Las 'chuletas' del siglo XXI

Inmaculada Espinilla/Jaén
Copiar en los exámenes es todo un “arte” y las antiguas técnicas, como la del trozo de papel pegado a la ropa, conviven con las del siglo XXI, muy influenciadas por la  tecnología. Tanto, que la Universidad se plantea adquirir aparatos para detectar las frecuencias de los pinganillos.

    19 feb 2010 / 10:51 H.

    La época de exámenes es la más estresante para cualquier estudiante y mientras algunos se encierran en sus casas y en las bibliotecas para estudiar, otros, en cambio, se pasan las horas ideando la técnica perfecta para copiar. Aun así, las “pilladas” en las pruebas son más que frecuentes.
    Aunque lo aconsejable es adquirir los conocimientos para poder desenvolverse bien en el mundo laboral, lo cierto es que algunos alumnos dedican demasiado tiempo a la búsqueda de la mejor manera de engañar al profesor. Sin embargo, lo cierto es que no todas las fórmulas son infalibles y no son pocos los casos en los que el alumno pasa la vergüenza de ser sorprendido por su profesor y tener que abandonar el examen.
    La vicerrectora de Estudiantes e Inserción Laboral, Adoración Mozas, asegura que en un examen de Economía se expulsó a un alumno porque se le caían las chuletas de los bolsillos. En las últimas pruebas de Selectividad ocurrió lo mismo con una alumna. “En mi época, yo los pillaba al vuelo”, bromea.
    Sin embargo, los tiempos cambian y, con ellos, las “chuletas”. Las tradicionales, como escribir las fórmulas matemáticas en los chicles o en la propia palma de la mano o grabar los bolis con un alfiler, conviven con otras más sofisticadas. Es la era de la nueva tecnología.
     “Sabemos que se utilizan pinganillos para que otra persona les dicte las respuestas desde el exterior. Estamos buscando algún aparato que los detecte, pero nos hemos enterado de que hay un sistema que elimina la frecuencia, por lo que las infracciones pueden pasar inadvertidas y tenemos que buscar otra cosa. Ya lo hemos hablado con el Vicerrectorado de Tecnologías de la Información y Comunicación con el objetivo de que encuentre una solución. Por otro lado, se han prohibido los móviles y las PDA”, explica Mozas.  También se han dado casos de personas que se presentan por los alumnos. Por este motivo, es obligatorio que el profesor pida el DNI al que se presente a la prueba. Otras formas de copiar son susurrar durante el examen al compañero, incluso, pedir permiso para ir al servicio.  
    En el mundo de las chuletas, la picaresca es la que manda. Aún así, los profesores tienen su propio sistema para detectar al que pretende copiar. “Se suelen poner en la parte de atrás”, afirma la vicerrectora, que añade: “Lo que se debe premiar es la cultura del esfuerzo. El alumno debe aprobar por sus propios medios. Si no, cuando lleguen al mercado laboral, no sabrán defenderse. Por lo menos, antes, al escribir las chuletas se les quedaba algo. Se les coge muchas veces”.
    Ángela Romero, la presidenta del Consejo de Estudiantes, por su parte, indica que son muchas las anécdotas que se puedan contar. Además, explica que algunos profesores esperan a que el alumno termine el examen y, otros, les expulsan al momento. Incluso, hay quienes tratan de dar una segunda oportunidad al estudiante que copia al afirmar en voz alta: “Sé que alguien está copiando. Que deje las chuletas si quiere seguir en el examen”.