La "okupa" del cementerio de Baeza recibe ofertas de casa por su trabajo
El “drama” de la joven instalada de forma ilegal en una casucha del cementerio de Baeza, porque dice que no tiene otro sitio donde ir, remueve conciencias. Para tratar de ayudarla, empresarios le han ofrecido un techo y comida a cambio de su trabajo. Por el momento, espera a que le llegue un empleo remunerado.

Cristina Montes Leiva continua sin casa y sin empleo, pero, al menos, ya se siente “algo menos sola”. Desde que se hizo público que, desde hace cuatro años, no tiene otro techo bajo el que cobijarse que una especie de casa en el cementerio de Baeza (Diario JAEN, página 15, 24 de enero) ha recibido muestras de solidaridad. La joven, de 25 años, es “okupa” del camposanto a raíz de una relación, ya concluida, con un trabajador de estas instalaciones municipales. Al romperse la pareja, asegura que no pudo ir a otro sitio, puesto que tampoco puede volver a la casa de su familia. De igual manera, a raíz de la denuncia que formuló contra su padrastro, condenado a catorce años por abusar de ella, la relación con su familia se distanció, incluida su propia madre —que no falleció, como se afirmó en este periódico, en su edición del pasado domingo, 29 de enero, lo que matiza el Ayuntamiento baezano—. La difícil tesitura se agrava porque, como dice, no tiene ingreso alguno.
Situación ilegal. Además, se encuentra en unas dependencias de la Administración local baezana de forma ilegal y, por ello, se enfrenta a una orden de desalojo judicial que ya está en marcha, impulsada por el Gobierno local de la ciudad, el legítimo propietario. Para ayudarla a salir del “callejón sin salida” en el que se encuentra, esta baezana ha recibido algunas propuestas. Desde Beas de Segura y Peal de Becerro, empresarios le han brindado techo y comida a cambio de su trabajo en establecimientos hoteleros. No oculta que lo ha rechazado, puesto que no se trata de empleos remunerados, sino un intercambio. “Necesito un sueldo, como todo el mundo; imagina que tengo que comprar algo, no puedo estar todo el día pidiendo”, argumenta. Desde Puente de Génave, afirma, sí le llegó un puesto en un taller mecánico. Sería dada de alta y estaría en nóminas pero, como precisa, aunque le convence el ofrecimiento, no sería posible su incorporación inmediata, ni siquiera a corto plazo, lamenta. Por ello, aclara, resignada, que no tiene más remedio que esperar. Eso sí, en cualquier momento, puede cumplirse la orden de desahucio que pesa sobre ella, como le explicó el abogado de oficio que la asiste.
El Ayuntamiento baezano aclara que esta mujer ha sido beneficiaria de las pertinentes ayudas públicas hasta agotar el plazo máximo legalmente establecido por la ley, un momento que llegó en junio del pasado año 2011, y confirma que algunas empresas han tratado de ofrecerle trabajos, unos ofrecimientos rechazados, según la Administración local, entre otras cuestiones, por la intención de la joven de continuar residiendo en Baeza. José Rodríguez Cámara / Jaén