04 jun 2014 / 22:00 H.
El impacto de las elecciones europeas, rompiendo la hegemonía de los dos grandes partidos, y abriendo el paso a las instituciones de movimientos ciudadanos como Podemos; el proceso de renovación iniciado por el PSOE, y por último la abdicación del Rey, nos ha colocado en la antesala de un terremoto de cambios imprescindibles, para reconducir el buen ritmo de nuestra democracia y las mejores perspectivas para el futuro. Aunque mucha gente está preocupada por el vértigo de los acontecimientos, creo que como reconocía el propio Einstein en sus teorías sobre el cambio, “La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y países porque la crisis trae progresos”. De la crisis de los partidos ha surgido Podemos, de la crisis de la monarquía ha surgido el liderazgo del que será nuestro nuevo Rey Felipe VI, y de la crisis de la política y las instituciones, tienen que surgir instituciones y un sistema político más sólido. Me preocupa sin embargo, que ante este contexto de desconcierto, nos dejemos llevar sólo por nuestras emociones y nuestros sentimientos, porque ni las emociones ni los sentimientos pueden gobernar el mundo. Necesitamos voces de cordura, de sentido común, de inteligencia colectiva, porque ya sabemos cómo terminan las emociones y las pasiones cuando éstas pretenden gobernar. Yo apuesto por un voto de confianza en los partidos y las personas que han sido elegidas democráticamente para que nos representen en Europa y quiero que lo hagan con responsabilidad y altura de miras. Apuesto por un voto de confianza al PSOE, para que de ese nuevo congreso salga un nuevo equipo y proyecto integrador, con capacidad de liderar España y apuesto y confío en la capacidad de los Príncipes, para que con la inteligencia que han desempeñado su responsabilidad hasta ahora, visibilicen y lideren una nueva etapa de la Monarquía más apegada a la realidad y a nuestro tiempo. Nunca las instituciones democráticas han estado tan devaluadas como ahora. Hemos tocado suelo y depende de nuestra voluntad y talento colectivo liderar con éxito estos cambios.