Lechuga suelta el pedal

Su último destino fue la Fundación Euskadi, un equipo continental que, en agosto de 2014, disputó su última prueba: La Vuelta a Burgos. La falta de recursos y la posible aparición de una potente formación en el País Vasco fue determinante para tomar la decisión. Desde entonces, Pablo Lechuga comenzó una carrera contra el cronómetro para encontrar una formación. El ciclismo, al igual que numerosas modalidades deportivas, vive momentos complicados y de zozobra por la crisis económica.
Los proyectos que surgen son con pocos medios y con un calendario limitado, porque el número de competiciones también ha disminuido de una forma alarmante. Ante la falta de propuestas interesantes, el ciclista de Cambil ha apurado hasta el último instante antes de bajarse de la bicicleta, aunque no sabe si algún día volverá a subirse en la élite. “Lo he intentado por todos los medios, pero ha sido imposible y no se ha concretado ninguna gestión”, lamenta Pablo Lechuga. De todas formas seguirá vinculado al deporte del pedal y anuncia la apertura de una tienda  en Villasana de Mena, un municipio de Burgos que limita con Vizcaya y en la que podrá aprovechar su experiencia. Se trata de ValleBike, una empresa de venta de bicicletas, cuya creación surgió durante un paseo con un amigo. “Es un proyecto interesante. Estoy ilusionado y con unas ganas tremendas de que todo salga bien”, argumenta el cambileño. No pone ningún reproche a su carrera. Sus manifestaciones así lo reflejan. “El ciclismo me lo ha dado todo, un estilo de vida que, posiblemente, no hubiera tenido si no fuera por la bicicleta y por las experiencia y pruebas en las que he participado. No olvidaré nunca mi presencia en la Vuelta a España, que es la prueba más importante en la que puede estar un corredor”, asegura Pablo Lechuga, muy agradecido por las muestras de apoyo recibidas durante su trayectoria.