La Vestida, santuario de exquisitez

Renovarse o morir. Una máxima que para Manuel Aceituno, gerente junto con su hermano Francisco del restaurante “La Vestida”, de Jaén, es todo un lema cargado de antigua sabiduría.

10 abr 2015 / 11:02 H.

Este emblemático establecimiento, rodeado de olivos, junto a la Ronda Sur, se reinaugura hoy y muestra un aspecto acorde con los tiempos, en el que los espacios han sido diseñados para proporcionar confort, comodidad y bienestar a los clientes. Pero, como lo principal de un restaurante es su carta, “La Vestida” conjuga con sabiduría y acierto la cocina tradicional con la creativa, siendo este último aspecto el que destaca y sus platos entran por los cinco sentidos, empezando por la vista y acabando por la recreación del buen gusto. “La familia Aceituno sentimos en el corazón Jaén y con Jaén en el corazón. Nuestro restaurante nació de la ilusión y la experiencia previa de quince años en el bar La Salobreja”, comenta Manuel Aceituno. Se trata, por tanto, de un negocio familiar heredero de aquel bar que, en 1985, pusieron en marcha Luis Aceituno y su esposa Juana Valdivia Torres, fallecida en diciembre de 2007. Sus hijos tomaron el relevo buscando siempre que su establecimiento fuese un referente de la buena cocina y del esmerado servicio.  
El equipo profesional lo integran jóvenes formados en la Escuela de Hostelería Hacienda La Laguna de Baeza. Al frente de la cocina está José Antonio Agudo, y lo asisten José Carlos González, Gabriel Bujalance, Carlos Enrique y Dani Silvestre. Mesas y barra las atienden Azahara López, Fátima Salas y Álvaro Jiménez.
reforma. El motivo de la reforma y reinauguración del restaurante, manifiesta Manuel Aceituno, se debe a la necesidad de una evolución en la cocina, con platos  que incluyen un toque especial, un valor añadido a la cocina tradicional. “Vimos que después de quince años había que evolucionar. Para ello, consideramos que un cambio en las instalaciones debía conllevar un cambio en la cocina y buscamos un equipo joven formado en la Escuela de Hostelería de La Laguna. Todo eso llevó a un cambio de imagen corporativa y de pensamiento, sin olvidar lo que nuestra familia nos transmitió siempre, que es el trabajo, la seriedad, la limpieza, el esfuerzo y la constancia”, subraya Manuel Aceituno. El tipo de cocina que se refiere es la basada en los productos de mercado, “pero dándole siempre una vueltecita de modernidad”. El resultado son platos que conquistan el paladar por los ojos.