Las cuartas primarias del PSOE

Los estatutos del PSOE dicen que se celebran primarias cuando el candidato a la Alcaldía no está en el gobierno. Si aparecen varios aspirantes, sigue adelante el proceso, y si hay uno solo se cierra y se produce la aclamación. Ni que decir tiene que, antes de que acabe la legislatura, toca abrir primarias en el seno de un partido que “tiembla” cuando entra en escena la agrupación municipal, máxime si hay alguien acostumbrado a ver la dirección local como una amenaza para la estrategia política de la provincial. A punto de rozar el ecuador del mandato, empiezan a ponerse las cartas sobre la mesa y, aunque es pronto para darles la vuelta, lo cierto es que los protagonistas “hacen juego”.

    12 mar 2013 / 10:47 H.

    Estas serán las cuartas primarias de la historia del PSOE. Con las primeras se escribieron ríos de tinta. Ocurrieron en 1999. Cuando Marcos Gutiérrez se erigía como aspirante al bastón de mando, Juan Torres organizó una candidatura con el aparato “oficial” en contra. Era la época del conflicto abierto en España entre Josep Borrell y Joaquín Almunia. Fueron vanos los intentos de Gaspar Zarrías y de Manuel Chaves de convencer a los “torristas” para que se retiraran. A Torres le pasó como a Borrell, que ganó las primarias, pero no las elecciones. Y, después, dicen que le hicieron la vida imposible hasta que rompió la disciplina de partido, le abrieron expediente y dimitió. Juan Carlos Higueras fue su sustituto intermedio hasta que, en diciembre de 1999, entró en escena Manuel López.
    Cuatro años más tarde se abrió el proceso para las segundas primarias. No llegaron a celebrarse, porque, al final, hubo un único candidato. Sin embargo, hasta llegar a ese enmascarado acuerdo se tuvieron que celebrar varias reuniones a puerta cerrada entre quienes movían y mueven aún los hilos del PSOE jiennense. La idea fija de que fuera el abogado Marcos Gutiérrez el futuro alcalde trajo más de un quebradero de cabeza a la dirección provincial, que tuvo que prometer el oro y el moro a Manuel López para que se apartara del escenario. Un escenario en el que apareció, estratégicamente, Fernando Calahorro, quien, a la postre, se vio claro que actuó en un ataque de vanidad.  
    En 2007 se abrió el proceso de las terceras primarias. Tampoco se celebraron, porque los astros se alinearon para que fuera Carmen Peñalver la única y respaldada candidata. Entre bambalinas a alguien se le escapó situar a Felipe López en el mapa de la capital, pero la sangre no llegó al río y, al final, todos los esfuerzos se pusieron en la que, después, se convirtió en alcaldesa.
    Y, ahora, empieza de nuevo el proceso interno —el cuarto—. Hay quienes dicen que la dirección provincial quiere al exdelegado Rafael Valdivielso al frente del Ayuntamiento. Otros sitúan de nuevo el nombre de Angustias María Rodríguez en las quinielas políticas. Y cobran fuerza los que quieren dar protagonismo a una persona con experiencia y trayectoria, Fernando Calahorro, a las puertas de su jubilación. Lo que ocurre es que hay alguien que a todos pone “peros”. El primero no levanta pasiones por el suelo que pisa —incluso entre los suyos—. La segunda ya le cruzó la cara al partido en alguna ocasión en la que entregó el carné porque se quedó sin cargo. Y el tercero hizo historia en el PSOE, en los años 90, por liderar en Jaén el partido de Damborenea después de que Cristóbal López Carvajal —entonces líder socialista en la provincia— lo echara por indisciplinado. Calahorro, que sabe más por viejo que por diablo, no se cierra las puertas. Se escuda en el cargo de presidente local para decir que está donde tiene que estar y da más importancia al procedimiento mediante el que se elegirá candidato que al resultado. No está dispuesto a que unos cuantos decidan, una vez más, el futuro del partido.