La tormenta financiera se lleva 91 oficinas de entidades de crédito

La “tormenta” financiera también le ha “atizado” con fuerza las entidades de crédito. Raro es pasear por el casco urbano de un municipio jiennense —en la capital se ve con tremenda claridad— y no encontrar locales vacíos —en lugares privilegiados— que antes eran luminosas, coloreadas y repletas oficinas de bancos y cajas de ahorros. La concentración impuesta en el sistema financiero y los ajustes mandados por sus directivos se han llevado por delante decenas de oficinas. En 2007, el Banco de España aseguraba que Jaén contaba con 624 sedes financieras. En cambio, en el último registro contabilizado —de junio de 2014—, lo deja en 533.

    26 ago 2014 / 09:42 H.


    Los malos años económicos han “borrado” 91 oficinas de la provincia. Algunas porque se han integrado en otra. También hay casos de empresas que están obligadas a replegarse porque estuvieron en una situación complicada. Y, sin olvidar, la obsesión por abaratar los costes que existe en todo el sistema crediticio.
    muchas entidades. Pese a todo, Jaén es una de las provincias con más oficinas de crédito por habitante. A priori, puede causar sorpresa porque buena parte de las estadísticas sitúan a esta tierra a la cola en sueldos, en inversiones, en infraestructuras o en creación de empleo. Sin embargo, los bancos y las cajas de ahorros no van a ningún sitio a perder dinero, sino a ganarlo.

    La explicación se halla en la propia economía del olivar, que tiene unas características muy singulares que animan a la expansión de las empresas financieras. Existen más de cien mil familias que, cada año, reciben una ayuda por producir aceite de oliva y esta llega a las cuentas corrientes, lo que abre interesantes vías de negocio. De hecho, una de las batallas más importantes se da a la hora de conseguir la domiciliación del pago de este incentivo —hay muchas que dan regalos o interesantes condiciones para hacerse con este “privilegio”—. Asimismo, resulta habitual pedir anticipos de la campaña o de la propia ayuda, lo que genera beneficios en forma de interés. También, las cooperativas cuentan con líneas de crédito, lo que hace que Jaén sea una tierra atractiva para los bancos y las cajas de ahorros. Y sin olvidar las pensiones, que generan actividad ante un cliente que, generalmente, no da problemas.

    Las sucursales que aguantan ganan más clientes y aumentan su fortaleza
    Las entidades financieras que aguantan han ganado fortaleza. El cierre de las oficinas de Caja Madrid en algunas ciudades de la provincia hizo que las oficinas cercanas se reforzaran con sus clientes, por ejemplo. Precisamente, el director general de Caja Rural de Jaén, Enrique Acisclo, señalaba a los periodistas —antes de la asamblea anual— que el número de clientes de la cooperativa de crédito había crecido por la confianza que depositaban los jiennenses y, también, que habían notado un importante incremento en municipios en las que entidades de referencia habían “plegado sus alas”. Curiosamente, Caja Rural de Jaén señala que su compromiso con la red de oficinas va mucho más allá de la rentabilidad y que se basa en el servicio en la tierra en la que constituye un auténtico motor de desarrollo para su economía y sociedad.

    Las entidades financieras no han sido ajenas a este movimiento de sus competidores. De hecho, algunas han lanzado promociones especiales que buscaban dar un plus —un regalo era lo más habitual— para hacerse con los clientes del vecino de al lado, que decidía cerrar su sede. El televisor de plasma ha sido el gancho más utilizado, ya que es un objeto que se suele gustar a los clientes de todas las edades.

    Por otro lado, el sistema financiera apuesta por otros sistemas, que tratan de aligerar las oficinas. Muchos clientes acuden a los cajeros para hacer las operaciones más habituales e, incluso, existen cuentas específicas para operar por internet sin necesidad de pisar la sucursal. No obstante, sí que resulta habitual esperar más que antes cuando hay que acudir a una ventanilla o a una mesa para operar, ya que las entidades se han convertido en piezas esenciales para el día a día de las familias.