de estudio por la perfección de las versiones, puedo asegurar, porque tuve el privilegio de asistir personalmente a la grabación, que se hizo “al tirón” o sea sin una sola repetición, y cuenta, además, con el aliciente de la participación de la gran soprano italiana, ilustre colega y gran amiga de Alfredo Kraus, Renata Scotto. El cuarto CD es una selección de una gala lírica que se celebró en el Teatro Romano de Mérida (Badajoz), el 4 de agosto de 1992. En esta cita participaron además (y esto no lo detalla el CD) el tenor español Jaime Aragall, la soprano Leontina Vaduva, la mezzo Irina Kirilova y el baritono italiano Paolo Coni. Por último, el quinto CD fue un concierto en vivo, en homenaje a Miguel Fleta, el legendario tenor aragonés. Se celebró en el Auditorio de Zaragoza y, al igual que el anterior, tuve la fortuna de estar presente y de él guardo un emotivo recuerdo porque Kraus, sin saberlo, estaba ya invadido de la cruel enfermedad (cáncer de páncreas) que nueve meses más tarde lo llevaría a la tumba. Participó el tenor Santiago Sánchez Jericó en la última pieza que cantaron a dúo, la célebre jota de La Dolores. La ovación que premió esta jota sublime aún resuena en lo más hondo de mi alma.